Los analistas están de acuerdo. Más pronto que tarde, los bancos centrales importantes bajarán el tipo básico de interés. Lo harán la Reserva Federal estadounidense, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE).
Los dos elementos en que apoyan su previsión esos expertos son: la moderación de la inflación; y el bajo crecimiento del PIB. Dos caras de una misma moneda.
Después de la pandemia la inflación fue de costes. Esa subida de precios tarde o temprano hizo reaccionar a los centros de producción y distribución por la esperanza de beneficios y aumentaron su oferta. Reacción que debería haber moderado los precios. No lo hizo porque los bancos centrales bajaron los tipos de interés produciendo un exceso de liquidez que mantuvo alta la demanda; especialmente en Europa donde un BCE actuó con retraso respecto a la Reserva Federal y el BoE.
Por eso, durante los años posteriores a la pandemia la inflación no remitió. Tanto que obligó al final a los bancos centrales a subir los tipos de interés. El BCE fue el último en hacerlo.
Ahora parece que la subida de precios se modera ¿Por qué?
Los bancos centrales bajaron los tipos de interés produciendo un exceso de liquidez que mantuvo alta la demanda
Una explicación es que la oferta ha crecido. La otra es que la demanda no tira de los precios porque la liquidez de los consumidores se ha ido reduciendo en parte por la subida de los tipos de interés. Probablemente actúan las dos causas. Pero la segunda indica que la economía se ralentiza de manera alarmante.
Es lo que ahora los expertos anuncian como software landing (aterrizaje suave). Ralentización de la economía, con un crecimiento cercano al cero o, incluso, ligeramente negativo del PIB.
La combinación de una moderación de precios, por recesión de demanda y un crecimiento cercano al cero del PIB, es lo que según la ortodoxia macroeconómica obliga a los bancos centrales a bajar sus tipos de interés.
A todo ello se añaden los efectos de algunas políticas económicas cuyos efectos no se calcularon bien. Algunas derivadas del programa 2030.
En Alemania el cierre de las centrales eléctricas nucleares hizo a la economía demasiado dependiente de la energía de origen ruso. Algo que ha demostrado ser una debilidad geopolítica por la guerra Ruso-Ucrania. Mientras, Francia, cuya fuente de energía nuclear es muy alta, consiguió “convertirla en energía verde” por decisión comunitaria.
En Alemania el cierre de las centrales eléctricas nucleares hizo a la economía demasiado dependiente de la energía de origen ruso
Lo mismo pasa con las defectuosas previsiones sobre la demanda y utilización de vehículos eléctricos que ahora se ponen en duda. O la regulación en materia ecológica que ha sido contestada por los agricultores asustados ante la competencia de terceros países.
Como resultado Alemania el motor de la UE, entra en recesión. Una recesión de la que no le va a sacar ni la propuesta de Dragui de invertir 800.000 millones de euros anuales.
Nadie se pregunta porque España sigue creciendo en una Europa en software landing ¿No es, quizás que su economía de servicios, entre otros turísticos, es menos sensible a todas estas medidas?¿O que tiene con un alto porcentaje de energía renovable eólica y solar gracias a su clima?
Porque el problema de la UE puede que no sea solo de falta de inversión, sino también de error de diagnóstico.
Si no se corrige ese error, la inversión que propone Draghi será un parche. Un segundo chute de liquidez que aumentará la deuda mutualizada de la UE, sin resolver el problema de fondo, inyectando una liquidez que cebará nuevamente la inflación ayudada por la bajada de los tipos de interés. Ese dinero en el mercado mantendrá la economía de manera artificial unos años y ¿luego qué?
La economía europea muere porque sus dirigentes la ahogan. Le limitan la libertad. La sobre-regulan y con ello matan el espíritu empresarial.
Algo similar a lo que pasa con las políticas de migración. Ahora se ven sus efectos y se empieza a dar marcha atrás; incluso en Alemania.
Entre eurócratas y políticos ideologizados la europa económica se hunde. Por eso aumenta lo que se define como extrema derecha. Cuya acción quieren limitar aislándola con el “cordón sanitario político”, sin preguntarse por las causas de su aparición y crecimiento.
¿Y si la UE, Draghi incluido, tiene un diagnóstico económico equivocado?
** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.