Cristina Villarino Rodrigo Mínguez

Rufino Hernández Jorge a sus 81 años se sienta con EL ESPAÑOL para revivir la trágica noche del 17 de diciembre de 1983. Aquella jornada a las 4:45 de la madrugada las alarmas de emergencia despertaban al parque de bomberos que había en Calle Imperial, se acababa de declarar un incendio en la famosa discoteca de Alcalá 20.



Al llegar a un lugar así asegura que "no se ve nada" pues el humo lo inunda todo, la visibilidad es nula. Los bomberos estaban acostumbrados, si se puede lograr tal cosa, "ves solamente la bombillita de las luces de emergencia".



El incendio devoró el lugar en muy poco tiempo y cuando pudieron entrar al local para la gran mayoría de los allí presentes era muy tarde. "Las llamas no eran ya grandes", a pesar de ello el problema era "la temperatura que había, la temperatura era inmensa". Algo que aún recuerda es ver que las botellas que CO₂ de los grifos de cerveza "se fundían, el fuego era tremendo". Confiesa que ese incendio fue algo sin precedentes, la gente que había allí "más que quemados estaban horneados".

Sin lugar a duda un antes y un después para la noche madrileña y para el mundo de la fiesta en nuestro país. 81 personas perderían la vida en la que un día fue la discoteca de moda que dejo una mancha negra en nuestra historia.