Von der Layen, la presidenta de la Comisión europea, no se contenta con que Sánchez, es decir España, llegue al 2% del PIB en gasto de defensa; ella querría un 3%. 

Si el PIB español es de aproximadamente 1,6 billones de dólares, un 3% serían cerca de 50.000 millones de dólares. Dado que ese gasto actualmente es de unos 20.000 millones de euros, España debería gastar más de 13.000 millones para llegar al 2% y otros 15.000 más para llegar al 3%. Unos 28.000 millones de euros para cumplir las expectativas de la presidenta de la Comisión Europea.

Si el gasto público español es de 694.000 millones de euros, eso supondría que el gasto en defensa sería el 7,5% del total de gasto. Sin contar las pensiones (200.000 millones) los 50.000 millones de gastos en defensa supondrán más del 10% del gasto público español ¿Razonable? En época de guerra sería más. En época prebélica quedaría escaso ¿ahora? ¿En una época de paz inestable sería defendible?

La respuesta es complicada. Primero porque España no se encuentra en ninguna de esas circunstancias o, por lo menos, no las siente la opinión pública. Aunque la “opinión publicada” quiera llamar la atención sobre la situación, su influencia es limitada. 

Tampoco es fácil de contestar porque no hay consenso parlamentario para que el Gobierno consiga un apoyo en el Congreso para hacer ese gasto con sus socios actuales. Necesitaría un acuerdo de “gran coalición” con el PP, como la única posibilidad, pero difícil.

España debería gastar más de 13.000 millones para llegar al 2% y otros 15.000 más para llegar al 3%

Tercero, hay dudas de que el actual gobierno español tenga las competencias necesarias para gastar ese dinero de manera eficaz y eficiente.

Además, ¿de dónde saldrían esas cantidades? Sánchez pretende que haya un aporte de la UE. Pero la Comisión Europea considera que ya ha hecho un esfuerzo suficiente con los 140.000 millones de euros de los Next Generation que va a recibir España. Habría otros dos caminos: más impuestos o reducir los gastos de otras partidas presupuestarias para dirigirlos a gastos de defensa.

La carga impositiva español y, sobre todo, el aumento acelerado de ella a la clase media es ya insoportable. Al no haber deflactado los tipos de los tramos de IRPF y recuperar el nivel del IVA pre-pandemia, la inflación está esquilmando a la clase media, no solo por la subida de precios de productos y servicios, también por vía impositiva. 

Un nuevo apretón impositivo crearía desaceleración del crecimiento económico, aumento del desempleo y pérdida de competitividad para exportar. 

Por otra parte, cortar partidas del presupuesto (por ejemplo sociales) para gastar en defensa sería vetado por alguno de los socios parlamentarios de Sánchez (¿Podemos; Bildu, Sumar …?).

Un nuevo apretón impositivo crearía desaceleración del crecimiento económico, aumento del desempleo y pérdida de competitividad para exportar

Así que el mensaje de Von der Leyen a Sánchez es un mandato “difícil de ejecutar” política y económicamente. Incluso si el objetivo se quedase en el 2%.

La petición de Von der Leyen recuerda la película de Pollack (1969): “Danzad, malditos, danzad”.

En plena crisis de la gran depresión del 29 los desesperados ciudadanos estadounidenses acuciados por la miseria se apuntan a un concurso de baile hasta la extenuación para ganar 1.500 dólares. Mientras, son contemplados por una población que se divierte con su sufrimiento.

EEUU y Rusia contemplan con sorna el esfuerzo de los estados de la UE en gastar en defensa. Mientras ellos miran, Von der Leyen, como el animador del concurso de la película, estimula a los gobiernos europeos a gastar.

La película acaba en un melodrama de suicidio y cárcel, porque los danzantes no estaban psicológicamente preparados para el concurso y entran en él por desesperación, no por vocación.

Cuando los votantes vean que se empobrecen para rearmarse se revelarán. Los políticos que encabezan este movimiento se la juegan. No lo harían si hubiera una guerra de verdad. Pero no la hay.

El PP de Aznar/Rajoy perdió las elecciones porque pareció que participó en una guerra, aunque en realidad nunca fue.

Por eso la petición de Von der Leyen a Sánchez es mucho más peligrosa para él que los casos de corrupción de su entorno.

Sanchez aún no es consciente. Por eso, es posible que entre en el baile y dance.

¡Danza, maldito, danza!

** J. R. Pin Arboledas es profesor del IESE.