Imponentes en el horizonte, modelando el perfil de la ciudad, las Cuatro Torres de Madrid se han convertido en un símbolo. Desde que se inauguraran en 2009, estos edificios sirven de referencia en el trazado de la urbe. Se sitúan al final de la Castellana, un poco más allá de la estación de Chamartín, y pueden verse prácticamente desde cualquier punto.
Su altura destaca sobre otros elementos icónicos de la ciudad, como la Puerta de Europa (o Torres Kio) y Torrespaña (popularmente conocida como El Pirulí). La zona se designó como Cuatro Torres Business Area (aunque ahora hay en realidad una más, la Caleido, que no alcanza la misma altura) y pertenece al barrio de La Paz. El complejo empresarial ocupa el espacio donde antes se ubicaba la Ciudad Deportiva del Real Madrid.
La construcción de esta zona para oficinas se inició en 2004. Ahora está formada por estos cuatro rascacielos, que se denominan Torre Cepsa (llamada anteriormente Torre Bankia y Torre Repsol), Torre PwC, Torre de Cristal y la Torre Emperador Castellana. La Torre de Cristal es la más alta de Madrid y España con 249 metros de altura (la más baja tiene 224). Además, sus plantas oscilan entre las 45 y las 58 y llegan a tener un jardín de 600 metros cuadrados.
¿Y qué es esa luz verde que parpadea en las alturas?
Centrándonos en lo que albergan en su interior, las Cuatro Torres se destinan principalmente a oficinas (salvo la Caleido, donde la IE Universidad ocupa casi todo el espacio). En la Torre Emperador Castellana, aparte, hay un detalle que sobresale. El inmueble, de 230 metros y 57 plantes, exhibe una perpetua luz verde.
¿Y qué es, que tanto llama la atención? Podría ser un lujoso restaurante, como el que hay en la Torre PwC. Pero no: es un sagrario. Una ventana emite este brillo de la capilla, la más alta de España y que sólo descansa el Viernes y Sábado Santo. El resto de días del año, es normal vislumbrarla de noche.
Esta capilla se construyó como una petición de un grupo de trabajadores que acudían a la Torre Espacio cada día. Y tiene una curiosidad: fruto o no de la casualidad, se sitúa en la planta 33. La edad de Cristo. Su capellán, Manuel Sánchez, quiso que una luz indicara que allí se encontraba un sagrario, y que además fuera de color verde para representar la esperanza.
Otra anécdota curiosa es que la luz de esta capilla se ve desde algunas habitaciones del Hospital de la Paz, a pocos metros. Algunos pacientes centran sus oraciones en este punto y les ayuda a sobrellevar el ingreso, según explicaba el capellán. Además, muchos de los que transitan las calles se santiguan al verla. O, al menos, comparten la llamada en redes sociales. Por último, como dato más importante y lógico, es que tuvieron que pedir permiso a AENA para no confundir a los aviones (y la respuesta fue que no podía ser roja).
¿Puede visitarse la capilla más alta de España?
La respuesta es fácil: sí, y además es gratis. Lo único necesario es pedir cita previa a través de la página web de la Torre Espacio. La visita no solo te puede aliviar las cuitas religiosas, sino que ofrece una panorámica inigualable de la ciudad. Desde esta altura, a 100 metros, se ve la sierra de Madrid y todo el conjunto metropolitano.
Fue bendecida por el Cardenal Arzobispo Don Antonio María Rouco Varela el 3 de febrero de 2010.Y no es la única que se encuentra dentro de un edificio privado: la sede de Telefónica o del Banco Santander en Madrid también tienen una, no a tanta altura.
Misas con otros ojos
"Hay que tender siempre a lo alto, mirar a las alturas, porque desde lo alto se ven las cosas con otros ojos", dijo el cardenal Osoro durante el décimo aniversario de la inauguración de esta capilla de Torre Espacio. Y eso es lo que intentan los feligreses: modificar su perspectiva, quizás más próxima a Dios.
Manuel Sánchez, responsable de este sagrario y párroco de María Inmaculada, decía en una entrevista con el periódico Abc que, a pesar de la espectacularidad de su situación y de sus vistas, se trata de una capilla "muy normal". "Al principio había Misa en la capilla dos días a la semana, pero luego se amplió a todos los días laborables: los miércoles a la hora de comer y el resto de días a primera hora de la mañana", explicaba.
Aquí, señalaba el capellán, "lo principal es la Misa". Puntualizaba el religioso que "no es una parroquia" y, por tanto, ofrece "simplemente" este servicio a los trabajadores de la torre y "a aquellos empleados de las otras torres que soliciten permiso para subir". "Es un lugar de paso en el que se celebra la Eucaristía y poco más, ¡que no es poco!", exclamaba.
"Puntualmente, alguien va más allá y me pide hablar conmigo por cosas más personales, pero no es lo normal", afirmaba quien llega media hora antes de la Eucaristía y se marcha a su templo. Allí manda a quien busca algún servicio más. "Lo que suelo hacer de vez en cuando es remitir a la gente a sus parroquias habituales. A veces dejo algún díptico para ayudar a vivir mejor la fe, pero lo normal es que la gente viva la fe en su parroquia y venga aquí solamente para la Misa diaria".