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Representación física de un bitcoin delante de un gráfico de cotización. iStock
Vaya por delante que soy totalmente partidario de que exista una moneda digital independiente de las decisiones de políticos y bancos centrales. Me parece un gran avance. Dicho esto, tenemos que ser conscientes de que, en el mundo del Bitcoin, también existen lo que en los mercados se denominan “manos fuertes”.
Aclaro, para las “malas lenguas”, que nosotros, como asesores independientes que somos, podemos recomendar cualquier tipo de activo, sector o país, incluido el Bitcoin. No tenemos conflicto de interés de ningún tipo.
Pero también somos conscientes de que últimamente los vendedores de este tipo de activo transmiten la idea de que es imposible que el Bitcoin tenga una fuerte caída, ahora que ha consolidado su presencia institucional, se encuentra dentro del marco regulatorio y, por si todo esto fuera poco, cuenta con el apoyo de la nueva administración norteamericana.
El razonamiento establece que, al existir una cantidad claramente delimitada de Bitcoins, siempre habrá escasez. No como el dólar o el euro, que fabrican o retiran a voluntad la Reserva Federal o el BCE. Y que, a demanda en constante aumento y oferta invariable, lo único que puede hacer el Bitcoin es subir sin grandes interrupciones.
La idea es sólida. Los políticos cada día tienen menos credibilidad y los banqueros centrales no les andan a la zaga, con lo cual la demanda de Bitcoin tiene muchas probabilidades de mantenerse estable (salvo que le surja un competidor serio). Y, al menos con la información que tenemos actualmente, la oferta - los Bitcoins disponibles -, no puede aumentar.
Lo único que puede hacer el Bitcoin es subir sin grandes interrupciones
El problema es que el planteamiento es incompleto. Y lo que no se dice es muy importante. Falta añadir “a largo plazo”.
La hipótesis es sólida en el largo plazo, pero no en el corto o incluso medio plazo. El Bitcoin no solo puede caer - como en 2022, que llegó a caer más de un 70% desde máximos -, también es errónea la idea de que no existen “manos fuertes” capaces de mover la demanda del valor. No existe un Banco Central del Bitcoin, cierto, pero, en la práctica, es como si hubiera varios.
Les voy a poner un ejemplo muy de actualidad. Michael Saylor, cofundador y CEO de una empresa llamada Micro Strategy, que en realidad es una empresa tecnológica, tuvo la visión de utilizar el dinero de la compañía para comprar masivamente Bitcoin y ahora cuenta con una posición de 450.000 unidades. Actualmente, se negocian más de 100.000 al día, así que esta empresa tiene capacidad para mover el mercado.
Alguien me dirá que nunca van a vender esa posición. Eso es desconocer el mundo de la inversión y de la especulación financiera, donde todo tiene un precio. Existen muchas motivaciones para realizar beneficios. Sin ir más lejos, iniciar cualquier otra aventura empresarial o especulativa.
También están los primeros grandes compradores de Bitcoin. El razonamiento anterior también vale para ellos. El creador anónimo, al que se conoce como Satoshi Nakamoto, posee más de 1 millón. El intermediario Binance tiene casi 600.000. Y Black Rock tiene ya más de 500.000. A estos grandes tenedores de Bitcoin se les conoce como “ballenas”. Es una buena metáfora de su capacidad de influencia sobre el mercado.
No existe un Banco Central del Bitcoin, cierto, pero, en la práctica, es como si hubiera varios
¿Significa esto que no se debe invertir en Bitcoin? Por supuesto que no. Significa que se debe de invertir con cabeza. Tenemos que invertir en Bitcoin cuando resulte interesante, sea por análisis técnico, o porque se haya producido una caída muy importante o porque pensemos que puede haber una crisis de la deuda pública de los países occidentales (y Bitcoin sea uno de los posibles refugios). Pero no debemos invertir pensando que es algo que no puede bajar.
También significa que, si se invierte en Bitcoin, hay que estar atento a que hacen las “manos fuertes”. Y ser conscientes de que, cuando anuncian sus grandes compras, no lo hacen por generosidad hacia el resto de inversores. Desde que existen las bolsas, cuando alguien toma una posición y luego lo cuenta, es para que otros inviertan en el valor y aumente la cotización sin que ellos tengan que poner más dinero. Y les aseguro que, cuando vayan a vender, no lo comunicarán previamente.
Me dirán también que como a largo plazo, probablemente es cierto que el Bitcoin solo tiene dirección al alza, no hay de que preocuparse. El problema es que esto también se dice del SP 500. Pero no es menos cierto que la mayoría de la gente, cuando ve que su fondo indexado al SP 500 cae un 25% - por ejemplo en 2022, sin ir más lejos -, tiende a asustarse y malvender. No les quiero decir un activo que es capaz de caer un 70% en unos meses.
Por lo tanto, Bitcoin sí, pero sin mitos. No será ni la primera ni la última vez que surja un nuevo activo, que puede ser muy atractivo, pero sin duda acabará funcionando con las mismas reglas fundamentales de los mercados con las que han funcionado el resto, reglas que están en vigor desde incluso desde antes que existiera el dinero.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.