Las ciudades crecen, evolucionan, amplían su potencial de negocios y, al mismo tiempo, miran con entusiasmo hacia una movilidad más eficiente y sostenible, una mayor cantidad de zonas verdes y, en definitiva, hacia un modelo que aporte a sus habitantes un incremento en su calidad de vida. El urbanismo actual antepone una dimensión humana en su concepto, hasta el punto de aportar soluciones a algunos de los problemas de las urbes que permanecen ancladas en barrios o distritos ‘aislados’, dedicados principalmente a un único uso, como esos grandes centros financieros de algunas metrópolis como Londres o París, que responden más a modelos del siglo pasado.

Invertir esa tendencia tan habitual hace décadas de compartimentar la ciudad y obligar, con ello, al trabajador a desplazarse desde la periferia hacia su lugar de trabajo es algo a lo que Madrid Nuevo Norte responde impulsando el uso mixto de los espacios. Se trata de un concepto que pretende no solo hacer más habitable la ciudad sino dotarla de vitalidad y calidez. Es un reto para el que hace uso de una planificación que alterna los grandes edificios de oficinas con entornos naturalizados, intercambiadores de transporte y, sobre todo, con un gran parque de viviendas en el que hay una clara vocación de accesibilidad para todos.

Se trata, de alguna manera, de facilitar el día a día a quien resida en el que ya es el mayor desarrollo de regeneración urbana que se está acometiendo en Europa y, de paso, erigirse como un polo de atracción de talento que repercuta en la pujanza económica de la capital.

Recreación de Madrid Nuevo Norte.

Miles de viviendas asequibles

Esa filosofía de ser una puerta abierta para todos justifica que hasta el 38% de las 10.500 viviendas previstas en Madrid Nuevo Norte vayan a ser de precio asequible: unas 3.800 unidades, que estarán sujetas a alguna fórmula de acceso público a través del Ayuntamiento de Madrid. En principio, 2.500 tendrán algún tipo de protección, mientras que otras 1.300 serán de libre mercado, pero destinadas a promover políticas públicas de acceso a la vivienda.

En la zona del Centro de Negocios este modelo se intensifica, dado que en ese punto el porcentaje de vivienda protegida y asequible se eleva hasta el 62%, que también quedará en manos del Ayuntamiento para desarrollar sus políticas públicas en este ámbito. Expresado en cifras, esto significa que, de las 2.600 viviendas previstas en esta zona, aproximadamente 1.600 serán de titularidad municipal.

Este planteamiento de vivienda contemplado en el proyecto de Madrid Nuevo Norte va encaminado a generar ciudad, aportando una vitalidad que emana de las personas que viven -y trabajan- allí. Es una pretensión que pretende marcar la diferencia respecto a los centros de actividad económica de otras capitales del mundo en los que la falta de vivienda y los elevados precios por metro cuadrado imposibilitan a las personas vivir cerca de sus lugares de trabajo.

Más calidad de vida

Es una cuestión de costes, pero también de sostenibilidad, al ahorrar miles de desplazamientos y de ahorro en tiempo, un valor inestimable actualmente para conciliar con la familia o, sencillamente, para disfrutar de un tiempo libre de calidad. Y todo ello, muy ligado indirectamente a otro aspecto que da sentido a todo el proyecto: esa mencionada atracción de talento que depende directamente de las condiciones de su entorno. Es así como sobresale la propuesta de Madrid Nuevo Norte por su enfoque, basado en la sostenibilidad, y en el abanico de opciones de índole cultural, de ocio, comercial y de transportes que acercan este nuevo desarrollo al resto de la ciudad y revitalizan el tejido urbano.

Madrid Nuevo Norte es ya un modelo en este sentido, una manera de entender la regeneración urbana y de abordar la recuperación de zonas degradadas o imposibles para una vida de barrio. El lienzo en blanco que era todo este suelo ha permitido proyectar un desarrollo en el que la innovación y la sostenibilidad otorgan un potencial extraordinario para un día a día más amable en el que todo queda cerca y en el que hasta un 80% de los desplazamientos podrán hacerse a pie, en bicicleta o en transporte público.