“Se mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbre que es capaz de soportar” (Kant).
Los seguros no son el tema más apasionante y constituyen el único producto que compramos con la esperanza de no tener que usarlo nunca, pero sí tienen una serie de cualidades atractivas para los inversores.
Para empezar, a menudo son una exigencia legal: hay que tener un seguro de automóvil para poder conducir y, cuando un banco te concede una hipoteca, te exige que tengas un seguro de hogar. Lo mismo ocurre con las empresas.
Esto significa que la demanda es menos sensible a las condiciones macroeconómicas porque son necesarios tanto en épocas buenas como malas. Y cuando el coste de vida aumenta como lo está haciendo hoy y hacemos recortes en nuestros presupuestos, este tipo de seguros será uno de los gastos mensuales que seguiremos pagando.
En un mundo cada vez más global y complejo, con tecnologías cada vez más avanzadas, el valor de los seguros para ayudar a gestionar el riesgo también se está incrementando. Por ejemplo, las tasas de ciberseguridad se están más que duplicando en algunas geografías. La industria también es significativamente menos vulnerable a grandes disruptores como Google, Amazon o Uber.
Por último, muchos contratos de seguros se revalorizan anualmente, lo que significa que pueden ajustarse según la inflación. Por ello, son una inversión óptima para enriquecerse lentamente. Sobre todo, los seguros de no vida (se dividen en dos grandes coberturas: de daños y de prestación de servicios). Esta subtemática en Estados Unidos ha batido a largo plazo con mucha holgura al S&P 500 asumiendo una volatilidad similar:
Las aseguradoras financian su actividad principalmente a través de las primas que reciben de sus asegurados. A diferencia del resto de los sectores productivos, reciben el cash flow de las ventas antes de incurrir en la mayoría de sus costes, las indemnizaciones por siniestros. No requieren grandes infraestructuras ni costes fijos para operar, lo que propicia que no dependan en general de la financiación mayorista (más bien al contrario, son de los principales inversores institucionales) y que manejen ratios de apalancamiento muy bajos.
El ratio combinado se calcula como la suma del ratio de siniestralidad y el ratio de gastos y se emplea, básicamente, para medir la rentabilidad técnica de los seguros de no vida. Es la cantidad de dinero que una compañía de seguros paga en reclamaciones en comparación con la cantidad de primas que cobra. Si resulta superior al 100%, indica que se está perdiendo dinero y viceversa.
Aquí podemos intuir lo rentables que han debido ser en Estados Unidos los seguros de salud en los últimos cinco años:
Según Boston Consulting Group, la industria de seguros en su conjunto generó una sólida rentabilidad total para los accionistas (ganancias de capital y dividendos) en 2023, pero está por detrás de la mayoría de las industrias en un horizonte de cinco años. De ahí que personalmente yo excluya el ramo de vida entre mis preferencias:
La industria de seguros ha atraído menos capital que otras industrias en los últimos cinco años, perdiendo participación en el total del mercado bursátil. Teniendo en cuenta que, más allá de la tecnología, los seguros serán probablemente (junto al sector salud) uno de los segmentos más beneficiados por la inteligencia artificial, parece que hay una clara oportunidad de inversión:
Tal y como comentaba al principio, el valor se ha creado de forma significativa en el ramo que más me gusta: propiedad y accidentes (no vida).
Dicho segmento produjo casi el 40% del valor total de la industria de seguros entre 2019 y 2023:
En verde, podemos comprobar qué compañías son las reinas: baja volatilidad con alta rentabilidad.
De dichas compañías, quiero mencionar dos que conozco bien:
- Progressive: a finales de 2022, se convirtió en la compañía de seguros de automóviles más grande de EEUU. La empresa ocupó el puesto 88 en la lista Fortune 500 de 2023 de las principales corporaciones estadounidenses. En los últimos cinco años, ha subido un 230% en bolsa (vs. 90% del S&P 500).
- Arch Capital: suscribe seguros, reaseguros y seguros hipotecarios a nivel mundial, con especial atención a las líneas especiales, el segmento de la industria de seguros en el que se suscriben los riesgos más difíciles e inusuales. En los últimos cinco años, ha subido un 170% en bolsa.
Feliz semana a todos y no andemos todos los días estresados ni ansiosos: el 90% de lo que nos preocupa nunca sucede.