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Opinión

Biometano y calderas de condensación: el binomio clave para hogares sostenibles

Joan Batalla
Publicada

Con la llegada del frío, el debate sobre la descarbonización de la calefacción en España cobra de nuevo especial relevancia. Durante el invierno, el consumo energético en los hogares españoles puede aumentar hasta un 30%, subrayando la necesidad de soluciones más eficientes y sostenibles.

La crisis energética reciente y los compromisos europeos para reducir emisiones han subrayado la necesidad de reconsiderar también los modelos tradicionales de calefacción. En este contexto, los gases renovables como el biometano emergen como una solución eficiente, asequible y sostenible que no solo asegura el confort de los hogares, sino que también impulsa la transición energética.

La calefacción en España, al igual que en muchos países europeos, ha estado tradicionalmente ligada al gas natural. Aproximadamente el 70% de los hogares españoles utilizan gas natural y calderas para calefacción y agua caliente. Aunque esto podría parecer un obstáculo para la descarbonización, esta infraestructura existente supone una ventaja competitiva que se puede y debe aprovechar.

Biometano: una solución madura y compatible

El biometano, un gas renovable producido a partir de residuos orgánicos, es totalmente compatible con la infraestructura de gas natural existente. Esto significa que puede ser transportado y utilizado sin necesidad de costosas adaptaciones en las instalaciones domésticas.

Según nuestros estudios, España cuenta con un potencial de producción de biometano estimado en 163 TWh al año, suficiente para cubrir hasta el 50% de la demanda nacional de gas natural y, por tanto, podría descarbonizar la totalidad del consumo de los hogares de nuestro país. Además, este gas renovable ofrece producción continua, estabilidad en el suministro y capacidad de almacenamiento, factores clave durante los meses más fríos del año.

Calderas de condensación: eficiencia y asequibilidad

Tal como señala la Directiva Europea de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD, por sus siglas en inglés), a partir de 2025, se paralizarán las ayudas a tecnologías que utilicen combustibles fósiles en nuevos proyectos, lo que refuerza la necesidad de adoptar soluciones renovables y eficientes. Ante este escenario, España tiene en la elevada penetración de las calderas de condensación compatibles con gases renovables, como el biometano, una oportunidad para avanzar, de forma asequible e inmediata para los hogares, hacia una calefacción descarbonizada.

Además, no solo son compatibles con el biometano, sino también con mezclas de hasta un 20% de hidrógeno, ofreciendo una opción aún más versátil y con mayor proyección de futuro.

A diferencia de otras tecnologías eléctricas, las calderas de condensación pueden instalarse fácilmente en el mismo lugar que las calderas tradicionales, sin necesidad de realizar costosas obras o adaptaciones. Esto es especialmente relevante en España, donde el 70% de las viviendas se encuentran en edificios en altura y que cuentan con un espacio limitado. Además, su reducido coste inicial si se compara con las soluciones eléctricas las convierte en una opción asequible para la mayoría de los hogares.

Neutralidad tecnológica

La descarbonización de los hogares debe basarse en el principio de neutralidad tecnológica, promoviendo una variedad de soluciones adaptadas a las diferentes necesidades y posibilidades económicas de las familias. Por ejemplo, en Alemania, la combinación de incentivos para calderas de gas de alta eficiencia con el uso de biometano ha permitido reducir considerablemente las emisiones en el sector doméstico, mientras que en Dinamarca la integración de soluciones híbridas ha optimizado la transición energética sin imponer un único modelo.

En zonas donde ya existe una infraestructura de gas en funcionamiento, es fundamental aprovecharla para evitar inversiones innecesarias y asegurar una transición accesible para todos los hogares, sin excluir a nadie por la tipología de la vivienda o su renta disponible.

Desincentivar el uso de calderas de gas, incluidas las de condensación, de por sí más eficientes que las tradicionales, podría generar efectos adversos, especialmente para los hogares que no pueden permitirse alternativas más costosas. La combinación de gases renovables y calderas de condensación ofrece una transición realista y equilibrada hacia un sistema de calefacción y agua caliente sanitaria más sostenible.

Un futuro descarbonizado para los hogares españoles

La transición hacia una calefacción más sostenible no solo es posible, sino necesaria. Con la llegada del invierno, es urgente adoptar medidas que mejoren la eficiencia energética de los hogares, sean accesibles para todos y contribuyan a la descarbonización a largo plazo.

El binomio formado por las calderas de condensación y los gases renovables representa una solución viable, eficiente y asequible para avanzar hacia un futuro energético sostenible en España. Esta combinación no solo garantiza confort y seguridad en el suministro, sino que también impulsa la economía circular y la creación de empleo, contribuyendo al progreso de un país más sostenible, seguro y eficiente.

** Joan Batalla – presidente de Sedigas (Asociación Española del Gas)