Ayudar al desarrollo de las comunidades es un concepto que solemos asociar a filantropía o incluso cooperación internacional a través de grandes acuerdos entre las naciones.
Sin embargo, las empresas y la financiación también juegan un rol destacado en el desarrollo de las comunidades, no solo en sus países de origen sino también en aquellas economías que no están tan desarrolladas.
Estos proyectos -que transforman realidades y mejoran efectivamente la calidad de vida de las personas- requieren de una fuerte inversión y, por tanto, de una financiación a medida y de empresas expertas en la materia para la ejecución, capaces de ofrecer proyectos ‘llave en mano’ para facilitar su puesta a punto.
Las empresas y la financiación también juegan un rol destacado en el desarrollo de las comunidades
Es aquí donde las empresas españolas tienen mucho que aportar. Es de sobra conocido que las grandes empresas energéticas o de construcción en España, han sabido aprovechar esta coyuntura para realizar operaciones de energía sostenible, carreteras y puentes fuera de nuestras fronteras, apalancándose en los bancos.
Pero esta financiación social no está solo restringida a las compañías del Ibex35, sino que también en muchos casos es utilizada para proyectos realizados por empresas medianas, especializadas en un producto o sector, que buscan expandir sus horizontes más allá de nuestras fronteras al tiempo que cumplen sus objetivos sostenibles.
A continuación, me permito poner un par de ejemplos de proyectos en los que, desde Deutsche, por ejemplo, se están llevando a cabo. Recientemente, se ha financiado al Gobierno de Senegal para la instalación de 4.000 kilómetros de 100.000 farolas solares que mejoraran el alumbrado público del país africano, además de modo sostenible por el origen solar de su energía.
Contar con un buen alumbrado público es un factor de cambio en términos de seguridad, tanto en la conducción como en la prevención de los crímenes en las calles. Esta instalación, y posterior mantenimiento la ha realizado la empresa Salvi Lighting Barcelona, una empresa basada en Cataluña, con más de un siglo de experiencia en la iluminación pública y que ha realizado proyectos tanto en España como en el extranjero.
La financiación social no está restringida al Ibex 35, muchas empresas medianas también la utilizan en sus proyectos
Para ejecutar esta operación, se ha contado con el respaldo de Cesce y la colaboración de otros bancos, que han permitido apoyar a una empresa española en sus proyectos sociales de índole internacional.
Otra de estas financiaciones ha sido para la construcción de un hospital de maternidad en la provincia de Córdoba, en Argentina.
En marzo de 2019, como parte de una relación de largo plazo entre la República Argentina y el Grupo Deutsche Bank , Deutsche Bank España logró cerrar dos acuerdos importantes en la provincia de Córdoba. Menos de un año después, también se otorgó un tercer mandato a la constructora española, Eductrade SA para la construcción de un hospital de maternidad (Hospital Provincial Nueva Maternidad Felipe Lucini.
Este acuerdo se estructuró con el apoyo del Cesce y se llevó a cabo con la empresa Eductrade, que desarrolla proyectos ‘llave en mano’ con un fin social desde hace más de 25 años.
Estos proyectos contribuyen a la estabilidad y cohesión social, más allá de reducir la desigualdad, dotar de servicios básicos a aquella parte de la población que tiene un acceso más difícil y promover la inclusión. De este modo, se fortalece el tejido social y se generan beneficios a largo plazo.
Uno de los parámetros principales para medir el alcance de los proyectos sociales es el impacto a largo plazo que tendrá y cómo ese cambio estructural acaba suponiendo una mejora sustancial en la calidad de vida de la población donde se realizan los proyectos.
La financiación sostenible ofrece una serie de ventajas que se deben valorar positivamente, como la agilidad y la capacidad de movilizar recursos. Para maximizar el impacto positivo de la financiación privada, es esencial fomentar un enfoque colaborativo entre el sector privado, el sector público y las comunidades beneficiarias, asegurando que los proyectos respondan a las necesidades reales de la sociedad y se implementen de manera justa y sostenible.
En conclusión, las entidades financieras debemos comprometernos con este tipo de proyectos sociales de gran envergadura. Nuestra capacidad de destinar recursos, tanto financieros como materiales, nos hace indispensables para abordar los desafíos sociales a los que se enfrenta el mundo. Debemos ser un catalizador para el cambio, promoviendo el desarrollo sostenible y generando beneficios a largo plazo en la sociedad.
Esta es una buena manera de abrir puertas a las empresas más allá de nuestras fronteras con un mayor grado de certidumbre y asegurando su estabilidad financiera, ya que están respaldadas por bancos globales y, además, su acreedor es el gobierno del país que se beneficia de estas infraestructuras.
Del mismo modo, estas operaciones cuentan con el apoyo de aseguradoras españolas, donde el banco también intercede para gestionar los posibles riesgos relacionados con estas transacciones.
*** Iñaki Ramiro es responsable de Structured Trade & Export Finance (STEF) de Deutsche Bank España