En una era donde la presión por alcanzar el éxito es más evidente que nunca, el reciente estudio que he liderado junto a Alberto Ribera pone en primer plano una cuestión crucial: ¿pueden los líderes ser verdaderamente felices?
Según los datos, un 83% de los líderes empresariales se consideran bastante o muy felices, alcanzando un 8 sobre 10 en el ranking de la felicidad. Sin embargo, esta felicidad no es un fin en sí mismo, sino una consecuencia de enfoques más profundos, como señaló John Stuart Mill al afirmar que “la felicidad solo se logra cuando no se busca directamente”.
El estudio destaca una tendencia interesante: mientras que la mayoría de los líderes afirman ser resilientes (94%), sólo un tercio tiene un propósito vital definido. Este desequilibrio resalta la importancia de tener una vida significativa, algo que Viktor Frankl subrayó en su obra El hombre en busca de sentido. Según el autor, la falta de un propósito claro puede convertirse en un obstáculo para alcanzar una felicidad más auténtica y sostenida en el tiempo.
Resiliencia y adaptación: el motor de los grandes líderes
Uno de los hallazgos más reveladores del estudio es la centralidad de la resiliencia en el liderazgo actual. En un mundo empresarial marcado por la volatilidad, la capacidad de adaptarse y superar adversidades se ha convertido en una competencia esencial para el éxito.
Un claro ejemplo es Satya Nadella, CEO de Microsoft, cuya gestión transformacional ha destacado por su enfoque en la adaptabilidad y la empatía. Bajo su liderazgo, Microsoft ha experimentado un renacimiento cultural que ha hecho hincapié en la importancia del bienestar emocional y el crecimiento personal de sus empleados.
La capacidad de adaptarse y superar adversidades se ha convertido en una competencia esencial para el éxito.
En línea con esta idea, el estudio indica que el 74% de los CEO están profundamente comprometidos con la creación de entornos laborales felices. Este enfoque es clave no sólo para atraer y retener talento, sino también para fomentar la innovación y la productividad.
Sin embargo, construir una cultura organizacional feliz no es tarea sencilla; requiere del compromiso continuo del equipo directivo y una estrategia clara que fomente el bienestar integral de todos los miembros de la organización.
El liderazgo que impulsa la felicidad
Es crucial que los líderes no sólo busquen su propio bienestar, sino que también se preocupen por el de sus equipos. El estudio destaca que casi un 60% de los líderes consideran que contribuyen significativamente a la creación de un ambiente laboral positivo. Este dato es alentador, pero también plantea el reto de cómo hacer que ese 40% restante participe de manera activa en la creación de entornos más felices
Como señala el estudio, la felicidad en el liderazgo es un enfoque integral que no se centra únicamente en el éxito profesional, sino también en el desarrollo personal y las relaciones interpersonales.
Es crucial que los líderes no solo busquen su propio bienestar, sino que también se preocupen por el de sus equipos
De hecho, casi la mitad de los líderes encuestados mencionaron el crecimiento personal y profesional como los pilares de su bienestar. Al final, la felicidad no se trata solo de resultados empresariales, sino de vivir con propósito y equilibrio, ayudando a otros en el proceso.
En conclusión, este estudio ofrece una guía clara y reflexiva para aquellos líderes que buscan no solo alcanzar su propia felicidad, sino también crear un entorno donde todos puedan prosperar.
La resiliencia, el propósito y las relaciones humanas siguen siendo las claves para un liderazgo feliz y exitoso. Y como decía Frankl, “aquellos que tienen un porqué para vivir, pueden soportar casi cualquier cómo”.
Es momento de que los líderes empresariales abracen ese porqué y construyan un futuro laboral más feliz y significativo.
*** Antonio Núñez, senior partner de Parangon Partners.