Cómo los datos pueden prevenir una nueva crisis financiera mundial
Han pasado 15 años desde la crisis financiera mundial que comenzó en 2008 y que se recuerda especialmente en España por el impacto que tuvo en nuestro país.
Hace un año, la quiebra del Silicon Valley Bank, el primer gran banco estadounidense que se ha visto envuelto en esta situación desde la citada crisis, despertó de nuevo las alarmas. A ello hay que sumar otras entidades que se vieron envueltas en esta situación como Signature Bank o Credit Suisse. Unos acontecimientos que han traído recuerdos de un pasado que ya se había dejado atrás.
En el contexto actual, las compañías del sector financiero se enfrentan a constantes cambios normativos, los cuales exigen una continua evaluación de las medidas de cumplimiento y de los marcos operativos.
Desde medidas de protección de datos hasta complejos protocolos de gestión de riesgos, las distintas entidades bancarias, financieras y de seguros deben, no solo adaptarse a estos cambios, sino también anticiparse a ellos de forma proactiva.
Estas instituciones deben afrontar diferentes retos entre los que se encuentra la ciberseguridad, la privacidad de los datos, la nueva legislación sobre Inteligencia Artificial y el cambio cultural generado por el avance de las nuevas tecnologías.
Las compañías del sector financiero se enfrentan a constantes cambios normativos
Los datos desempeñan un papel fundamental ante estos desafíos, ya que una gestión de la información sólida permite a las compañías afrontar mejor las nuevas regulaciones y mitigar los riesgos. Por ello, resulta crucial que las instituciones financieras comiencen a invertir en estrategias de datos eficaces.
En primer lugar, las entidades del sector financiero deben prestar especial atención a la nueva Ley de IA Europea. El texto legislativo, que ha sido recientemente aprobado, incluye nuevos protocolos de seguridad ante el creciente auge de la Inteligencia Artificial y los peligros que puede llevar consigo.
Al mismo tiempo, el cumplimiento normativo se ha vuelto cada vez más complejo debido al elevado número de regulaciones existentes. Organismos mundiales como el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (CSBB) influyen en los reguladores nacionales y, en última instancia, en cada entidad individual.
Ante el incremento de las ciberamenazas y de los riesgos en la privacidad de datos, las normas tienden a ser más estrictas. En este sentido, las instituciones financieras tienen que operar teniendo en cuenta distintas leyes como puede ser el GDPR o la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA) en Europa.
A medida que los reguladores ponen su foco en la gobernanza y en la gestión de riesgos, corresponde a las instituciones financieras demostrar su responsabilidad en la implementación y el cumplimiento de esos requisitos. Y no solo para el cumplimiento normativo, sino, sobre todo, para mantener la protección del consumidor.
Ante el incremento de las ciberamenazas y de los riesgos en la privacidad de datos, las normas tienden a ser más estrictas
Por último, la aparición de empresas fintech y formas de negocio disruptivas e innovadoras requiere una mentalidad que priorice los datos y las soluciones tecnológicas para las organizaciones más tradicionales.
La clave para abordar con éxito los anteriores desafíos radica en la adopción de una moderna arquitectura de datos, que ayuda a obtener información en tiempo real gracias a la analítica avanzada.
Una arquitectura de datos moderna mejora la gobernanza y los controles de seguridad para garantizar la privacidad de los datos, el cumplimiento de la normativa y la protección frente a las amenazas. Si, además, se proporciona acceso autónomo a los datos, permite a los analistas visualizarlos en cualquier momento para tomar decisiones más rápidas.
Además, este tipo de arquitecturas son capaces de procesar datos de múltiples fuentes en tiempo real: tanto bases de datos estructuradas como no estructuradas, y procedentes de fuentes externas o internas.
Todo ello permite ganar en escalabilidad, agilidad y anticipación, lo que ayudaría a medir el impacto de futuras crisis globales.
En definitiva, aunque el cumplimiento normativo no es el único factor que ha contribuido a las últimas turbulencias del sector financiero, no cabe duda de que ha tenido una importante influencia.
La implementación de una arquitectura de datos moderna puede parecer una realidad lejana para algunas instituciones, pero es vital para asegurar un futuro estable y seguro en el sector financiero, así como para garantizar que supere posibles crisis financieras que puedan ocurrir.
*** Juan Carlos Sánchez de la Fuente es vicepresidente regional de Cloudera para España y Portugal.