Bajo las olas de las noticias, se observan movimientos difíciles de detectar. Movimientos que hay que interpretar en su verdadero significado e intensidad. Luego, poco a poco van apareciendo hasta quedar al descubierto y convertirse en teoría reconocible. 

Eso está pasando con las resistencias al programa 2030

A principios de siglo ya oí hablar del programa 2030. Luego se fue consolidando hasta ser la ideología general defendida por todo el arco parlamentario de las democracias. Cualquier crítica era rápidamente calificada de acientífica, retrógrada y casi fascista. Negar el cambio climático o la necesidad de invertir en energías limpias, renovables y no contaminantes era una temeridad propia de grupos residuales. 

Ahora los que ponen en duda la solidez de las teorías sobre las que se basa el programa 2030 tienen presencia significativa en muchos parlamentos. En alguno pueden entrar en sus gobiernos. 

"Las metas de electrificar el automóvil parece que se van alejando. Las compañías automovilísticas europeas empiezan a tener problema".

No creo que varíe esta situación de golpe, tampoco es deseable. Pero algo se está moviendo por debajo de la ola oficial. La llegada al poder político de las derechas populistas es un dato que arranca astillas a la teoría oficial del horizonte 2030.

Ya fue un golpe al programa 2030 la declaración de la energía nuclear como “verde”. Era evidente que Francia, que depende de más de 50 centrales nucleares, no las iba a cerrar; hubiera sido una orden incumplible insistir en su cierre. Lo curioso es el silencio oficial ante el cinismo de la declaración. 

Otro de los temas básicos del programa 2030 amenazado es el de la movilidad y la lucha contra la emisión de CO2 por el uso de combustibles fósiles. Las metas de electrificar el automóvil parece que se van alejando. Las compañías automovilísticas europeas empiezan a tener problemas.

La competencia china se impone con sus marcas híbridas o eléctricas. Los europeos con inversiones en sistemas tradicionales de producción y mayores costes salariales solo pueden competir con aranceles para defenderse. Los sindicatos alemanes han pactado el despido de 35.000 empleados hasta el 2030 (¡fíjense en la fecha!) sin cerrar instalaciones ¡Ya veremos cómo se manifiestan esos mismos sindicatos y las fuerzas políticas locales cuando llegue el turno de esos cierres!

" Trump exige que la UE compre petróleo estadounidense para evitar aranceles a sus exportaciones. Un petróleo que procede en buena parte del fracking"

Por otra parte, los fabricantes de diésel anuncian una variedad no contaminante para retrasar la decisión de prohibir su uso. Además, Trump exige que la UE compre petróleo estadounidense para evitar aranceles a sus exportaciones. Un petróleo que procede en buena parte del fracking. Europa importará contaminación y emisiones de CO2 si quiere seguir vendiendo en USA.

¿Afirmaremos cínicamente que el CO2 del fracking estadounidense no cuenta por lejano? El “Acuerdo de París” para el uso generalizado de energías renovables a nivel mundial está en “veremos” para el 2030. 

La política agraria en materia de abonos e incentivos está siendo atacada desde dentro de la UE. Las manifestaciones de agricultores y ganaderos europeos alegan que los países exportadores no las cumplen. ¿Por qué ellos sí?

El acuerdo UE-Mercosur tiene toda la pinta de ser inane. Lo tienen que aprobar cada parlamento nacional ¿lo hará Francia con el “midi” agrario en contra? ¿Y otros países que compiten con la carne argentina o uruguaya? Para aprobarlo pedirán relajar exigencias a los productos europeos (en contra del programa 2030) y una aplicación más estricta en Mercosur. 

"Empieza a haber dudas sobre la gran esperanza: el hidrógeno como fuente de energía"

Por si faltara algo, empieza a haber dudas sobre la gran esperanza: el hidrógeno como fuente de energía. Alpig Energía España o Hygreen Energy indican que los elevados costes de las inversiones apuntan, al menos, a un retraso en su implantación. 

Da la impresión que el programa 2030 en la economía europea no va a cumplirse tal como se había programado. Presiones políticas, sociales, de comercio internacional y de rendimiento financiero serán los obstáculos a los que se van a enfrentar sus defensores. En 2025 sólo faltan cinco años para 2030. Eso en política europea es muy poco tiempo.

La utopía de la fecha, puede obligar a su dilación o peor: convertir el programa 2030 en una distopía europea. Palabra que según la RAE significa: realidad ficticia de una sociedad futura de características negativas. 

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.