A los mercados bursátiles, en muchas ocasiones, se les pone de ejemplo de lo que se conoce en economía como “bien de Veblen”, esto es un producto cuya demanda aumenta a la misma vez que su precio (lo contrario a los bienes habituales cuya demanda disminuye con el aumento de precio). Los mercados de valores, cuanto más suben, más interés suelen suscitar en inversores y ahorradores.
Las principales bolsas de valores llevan desde el inicio de 2023 con fuertes revalorizaciones. Desde 31 de diciembre de 2022 hasta 28 de junio de 2024 (año y medio), el S&P 500 -principal indicador bursátil americano y mundial- se revaloriza un +42,22%, el europeo Euro Stoxx 50, en el mismo periodo, sube un +29,01%, y el Ibex 35 un +32,99%. Ante estas fuertes subidas el interés inversor, es obvio.
La clave para los inversores no es lo que han subido las bolsas, sino sus perspectivas a futuro. En este sentido repasaremos, a continuación, las principales oportunidades y riesgos de los mercados bursátiles en la situación actual.
En cuanto a oportunidades, creo que lo más destacable es que el entorno macroeconómico es muy benigno y soporta de manera consistente las valoraciones bursátiles. La economía crece (más la americana y algo menos la europea) y la recesión parece, hoy por hoy, un riesgo poco probable. Además, fruto de la moderación de la inflación (principal problema en la economía post-Covid) las tasas de interés o han comenzado a bajar (caso de la eurozona, Canadá o Suiza) o lo harán en unos meses (caso de Estados Unidos).
Por otra parte, los beneficios empresariales que, en definitiva, es lo más relevante para el inversor llevan trimestres mostrándose muy sólidos. Por ejemplo, en el primer trimestre de 2024 (últimos resultados conocidos) más del 80% de las empresas del S&P 500 batieron las expectativas de beneficios que tenían los analistas.
La clave para los inversores no es lo que han subido las bolsas, sino sus perspectivas a futuro
Por último, y relacionado con los tipos de interés, en la medida que estos bajen, la enorme cantidad de dinero que en Estados Unidos y en Europa se ha ido situando en fondos monetarios, comenzará a buscar alternativas más atractivas de inversión, entre las que pueden estar los bonos pero también la renta variable.
Evidentemente no todo son oportunidades y los inversores debemos estar atentos a los riesgos, monitorizándolos constantemente.
En cuanto a los aspectos negativos de los mercados bursátiles, creo que el más destacado es las altas valoraciones que presentan algunos sectores como el de la tecnología. A pesar de poder estar justificadas por la calidad y potencial de crecimiento de este tipo de empresas, si por algún motivo el crecimiento de los beneficios o ventas fuese menor al esperado por los analistas o inversores, las valoraciones se podrían ajustar a la baja rápidamente.
Además, los mercados cada vez están más concentrados en pocas compañías (la mayoría de perfil tecnológico). Por ejemplo, en el S&P 500, los tres principales valores (NVIDIA, Apple y Microsoft) tienen un peso de más de un 20%. En lo que va de año, un tercio de la revalorización de S&P 500 se explica por una sola empresa, NVIDIA.
A pesar del potencial y calidad de las empresas citadas, es obvio que la excesiva concentración supone un riesgo. Una caída en una o dos empresas como NVIDIA o Apple afectaría de manera muy importante al mercado americano, que representa casi el 60% de valor de las bolsas mundiales.
En el plano económico, el riesgo de recesión, aunque muy reducido, creo que no es plenamente descartable. Además, si la inflación no se llega a controlar plenamente (aún no estamos en el objetivo de los bancos centrales del 2%) esto podría retrasar incluso paralizar la bajada de tasas de interés lo que, posiblemente, no sería bien recibido por los mercados bursátiles.
Por último, los riesgos geopolíticos siguen estando presentes. Como ejemplo reciente podemos citar la convocatoria de elecciones anticipadas en Francia tras las elecciones al parlamente europeo, lo cual, ha aumentado la prima de riesgo de los bonos franceses y ha provocado una caída del -6,42% en el principal indicador galo, el CAC 40.
Como conclusión, podemos destacar que los mercados bursátiles, a pesar de tener menor rentabilidad potencial que hace meses (las valoraciones son más elevadas) aún son atractivos, sobre todo por los beneficios crecientes y el entorno macroeconómico benigno. No obstante, a medida que las valoraciones se han tornado en más exigentes, también es más probable que se produzcan episodios de volatilidad por circunstancias endógenas a la economía o exógenas (como los eventos geopolíticos).
*** Rafael Hurtado Coll es director de inversiones y de estrategia de Allianz Soluciones de Inversión AV.