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Data Centers: El Dorado español que cautiva a las grandes del Ibex

8 octubre, 2024 02:04

Cuentan las crónicas de finales del siglo XV que numerosos castellanos desembarcados en América se enrolaron en peligrosas expediciones en la búsqueda de El Dorado, una misteriosa ciudad oculta en la que, según los nativos, todo se bañaba de oro y riquezas. Su leyenda ha inspirado películas y obras literarias, permaneciendo en el imaginario popular hasta nuestros días como símbolo de ese afán de prosperidad tan natural en las personas. Una metáfora asimilable a lo que España vive hoy con los centros de procesamiento de datos o Data Centers, a partir de un boom magnético sin precedentes que atrae a instituciones y empresas poderosas a partes iguales.

Los centros de datos no son algo nuevo, pero sí lo es la velocidad a la que crecen y los volúmenes de inversión que están concentrando. En los últimos tres años el número de infraestructuras de este tipo prácticamente se ha duplicado en nuestras fronteras, superando en la actualidad el medio centenar según cifras de la patronal sectorial SpainDC. Se estima, además, que para 2026 lleguen 8.000 millones de euros nuevos destinados a la industria del dato, que ya genera en España más de 42.000 millones de euros anuales y varios miles de puestos de trabajo.

La Comunidad de Madrid aglutina en su territorio la mitad de los Data Centers del país y ya pugna con las grandes capitales europeas como polo de referencia de este sector. No son pocos los expertos que consideran, en virtud de esta apuesta, a nuestro país como el gran hub tecnológico del sur del continente. Incluso importantes compañías del Ibex-35 como el grupo constructor ACS o la firma inmobiliaria Merlin Properties, acostumbradas a ir dos pasos por delante en materia de inversiones, se han lanzado a la carrera por el desarrollo de centros de datos destinando sumas millonarias. El escenario plantea un interrogante: ¿por qué resulta tan estratégico este sector incluso para empresas alejadas, a priori, de su ecosistema natural?

Quizá la cuestión no admita una única respuesta, pero tiene mucho que ver con una idea de fondo que, pese a que parece sacada de la ficción, no deja de ser cierta: nuestro funcionamiento como sociedad dependerá cada vez más de los centros de datos. Elementos con una proyección tan elemental para nuestro futuro como la Inteligencia Artificial (IA) o los entornos en la nube no existirían sin los Data Centers, encargados de custodiar en sus entrañas toda esa información ilimitada que parecen poseer.

De hecho, la rápida expansión de estas infraestructuras en Europa responde, en gran medida, a la explosión de la IA generativa, que además de haber desbordado previsiones exhibe un potencial de desarrollo incalculable. En el caso de España, los gigantes estadounidenses de Amazon, Microsoft, Google o Meta han anunciado inversiones por encima de los 20.000 millones de euros en los próximos meses para expandir los centros de datos destinados a dar soporte a sus nuevos proyectos IA en la región. Incluso otra big tech como Oracle hizo público recientemente su proyecto de macrorregión Cloud en Madrid, a la que destinará casi 1.000 millones.

Los centros de datos no son algo nuevo, pero sí lo es la velocidad a la que crecen y los volúmenes de inversión que están concentrando

Nuestro país representa ahora una apuesta tecnológica ganadora que seduce a todos los actores por varias razones. La primera de ellas responde a una ubicación geográfica estratégica, en pleno cruce de caminos entre Europa, África y América. España ofrece una posición geopolítica privilegiada para actuar como punto de conexión para cables submarinos de datos transatlánticos y esquemas de interconexión con otros continentes, lo que facilita la baja latencia en la transmisión de información. Nuestra red de telecomunicaciones —una de las más robustas de Europa— y la alta capacidad de generación energética que poseemos emergen también como claves que fortalecen nuestra condición de referencia.

La cuestión de la energía no es un asunto menor en esta historia. Una de las grandes incógnitas que amenaza al auge de los centros de datos es la del consumo, pues se estima que cada una de estas infraestructuras requiere unas 50 veces más de energía que un edificio de oficinas promedio. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, alertó hace algunas semanas de la problemática en ciernes, tras pronosticar que para 2026 la demanda energética de los Data Centers se duplicará hasta representar la totalidad del consumo conjunto de España, Italia y Reino Unido.

Es posible que en algún momento el desarrollo de la industria del dato se vea limitada o ralentizada por el hecho de que no haya suficiente capacidad de abastecimiento. Incluso en dicho escenario, y a la espera de soluciones más eficientes, nuestro país jugará con ventaja. Ninguna otra potencia europea tiene la capacidad de España para generar energía a partir de sus recursos naturales. La variable de la sostenibilidad adquirirá un valor cada vez más capital en aras de apuntalar nuestra posición tecnológica.

El cóctel de causas y consecuencias expuestas sitúa a España en el epicentro de una tormenta perfecta de la que es difícil no salir victorioso. La conquista de El Dorado del siglo XXI para las empresas se resume en una compleja suerte de visión emprendedora, potencia de inversión y alianza con los partners propicios, además de otros factores. Comprar el futuro antes de que se agote no es un ejercicio asequible, pero representa la mejor vía para garantizar el horizonte próspero en un mundo cada día más incierto.

*** Ignacio Aguirreche Schaafsma es CEO de Tiampe. 

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