La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante una rueda de prensa posterior a una reunión de la institución.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante una rueda de prensa posterior a una reunión de la institución. Reuters

EN EL MOMENTO ADECUADO

Cosas que no espera nadie y que por eso podrían ocurrir

17 septiembre, 2024 02:23

En los mercados, la mayoría se equivoca más que acierta. Si no fuera así, la mayoría de los inversores serían ricos. Y obviamente no es el caso. Tampoco lo es en el de los analistas, asesores y gestores. De hecho, y por poner un ejemplo, en las encuestas entre profesionales realizadas a primeros de este año, la gran mayoría consideraba que al mercado ya no le quedaba fuelle. Y ya ven.

Y esto no es que ocurra una vez, ocurre constantemente. Solo hay que analizar los datos de posicionamiento y opinión desde que existen esas estadísticas Y se ve como antes de las grandes subidas la mayoría de inversores, analistas y gestores estaba infra apoderada en bolsa. Así que en Nextep de vez en cuando analizamos, tratando de mantener una mente abierta, esas cosas que nadie espera que ocurran y que, precisamente por eso, no debemos descartar que sucedan.

Un ejemplo muy actual lo tenemos en la opinión generalizada sobre la evolución futura de los tipos de interés en la Unión Europea (UE).

Cualquier visión alternativa seria tiene que tener una base económica y financiera

La mayoría considera que bajarán poco y más bien despacio, así que veamos si hay una visión alternativa que tenga fundamento. Porque tampoco queremos decir que algo pueda ocurrir solo porque nadie lo espere. El consenso no se equivoca siempre. Además, cualquier visión alternativa seria tiene que tener una base económica y financiera.

En este caso la tiene. El propio BCE está bajando constantemente sus predicciones de crecimiento y cada vez se parecen más a un estancamiento. Y el estancamiento económico es desinflacionista. Ojo, no confundir con “deflacionista”: desinflacionista es que se “desinfla” el nivel de inflació, es decir, que es positiva pero cada vez más baja. Deflacionista es que sea negativa, como ocurrió en Japón durante décadas y ocasionalmente en la UE antes de la pandemia.

Si a esto añadimos la caída en el precio del petróleo –cotizando por primera vez desde 2021 por debajo de 70 dólares– y que China está en deflación (muchos de los productos que entran en Europa vienen de allí), hay motivos para pensar que la inflación podría bajar más y más rápido de lo que proyectan tanto la mayoría de analistas como el BCE (que tiene un historial terrible predicciones).

El consenso de mercado dice que va a costar que la inflación siga bajando porque la inflación de servicios se mantiene pegajosa. Aquí, más que una cuestión de consenso es una cuestión de conocimiento: la inflación subyacente, en la que más pesan los servicios, siempre va por detrás de la inflación general y de la inflación de productos en particular.

Hay motivos para pensar que la inflación podría bajar más y más rápido de lo que proyectan tanto la mayoría de analistas como el BCE

La explicación es de sentido común. En esto es antes el huevo que la gallina.

Veámoslo con un ejemplo: primero sube la gasolina, luego el precio del transporte, luego el precio de los productos transportados, luego el sueldo del transportista, luego el del camarero del restaurante –que también tiene que llenar el depósito del coche y pagar la luz– y, finalmente, los precios del restaurante, al que también le han subido todo. La subida de precios empieza en los productos y se acaba reflejando en los servicios.

Nótese la expresión “se acaba reflejando”, es decir, hay un periodo de tiempo entre que sube el precio de la gasolina hasta que se repercute en los precios del restaurante. Por eso sube antes el IPC general que el subyacente. Pero -y esta es la cuestión-, también se da el movimiento inverso. Y por eso no se puede descartar que la inflación subyacente siga bajando: simplemente va –siempre– con retraso.

Y si la inflación no solo llega al 2%, que es el objetivo del BCE, sino que va y se queda por debajo –insisto, hoy estamos hablando de que ocurra algo que no espera nadie-, en ese caso el BCE tendría que espabilar. Porque estabilidad de precios significa evitar la inflación, pero también la deflación. El objetivo del 2% es no estar por encima, pero tampoco por debajo.

Estabilidad de precios significa evitar la inflación, pero también la deflación

Habrán visto que doy importancia a la cuestión del crecimiento. El crecimiento es importante de cara a la inflación. Cuando aumenta el paro y bajan los sueldos como consecuencia de un menor crecimiento, es también de sentido común entender que es muy difícil subir los precios de los servicios.

Y merece la pena detenerse en algo que no menciona nadie, que es que los precios industriales no es ya que estén por debajo del 2%, es que tanto en España como en la UE la variación interanual ya es negativa (-1,4% y -0,81%, respectivamente).

Pero si además la gente deja de ir a los restaurantes porque gana menos y/o se le están acabando los ahorros –también están bajando-, tarde o temprano los restaurantes tienen que bajar los precios, si no quieren tener mesas vacías. Y quien dice restaurantes dice servicios en general.

En cualquier caso, cuidado con los mantras del consenso. El último era que la Reserva Federal de EEUU (Fed) no bajaría los tipos de interés en mucho tiempo.

¿Se acuerdan de lo de “higher for longer” (“más altos por mucho tiempo”), que entonaban la gran mayoría de analistas hace solo unos meses? Pues ya verán como empiezan a bajar mañana (literalmente, hay reunión de la Fed y la duda es únicamente si bajarán 25 o 50 puntos básicos.).

Seguiremos analizando cuestiones que no espera nadie, precisamente porque es cuando aumentan las probabilidades de que ocurran. Al menos en los mercados.

***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.

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