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Opinión

España, ante la oportunidad de replicar el éxito de la energía renovable con los gases verdes

Manuel Alonso
Publicada

La Unión Europea ha avanzado de forma valiente en la transición energética, con la energía eólica y solar como protagonistas. España, en particular, ha liderado el despliegue de renovables eléctricas, logrando que más del 50% de su generación provenga de fuentes limpias. Sin embargo, la electrificación no es suficiente para alcanzar la descarbonización total de la economía.

Es en este contexto es donde los gases verdes, como el biometano, se presentan como una fuente energética esencial para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como son la industria y el transporte pesado. A nivel europeo, el biometano se ha consolidado como la alternativa sostenible al gas natural, ya que cuenta con la capacidad de ser almacenado, distribuido y utilizado según la demanda, es decir, guarda las mismas propiedades que las moléculas fósiles, pero contribuye con la descarbonización de la economía. 

En países como Dinamarca y Alemania, esta tecnología juega un papel clave en el suministro energético, representando en algunos casos hasta el 20% del gas consumido. Francia cuenta con más de 700 plantas de producción y Alemania lidera la producción en Europa con más de 11.000 de biogás y de biometano, mientras que en España apenas suma 11 plantas operativas.

La Unión Europea ha establecido un objetivo ambicioso de alcanzar una producción anual de 35.000 millones de metros cúbicos de biometano para 2030, como parte del plan REPowerEU. Esto supone multiplicar por cinco la capacidad actualmente instalada, que el año pasado alcanzó los 6,4 millones de metros cúbicos, según la European Biogas Association (EBA). 

España está llamada a ser un actor de referencia para lograr estas metas. Según las estimaciones de SEDIGAS, nuestro país cuenta con una capacidad para producir 163 TWh al año del gas renovable, suficiente para cubrir prácticamente la mitad de la demanda de un año, que Enagás calculó en 311,7 TWh el pasado ejercicio.

Descarbonización y solución medioambiental

Además de su importancia en la descarbonización de la economía, el biometano es una solución eficiente para la correcta gestión de los residuos agroganaderos. España genera anualmente millones de toneladas de purines, estiércoles y restos agrícolas que, de no gestionarse correctamente, pueden suponer un problema ambiental. 

La producción de biometano permite valorizar estos residuos, reduciendo su impacto en los suelos y las aguas subterráneas, al tiempo que ayuda a los agricultores y ganaderos a una mejor gestión de estos desechos, muchos de los cuales hoy en día acaban depositados en los campos sin higienización.

El biometano es una solución eficiente para la correcta gestión de los residuos agroganaderos

Mediante la digestión anaerobia, el proceso con el que se extrae de las materias primas agroganaderas el biogás del que se obtiene el biometano, no solo se produce la molécula verde que se inyectará a la red, sino que también se genera el llamado digestato. Este subproducto, una vez tratado, se convierte en un fertilizante orgánico de alta calidad, que representa una alternativa real a los fertilizantes químicos y se alinea con las directrices de la UE, ya que reduce la dependencia de productos importados.

En Biorig, compañía de origen castellano-leonés, estamos desarrollando más de 20 instalaciones de biometano, de las que 10 se ubican en 6 provincias de Castilla y León. Estamos seguros de que estas plantas, además de provocar un impacto positivo en el medioambiente, contribuirán a crear una mayor riqueza en los territorios, empleo de calidad, desarrollo económico y dinamizarán el sector agrícola y ganadero.

Diseñamos ecosistemas de proximidad donde recogemos los residuos agroganaderos locales, los tratamos, y producimos nuevos fertilizantes sostenibles para los suelos agrícolas, fomentando la economía circular, la trazabilidad del abono del campo y evitando el vertido de miles de toneladas de residuos sin higienizar al año.

En este sentido, solo empleamos materias primas agroganaderas (purines, estiércol y paja, principalmente de maíz) procedentes de explotaciones cercanas, asegurando una gestión eficiente de los residuos y minimizando la huella logística. Este enfoque nos permite mejorar la trazabilidad y generar siempre un impacto positivo en las comunidades locales. 

El fertilizante orgánico que producimos a partir del digestato es sólido, inodoro y está homologado a través del Reglamento de la UE 2019/1009. Su aplicación en la agricultura no solo evita el uso de productos químicos, sino que también mejora la estructura del suelo y mantiene su fertilidad durante más tiempo.

Además, el empleo de tecnologías avanzadas y el cumplimiento de estrictas normativas medioambientales aseguran que nuestras plantas no emitan olores, no consuman agua y no generen vertidos.

Una oportunidad estratégica para España

El biometano no solo es una solución ante la crisis climática, sino también una oportunidad de desarrollo económico y social. Para aprovecharla, es fundamental que se establezcan incentivos que favorezcan la demanda, garantizando precios competitivos frente al gas fósil. Asimismo, se requiere un marco normativo robusto, hojas de ruta claras que agilicen los trámites y permisos, y que contribuyan a dinamizar las inversiones en nuevas infraestructuras.

Sin estas medidas, corremos el riesgo de que las inversiones en biometano emigren a otros países, perdiendo una herramienta clave para nuestra transición energética. El desarrollo de la electricidad renovable en España es una historia de éxito y, ahora, ha llegado el momento de repetir el hito con los gases renovables. Tenemos los recursos y el conocimiento para liderar este sector; es el momento de dar el paso y convertir la oportunidad en una realidad.

*** Manuel Alonso, director general de BIORIG.