El valor intrínseco del bitcoin
Qué curioso: parece que bitcoin vale exactamente para aquello para lo que lo diseñó su desconocido y misterioso fundador. Excepto como protección frente a la inflación (aunque eso podría cambiar en el futuro).
La idea fundamental era contar con un medio de pago que no dependiera ni de los bancos centrales ni de los bancos en general. Y dado que los políticos cada vez “solucionan” más las cosas endeudándose o presionando a los bancos centrales para que emitan dinero, cualquier idea que sirva para proteger nuestro patrimonio de esos excesos es bienvenida. Y también si ayuda a reducir la factura en comisiones bancarias.
Todavía no sabemos si bitcoin funcionará como refugio en caso de una crisis de confianza en el papel moneda, también conocido como dinero fiat. Lo que sabemos es que, de momento, no nos protege de la inflación. Fue el activo financiero que más cayó en la explosión inflacionista de 2022.
El bitcoin fue el activo financiero que más cayó en la explosión inflacionista de 2022
En cambio, el oro sí que funcionó, lo que demuestra que esa protección existe, solo que de momento bitcoin no es parte de ella. Probablemente llegue a serlo cuando sea un activo consolidado. Hay que tener en cuenta que el metal precioso lleva siglos de ventaja como activo refugio.
También será interesante ver qué ocurrirá en caso de crisis cambiaria. Por ejemplo ante una fuerte devaluación del dólar. En ese sentido, es esperanzador ver que bitcoin ha funcionado como refugio ante devaluaciones de monedas de economías no avanzadas.
Habrá que ver cómo se defiende si caen el dólar o el euro, pero si funcionara frente a la devaluación de una divisa importante, adquiriría un gran valor. Como protección y para especular contra esa divisa. Lo que técnicamente se llama correlación negativa, concepto muy útil en inversiones basado en identificar qué activo en concreto sube cuando baja otro. Por ejemplo, cuando cae el precio de los bonos es muy normal que suba el precio del oro.
En cambio, bitcoin podría llegar a ser una buena forma de evitar los abusos de la banca en las transacciones. Aunque también es cierto que en algunos casos se han sustituido los abusos bancarios por los abusos de los intermediarios cripto. Pero la regulación podría reducir ese problema.
El bitcoin ha funcionado como refugio ante devaluaciones de monedas de economías no avanzadas
También se buscaba que fuera una forma de ahorro seguro en lugares sin seguridad jurídica o bancaria. Eso parece que se ha conseguido. Ciertamente ha tenido su lado negativo, y es que bitcoin se ha convertido en uno de los medios de pago/reserva de valor preferidos por el dinero negro. Pero, considerando el valor de las transacciones actuales en esta divisa, es evidente que la mayoría es con dinero legal. No puede haber tanto dinero negro en el mundo.
Otro elemento esperanzador es la estabilización de los movimientos del bitcoin en los mercados financieros. Porque como medio de pago tenía un serio problema, que era su enorme volatilidad. Es muy difícil vender o comprar algo y que sólo unos días después la divisa utilizada para la transacción suba o baje un 20%. Esto ha tenido mucho que ver con la híper especulación.
Si en algún sitio hemos revivido el capitalismo salvaje y descontrolado han sido en los exchanges
Si en algún sitio hemos revivido el capitalismo salvaje y descontrolado han sido en los exchanges. La falta de regulación que tanto atraía a los usuarios ha sido la culpable. El problema es que mucha gente confundía regulación –que es como poner semáforos, agentes de movilidad y señales de circulación- con depender de los bancos centrales, que es algo muy diferente.
Al regularse el bitcoin para que pueda formar parte de las inversiones de los ETF (fondos de inversión cotizados) ha mejorado mucho la seguridad y, en consecuencia, ha bajado la volatilidad. Este puede ser un elemento muy positivo de cara al futuro de bitcoin como moneda transaccional.
Al principio todos los activos financieros han sido pasto de la avaricia, el robo y la especulación salvaje
Y esa menor volatilidad podría hacer que la criptodivisa se consolide como activo refugio, algo muy útil en caso de crisis del sistema monetario. Que no de crisis geopolítica, pues no se ha demostrado muy “protector” cuando se han complicado las cosas en Oriente Medio.
En cualquier caso yo no estaría descontento si fuera el creador del bitcoin. Cada vez está más cerca de convertirse en ese medio de pago que permite evitar los abusos bancarios en general y de los bancos centrales en particular. Y de ayudar a ahorrar con seguridad en países donde los ahorros pueden volatilizarse por políticas cambiarias o ser directamente robados por dictadores sin escrúpulos.
La crítica que se le puede hacer al bitcoin -la de haberse convertido en un festín de la especulación- podría hacerse a cualquier otro activo financiero en sus orígenes. Al principio todos han sido pasto de la avaricia, el robo y la especulación salvaje. Pero eso no significa que la idea subyacente fuera mala. Habrá que darle tiempo para ver cuál es y cual no es su valor intrínseco, pero ya empezamos a tener información al respecto.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.