El local de la cadena de restauración Burro Canaglia que resultó calcinado este viernes en la plaza de Manuel Becerra de Madrid dejando dos víctimas mortales contaba en la actualidad con una descripción de "Bar sin cocina", lo que implica que no se podía realizar "ningún tipo de elaboración en el local" de los alimentos a consumir.
Así figura en diferentes portales web del Ayuntamiento de Madrid consultados por EL ESPAÑOL, como en el Censo de Locales, donde se recoge que el local ubicado en la planta baja del número 16 de la plaza describía su actividad bajo esa denominación.
Según el 'Manual de definiciones' de los epígrafes de actividad económica editado por el Ayuntamiento de Madrid en enero de 2018, se definen como "bar sin cocina" aquellos bares que ofrecen zumos de frutas, así como los establecimientos "fijos o desmontables de pública concurrencia, cerrados, cubiertos, semicubiertos o descubiertos donde se sirve al público de manera profesional y permanente, mediante precio, principalmente en la barra o mostrador, aunque también puede servirse en mesas, bebidas. Se permite servir aperitivos, que no impliquen ningún tipo de elaboración en el local".
Sin embargo, el local no solo ofrecía alimentos elaborados, sino que en su carta ofrecía alimentos cocinados en horno de piedra, así como pizzas, solomillo o pulpo a la brasa o huevos rotos. Además, se servían comidas flambeadas, tal y como se muestra en fotos de su página web. Para ofrecer alimentos elaborados en la capital existen otro tipo de descripciones de local, como la de 'Bar con cocina', 'Bar restaurante' o 'Restaurante'.
La licencia urbanística asociada al local corresponde a un expediente del 7 de agosto de 1997, bajo la denominación de 'Cervecería', según el sistema de Consulta de licencias y expedientes urbanísticos (CONEX) del Ayuntamiento de Madrid. En este sentido, fuentes del Consistorio apuntan que dicha licencia autoriza "elementos que permiten cocinar", como horno o plancha.
Por otra parte, en el visor urbanístico del Consistorio aparece cómo la licencia pasó a manos de Burro Canaglia el 27 de junio de 2019, después de adquirírsela a una persona jurídica denominada La Terraza de Roma S.L., fundada en 2015, según el Registro Mercantil. Antes de ser adquirido por la cadena de restauración, el local era un bar bajo el rótulo 'Cervecería El Barrio', algo que se remonta al menos al año 2008.
La reforma del local la realizó en el año 2021 la empresa Garrigues Retail, que señalaba en su página web que fueron los encargados de "implementar" el diseño - que incluía la decoración de plantas de plástico que colgaban del techo y que podrían haber sido la causa de la rápida propagación del fuego - así como de incluir "un almacén, cámaras frigoríficas y un office para el personal en planta sótano. Según la misma web, su trabajo incluía, además del diseño y realización de toda la obra, la gestión de licencia.
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Por otra parte, según estos datos oficiales, el local contaba también con una terraza de 42,43 metros cuadrados donde ubicar 17 mesas y 38 sillas, con licencia para todo el año.
Según explicó en una comparecencia el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, desde el punto de vista de la normativa, "no era necesario" que el local contara con una salida de emergencia debido al tamaño del restaurante y el aforo autorizado. Algunos testigos dijeron a Efe que algunas personas salieron por una puerta de emergencia que daba a un portal anexo al local.
Franquicia sin "personal especializado"
Aunque el establecimiento incendiado alojaba la actividad de Burro Canaglia desde 2021, la firma nació en junio de 2017 en Sevilla. Según el documento que facilitan a los interesados en montar una franquicia, el espíritu del negocio es servir "gastronomía italiana" en "unos espacios que marcan unos nuevos estándares de arquitectura e interiorismo" con "unos precios pensados para todos los públicos".
En dicho folleto, la marca subraya que trabaja sobre un modelo de negocio "fácilmente replicable incluso sin contar con personal especializado ni en cocina ni en sala, en el que todos los procesos se encuentran estandarizados y manualizados mediante los diferentes manuales operativos, fichas técnicas, herramientas de control, etc.", de forma que los restaurantes "no requieran de personal altamente cualificado en ninguna de las áreas de trabajo".
La compañía emitió a última hora del sábado un comunicado a través de su página web en el que transmitían las "más sinceras condolencias a las familias afectadas" y deseaban "una pronta recuperación a los heridos".
La decoración fue el combustible
El incendio se originó sobre las 23 horas del viernes. A esa hora, entre clientes y empleados, había una treintena de personas dentro del local. Todo apunta a que una pizza flambeada por un camarero prendió sobre la decoración de plantas de plástico que cubría las paredes y el techo del restaurante. El fuego se propagó rápidamente desde una zona cercana al único acceso del local: la puerta que da a Manuel Becerra.
Aunque algunos comensales lograron salir por sí mismos tras iniciarse el fuego, otros tuvieron que ser rescatados por los bomberos. Diez personas resultaron heridas de distinta consideración, y otras dos perdieron la vida: una clienta y un empleado que se encontraban cerca de la puerta, próximos a donde comenzó el incendio.
El trabajador fallecido, según han confirmado a Madrid Total fuentes cercanas al negocio, tenía 25 años y llevaba sólo una semana trabajando en el local. Era, además, aficionado a la música y estaba ilusionado con su nuevo puesto.