En muchos ámbitos, la Navidad se ha convertido en un tema polémico.
En un estado laico, como el español, celebrar oficialmente el nacimiento de Jesucristo no está exento de controversia.
Sin embargo, incluso entre agnósticos, ateos y practicantes de otras religiones, la Navidad tiende a ser una fecha de (vocación de) unión con nuestros seres queridos, de deleite y de arraigo.
La Navidad incorpora la alegría de la infancia y es un símbolo de buena voluntad. No es de extrañar que los grandes anunciantes aprovechen la oportunidad de trasladar la nostalgia positiva de la Navidad a sus marcas.
La Navidad incorpora la alegría de la infancia y es un símbolo de buena voluntad
La nostalgia "esa dulce tristeza alegre", es la joya de la corona en branding.
Anclada en el hipocampo, la zona de nuestro cerebro que almacena nuestros recuerdos a largo plazo, la nostalgia se activa para recordarnos la posibilidad de alegría, para revivir la emoción que nos gustaría repetir, para ayudarnos a seguir adelante.
La capacidad del cerebro de vincular estos sentimientos con un recuerdo en particular se llama «asignación de valencia positiva».
Según un estudio realizado por el Instituto Salk (EE.UU.) y publicado en 2022 por la agencia EFE, ante vivencias significativas, nuestro cerebro identifica el valor del recuerdo y genera en la amígdala basolateral (BLA) neurotensina, una molécula de señalización que propicia la nostalgia.
El calado de la nostalgia es muy profundo y, por si fuera poco, funciona en espiral creciente.
Cuanto mayor es el grado de nostalgia que asociamos a un recuerdo, y cuánto mayor es nuestra reincidencia rememorándolo, más hermoso nos parece.
Por eso, a medida que nos hacemos mayores, nuestros recuerdos bonitos de la infancia tienden a parecernos, cada vez, más bonitos.
Desde un punto de vista evolutivo, este anclaje nostálgico tiene sentido porque ayuda a las personas a mantenerse optimistas, y esta mirada optimista es clave para nuestra supervivencia y desarrollo.
Este anclaje nostálgico tiene sentido porque ayuda a las personas a mantenerse optimistas
Esto implica, a nivel puramente pragmático, que las personas con mayor inclinación a la nostalgia "positiva" tienden a mostrar mayor resiliencia y adaptabilidad ante situaciones adversas.
Por eso, más allá de las creencias espirituales, los negocios aprovechan la Navidad para asociar sus marcas a una aspiración que va mucho más allá de sus transacciones comerciales.
Porque cualquier vínculo, cargado de alegría, buena voluntad y vocación de cuidado merece ser celebrado.
Y la Navidad es una excusa perfecta para celebrar lo mucho de lo que somos capaces cuando compartimos sus grandes valores universales.