Si Macron no hubiera decidido convocar elecciones legislativas, las consecuencias del resultado electoral europeo serían positivas para el Euro Stoxx. Pero como Macron ha decidido preguntar a los franceses, y como podría ocurrir que los franceses le dijeran que prefieren al partido de Marine Le Pen, ya tenemos riesgo político sobre las bolsas de la euro zona.
Antes de continuar, me gustaría aclarar que lo que viene a continuación es un análisis exclusivamente económico, no político.
A partir de ahora la cuestión es ver qué pesa más, si el resultado de las elecciones europeas o el temor a cuál pueda ser el resultado en las elecciones francesas. Y, muy importante: si la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) entra en el círculo virtuoso de las bajadas de tipos o si, por el contrario, se frustra esa expectativa.
¿Y por qué le tienen miedo los inversores al partido de Marine Le Pen, si no es precisamente hostil a las empresas, más bien al contrario? La respuesta es que los inversores le tienen miedo a cuál pueda ser su política respecto al euro y la libre circulación de capitales, bienes y servicios dentro de la Unión Europea.
Pero, aunque el riesgo de radicalización existe, ese temor lo que demuestra es un profundo desconocimiento sobre cuál ha sido la evolución de dicho partido en los últimos años. Sigue siendo un partido radical, cierto, pero no respecto a las mismas cuestiones que hace diez años.
Si Macron no hubiera decidido convocar elecciones, los resultados electorales serían positivos para el Euro Stoxx
Para empezar, ya no se llama Frente Nacional, se llama Rassemblement (agrupación) National. Y no se trata sólo de un cambio de nombre. La actitud hostil frente a la moneda única europea es ya muy minoritaria y ha dejado de ser uno de los banderines de enganche del partido.
Tampoco es ahora un partido contrario al libre movimiento de bienes y servicios dentro de la Unión. Es muy radical en lo que se refiere a la circulación de inmigrantes y a la globalización, pero esto último se refiere más a la competencia de países externos a la Unión Europea que dentro del bloque. Aunque evidentemente existe ese riesgo de proteccionismo frente a países europeos. En el ADN del nacionalismo siempre está el proteccionismo, pero desde luego no es el mismo que preconizaban hace años.
Otra característica de la llamada ultraderecha francesa actual es su beligerancia frente al movimiento woke, pero eso no es algo que tenga efecto sobre las bolsas. Y el Rassemblement es muy partidario de Israel, pero eso no afecta al futuro del euro.
Finalmente, hay que recordar que hace menos de un año se produjo otro cambio que no es solo estético, sobre todo si se relaciona con todo lo anterior: Marine Le Pen abandonó la presidencia en favor de Jordan Bardella, un eurodiputado de 27 años.
Si no fuera porque el miedo es libre, y entre los inversores hay miedo (probablemente injustificado) a lo que pueda ocurrir en Francia, el resultado de las elecciones europeas podría verse como positivo para las bolsas. No dice que vaya a gobernar la ultraderecha, sino que ha mejorado su resultados.
Y todo apunta a que quien va a gobernar va a ser la misma coalición de populares y socialistas que gobernaba antes. Y a las bolsas no les gustan los cambios radicales.
Todo apunta a que quien va a gobernar va a ser la misma coalición de populares y socialistas que gobernaba antes
De hecho, la mayor presión que van a tener los populares europeos desde los partidos a su derecha no tiene por qué ser algo negativo para las empresas. No son precisamente partidos anticapitalistas o algo así. El resultado electoral también podría resultar positivo para reducir el descontrol de deuda europeo.
No doy por hecho que se vaya a producir una política fiscal más equilibrada. Primero, porque van a gobernar los mismos que crearon esa deuda y, segundo, porque detrás de la emisión de deuda lo que hay son políticos mediocres que solo saben arreglar los problemas con dinero que obtienen mediante la emisión de deuda. Pero, en principio, los partidos de derechas son más partidarios del equilibrio fiscal que los de izquierdas. No, por devoción, sino por obligación (es lo que quieren sus votantes).
La mayor presión que van a tener los populares europeos desde los partidos a su derecha no tiene por qué ser algo negativo para las empresas
Otro aspecto positivo de la nueva composición del parlamento europeo es una posible mayor disposición a buscar un alto al fuego en Ucrania. No es un secreto que Georgia Meloni, Viktor Orbán y otros con orientación similar son partidarios de ello. Sin entrar en consideraciones políticas o ideológicas, está claro que un alto al fuego y el inicio de una negociación en Ucrania sería una buena noticia para las bolsas europeas.
Por el contrario, España podría verse negativamente afectada por este resultado. La economía española depende en gran medida de la generosidad europea y mucho de su crecimiento se debe a los fondos europeos. Es posible que la relajación fiscal que disfruta España pudiera verse afectada, al aumentar el poder de partidos claramente contrarios a subvencionar al sur de Europa con dinero de los contribuyentes del norte.
A corto plazo, las elecciones francesas van a pesar sobre los índices europeos. Esa es la mala noticia. La buena es que esto podría verse compensado por dos fuerzas positivas: una, que siga bajando la inflación y por lo tanto el BCE vuelva a bajar los tipos de interés. Dos, que la Agrupación Nacional francesa mantenga -y transmita- durante las elecciones su política favorable a una moneda única europea y un mercado abierto dentro de la Unión. Es lo que habrá que vigilar.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.