Beneficios a la carta, la clave para atraer y fidelizar talento
Hoy en día, atraer y fidelizar talento es vital para las empresas, sin importar su tamaño o sector. Personalizar los beneficios corporativos se ha convertido en un aspecto clave para aumentar la satisfacción y la productividad de los empleados. Es aconsejable que las organizaciones optimicen los recursos que destinan a estos servicios, ya que son muy valorados por los trabajadores.
Para optimizar sus recursos, es aconsejable que las empresas instauren estrategias que aseguren una gestión eficiente. En un sistema de beneficios personalizados, los empleados pueden elegir cómo, cuándo y en qué desean gastar la bolsa que se pone a su disposición, con la garantía de que los servicios y proveedores elegidos se adaptan perfectamente a su estilo de vida y a las necesidades individuales de cada momento, independientemente de cuál sea su ubicación geográfica, edad o género.
Para evaluar el uso y aprovechamiento de los beneficios, las compañías deben apoyarse en datos. No es suficiente con lanzar una iniciativa o varias, sino medimos y evaluamos a lo largo del tiempo. Una estrategia de beneficios exitosa tiene mucho que ver con elegir el partner adecuado. Es importante que este disponga de tecnología sencilla de utilizar y que proporcione los datos necesarios para evaluar el retorno de la inversión
Para comprender la importancia de la personalización de los beneficios y la diferencia que existe entre el método tradicional y el individualizado, tomaremos como ejemplo una empresa con 100 empleados. En un sistema tradicional, el gasto medio mensual de la compañía para cada trabajador es de 50 euros, con un uso efectivo del 20%.
Esta cifra indica que de los 5.000 euros mensuales que la empresa invierte en ofrecer estos servicios, tan solo una quinta parte, 1.000 euros, se utilizan. En cambio, si se opta por un sistema personalizado, el gasto medio mensual asciende a 55 euros, una inversión ligeramente superior para la empresa, pero cuyo uso efectivo se dispara hasta alcanzar el 90%.
En un sistema de beneficios personalizados, los empleados pueden elegir cómo, cuándo y en qué desean gastar la bolsa que se pone a su disposición
Este ejemplo evidencia la gran diferencia en eficiencia que existe entre los dos sistemas. Mientras en el tradicional el gasto desperdiciado asciende hasta los 4.000 euros mensuales, en el plan personalizado esta cifra se reduce a los 550 euros, demostrando que, a pesar que el costo por empleado es ligeramente superior en el plan individualizado, el retorno de inversión tanto en términos de uso como de satisfacción es considerablemente mayor, justificando así la elección de un sistema de beneficios personalizados.
Y es que la inclusión de los beneficios corporativos es cada vez más importante para los empleados, tanto para aquellos que consideran cambiar de empresa, como para los que ya forman parte de ella. Ven en estos servicios un valor añadido que perciben como una muestra de cuidado y compromiso por parte de la compañía, y que refleja una cultura empresarial sólida y centrada en su bienestar.
Este aspecto se intensificó con la pandemia de la Covid-19, que generó la necesidad de ofrecer apoyo psicológico y de bienestar mental a causa de los grandes niveles de ansiedad y estrés detectados entre los trabajadores. Encuestas realizadas recientemente sobre el clima laboral revelan que aproximadamente un 30% de los empleados demanda este tipo de servicios, pero solamente un 5% los utiliza cuando son ofrecidos por la vía tradicional, es decir, directamente proporcionados por la empresa. Sin embargo, si a los trabajadores se les da libertad de elección sobre cómo y dónde utilizarlos, la cifra puede incrementarse hasta un 31%.
El impacto financiero es uno de los indicadores clave para una empresa a la hora de contratar estos servicios. La reducción del absentismo por enfermedad y la mejora en la fidelización de empleados justifican la contratación en estos programas. El modelo personalizado asegura a las empresas que solo invierten en beneficios que realmente se utilizan, consiguiendo una gestión de costes eficiente y transformando el gasto en una inversión estratégica.
Evaluar el éxito de estos programas no solo implica analizar el uso de los beneficios y la repercusión económica que conllevan para la empresa, sino también recopilar las opiniones de los empleados a través de encuestas, grupos focales o entrevistas individuales. Con esta información se obtiene una visión más completa del grado de satisfacción con el programa, los beneficios percibidos y las áreas de mejora, permitiendo ajustar los planes para garantizar que sigan siendo relevantes y efectivos.
*** Ana Zamora es CEO de Vitaance.