A medida que el mundo navega por el paisaje post-pandemia, las instituciones financieras aceleran la adopción de tecnologías en la nube para mantenerse competitivas y satisfacer las demandas cambiantes de los clientes. Esta transición no es solo una tendencia, sino un cambio fundamental en la forma en que se prestan los servicios bancarios.

La banca lleva tiempo migrando sus sistemas centrales a plataformas nativas en la nube. Este cambio ofrece una mayor escalabilidad, seguridad y eficiencia, lo que permite a los bancos gestionar mejor sus operaciones e interacciones con los clientes.

Los beneficios de la adopción de la nube incluyen análisis de datos mejorados, medidas de ciberseguridad y la capacidad de ofrecer servicios innovadores como chatbots impulsados por IA y monitoreo automatizado de transacciones, ofreciendo a los bancos que abrazan el cambio una ventaja competitiva.

El cambio a la nube ofrece más escalabilidad, seguridad y eficiencia para las entidades financieras

Sin embargo, la transición también presenta desafíos, como el cumplimiento regulatorio y la necesidad de una inversión sustancial en nuevas tecnologías. Todo encapsulado significa invertir mucho y asumir enormes costes de desarrollo.

Para los consumidores, la banca en la nube se traduce en experiencias bancarias más fluidas y personalizadas.

Servicios como la incorporación digital, el asesoramiento financiero en tiempo real y el procesamiento de transacciones más eficiente se están convirtiendo en la norma. Este cambio es particularmente significativo a medida que los clientes más jóvenes demandan más de sus instituciones financieras.

A medida que se proyecta que el gasto global en servicios en la nube supere los 1,3 billones de dólares para 2025, se espera que la inversión del sector bancario en tecnologías de la nube crezca exponencialmente.

El cambio del negocio bancario es más significativo a medida que los jóvenes demandan más a sus entidades

Este movimiento no solo apoya la eficiencia operativa, sino que también impulsa la inclusión financiera al hacer que los servicios bancarios sean más accesibles.

El futuro de los servicios financieros reside en la nube. A medida que los bancos y las instituciones financieras continúan abrazando esta transformación, la industria presenciará niveles sin precedentes de innovación y satisfacción del cliente. Por ese motivo sobran entidades físicas y modelos de banca tradicional como los que hoy representan BBVA y Sabadell.

Las instituciones financieras deben priorizar la adopción de la nube e invertir en tecnologías que impulsen la eficiencia y mejoren la experiencia del cliente sin encarecer significativamente el servicio.

La realidad es que ni Sabadell ni BBVA solos van a ser capaces de acometer ese proyecto y de mantener su carrera en solitario es muy posible que acaben fagocitados. La cuestión por tanto es entender si esta unión hace la fuerza o es una cuestión de supervivencia.