El presidente electo de Estados Unidos, Trump, asiste a un evento de Turning Point USA en Phoenix, Arizona.

El presidente electo de Estados Unidos, Trump, asiste a un evento de Turning Point USA en Phoenix, Arizona. Reuters

Opinión Blue Mondays

Los retos económicos de 2025: ¿Otro año de montaña rusa financiera?

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Con el reloj descontando el inicio de 2025, los mercados globales se preparan para un nuevo asalto a la incertidumbre. Los retos económicos que se vislumbran no son meramente teóricos; tienen implicaciones directas en las estrategias de inversión, los flujos de capital y la estabilidad de los mercados.

El mensaje, una vez más en forma de déjà vu, adelanta un año no apto para los débiles de corazón, un cóctel de alta volatilidad, desafíos macroeconómicos y tensiones geopolíticas que promete mantener a los inversores en vilo.

La resaca de las políticas monetarias

Después de un ciclo de aumentos y posteriores recortes de tasas de interés, los bancos centrales enfrentan un dilema. ¿Han hecho lo suficiente para controlar la inflación o han puesto en peligro el crecimiento económico?

La Reserva Federal de EEUU, el BCE y otros grandes bancos han intentado equilibrar esta cuerda floja, pero los resultados no son concluyentes. La inflación global sigue siendo pegajosa en ciertos sectores, mientras que el crecimiento muestra signos de fatiga.

Los retos económicos que se vislumbran no son meramente teóricos; tienen implicaciones directas en las estrategias de inversión

Para los mercados de renta fija, 2025 podría ser el año en que las curvas de rendimiento vuelvan a la “normalidad”, o tal vez no. Si la inflación persiste, los bonos seguirán siendo castigados, y la duración seguirá siendo un tema delicado.

Para los inversores en renta variable, el panorama también es complicado: una política monetaria menos restrictiva puede ser positiva para los múltiplos, pero ¿cuánto margen queda para una expansión sostenida en un entorno de crecimiento anémico? 

Geopolítica: una amenaza persistente

La geopolítica seguirá siendo un factor clave en los mercados. Las tensiones entre China y Estados Unidos continúan escalando, con impactos en cadenas de suministro, tecnología y flujos comerciales a la baja.

Europa enfrenta un panorama político fragmentado mientras intenta reducir su dependencia energética y reforzar su competitividad tecnológica con un ojo puesto en el oso ruso.

Europa enfrenta un panorama político fragmentado mientras intenta reducir su dependencia energética

Y no olvidemos la volatilidad crónica en regiones como Oriente Medio, que puede disparar los precios del petróleo llevando la inflación de vuelta a la zona roja.

Mientras, los BRICS siguen consolidando una alianza cada vez más fuerte y robusta que la miope agenda política es incapaz de detectar preocupada de la supervivencia de su propia burocracia en forma de lema progresista.

La tecnología como catalizador y desafío

El auge de la inteligencia artificial y las tecnologías verdes continuará redefiniendo sectores enteros. La transición energética sigue siendo una narrativa central para los políticos, pero no tanto para los inversores.

El problema de fondo persiste y los costos asociados a la adopción de tecnologías limpias, las disputas por materias primas críticas y las elevadas valoraciones, seguirán alimentando la especulación y la volatilidad.

El auge de la inteligencia artificial y las tecnologías verdes continuará redefiniendo sectores enteros

En el ámbito de la tecnología, los gigantes tecnológicos enfrentan una presión regulatoria sin precedentes, particularmente en Estados Unidos y Europa.

Esto plantea un dilema para los inversores: ¿seguir apostando por el crecimiento disruptivo o buscar refugio en sectores más tradicionales? 2025 puede alumbrar la primera separación de negocios en alguna de las grandes compañías. El Nasdaq ha demostrado su capacidad para aislarse de estos “problemas”, pero el riesgo de pinchazo de la burbuja es real.

Mercados emergentes: oportunidades y peligros

Los mercados emergentes prometen un terreno fértil para los que buscan una oportunidad. El fortalecimiento del dólar, combinado con altas tasas de interés globales, ha puesto presión sobre muchas economías emergentes.

Las grandes preguntas para 2025 giran en torno a China e India: ¿podrá China mantener su recuperación económica mientras enfrenta problemas estructurales como la deuda y la crisis de su mercado inmobiliario? ¿Podrá India aprovechar su crecimiento demográfico para consolidar su posición como un motor económico global?

¿Podrá China mantener su recuperación económica mientras enfrenta problemas estructurales?

Las monedas emergentes seguirán siendo altamente sensibles a los movimientos de las tasas de interés de los mercados desarrollados, mientras que las materias primas desempeñarán un papel crucial en las balanzas comerciales de estas economías.

Las criptomonedas y activos digitales

Después de un resurgimiento en 2024, las criptomonedas entran en 2025 con un aire de madurez relativa, gracias al avance de regulaciones como MiCA en Europa y los marcos en desarrollo en EEUU. Sin embargo, la incertidumbre regulatoria en Asia y América Latina podría generar una volatilidad renovada.

El bitcoin y el ether continúan dominando, pero los inversores institucionales están empezando a prestar atención a proyectos más especializados, como las finanzas descentralizadas (DeFi) y los tokens verdes.

Los activos digitales también están influenciados por el contexto macroeconómico: tasas más bajas podrían revitalizar este mercado, mientras que la adopción corporativa sigue siendo un factor clave para su legitimación.

La pregunta del millón sigue siendo: ¿las criptomonedas son el nuevo oro digital o simplemente una moda pasajera?

Recesión global: ¿Una amenaza real?

Las previsiones de crecimiento global para 2025 son moderadas, con el FMI advirtiendo sobre una posible desaceleración sincronizada en economías desarrolladas y emergentes. Las causas principales incluyen la ralentización en China, la debilidad de la eurozona y un consumo más contenido en Estados Unidos. Aunque el escenario base no es una recesión global, los riesgos a la baja son considerables.

Para los inversores, esto implica que la gestión de riesgos será crítica. El oro es esencial para estar protegido del devaluado dólar, mientras que activos de riesgo, como las small caps y los mercados emergentes emergen como las escasas oportunidades para generar alfa en la cartera.

Aunque el escenario base no es una recesión global, los riesgos a la baja son considerables

El 2025 será un año lleno de desafíos, pero también de oportunidades para quienes sepan navegar sus complejidades. Los inversores necesitarán ajustar sus estrategias constantemente, combinando flexibilidad táctica con disciplina a largo plazo.

Desde el seguimiento de políticas monetarias hasta la gestión de exposiciones geopolíticas, la clave va a estar en no dejarse llevar por cada bandazo cortoplacista. Porque, al final, la incertidumbre es el único elemento garantizado en los mercados.