En España, la factura de la luz sigue siendo un misterio para muchos consumidores. De hecho, según estudios recientes, casi la mitad de los españoles no entienden su factura. Este desconocimiento casi generalizado se debe a la complejidad de los componentes que forman el precio final que pagan los consumidores, un precio muy distinto al precio mayorista de OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía).

Hay que tener claro que el precio de OMIE es solo una fracción de lo que finalmente pagamos en nuestras facturas de electricidad. A este precio se le suman diversos peajes e impuestos que forman un precio final mucho más elevado.

Los peajes de acceso, que financian el mantenimiento de la red eléctrica y otros costos regulados, representan una parte significativa en ese precio final, además del IVA y otros impuestos específicos del sector eléctrico que incrementan aún más el coste.

Electricidad a cero euros: ¿es posible?

Es muy habitual encontrarse el titular de “electricidad a cero euros” en redes o en medios de comunicación. Pero es importante desmentir la idea de que el precio de la energía puede ser cero.

Es cierto que durante la primera mitad del año hemos presenciado varios días en los que los precios en horario solar cayeron a cero euros. Sin embargo, esto no ha sido lo que ha sucedido por la noche, y tampoco es lo que estamos viviendo estos primeros días de septiembre en los que estamos observando una subida de precios que alcanzan incluso los 90 euros en horario solar, según datos de OMIE.

Aunque durante ciertas horas del día el precio en el mercado mayorista haya podido ser cero, este no es el precio final que pagan los consumidores, ya que deben sumarse las mencionadas tasas e impuestos. Es en este momento en el que el autoconsumo permite evitar estos costes adicionales, generando un ahorro real independientemente del precio de la energía en el mercado mayorista.

Es muy habitual encontrarse el titular de “electricidad a cero euros” en redes o en medios de comunicación. Pero es importante desmentir la idea de que el precio de la energía puede ser cero.

El autoconsumo no solo es una opción que permite ahorrar cuando el precio de la energía es alto, sino también cuando el precio es bajo, porque ¿quién puede prever el precio de la energía? En un escenario de precios bajos durante el “horario solar”, el ahorro en tasas sigue siendo significativo. Además, existen soluciones técnicas como las baterías de almacenamiento, que permiten desplazar el consumo del día a la noche, maximizando así la rentabilidad del autoconsumo.

De esta manera, el autoconsumo se presenta como una de las soluciones más eficaces para reducir los costes adicionales en la factura de la luz. Hemos podido observar cómo empresas y particulares han transformado superficies inutilizadas, como tejados, en fuentes de energía limpia, reduciendo su dependencia de la red y, en muchos casos, generando ingresos adicionales al vender el excedente o alquilar sus cubiertas a terceros.

Hoy en día, con los precios de los módulos fotovoltaicos en su punto más bajo, la inversión en esta tecnología es más accesible y rentable que nunca. Además, existen diferentes formas de emprender este camino, ya sea invirtiendo directamente o a través de contratos de compraventa de energía (PPA), que permiten a cualquier empresa o particular acceder a los beneficios del autoconsumo.

La transición como sociedad hacia el autoconsumo no solo ofrece un alivio económico al evitar ciertos impuestos, sino que también contribuye en la lucha contra el cambio climático. En un momento en que los costes de la fotovoltaica están en su punto más bajo, y con múltiples opciones de financiación e instalación disponibles, es el momento idóneo para invertir en energía solar. Al hacerlo, los consumidores no solo estarán reduciendo su factura de la luz, sino también apoyando una transición energética más limpia y sostenible.

*** Esther Morlanes, Directora de Alterna Energía.