Madrid Nuevo Norte es un proyecto estratégico que trasciende lo puramente urbanístico y se presenta como un medio para transformar no solo una parte de la ciudad, sino para convertirse en un foco de modernidad que beneficiará a millones de personas de toda la Comunidad de Madrid. Y es que, además de su concepción sostenible, el planteamiento del mayor proyecto de regeneración urbana de Europa pone sobre la mesa como prioridades dotar a las construcciones e infraestructuras de una dimensión más humana en la que la calidad de vida de los que vivan o trabajen aquí sea extraordinaria.
Se trata de un conjunto de actuaciones que surgen de la colaboración público-privada entre los tres niveles de la administración, y cuyo fin es el de impulsar la habitabilidad en unas zonas llamadas a acoger buena parte del mejor talento profesional, comercios a pie de calle y zonas residenciales. Y todo ello, además, en torno a nuevas zonas verdes que acercarán la naturaleza más próxima de la capital hasta sus mismas calles.
Esta actuación supune una oportunidad única para impulsar a Madrid como referencia en Europa, ya que todo el proyecto contribuye a definir el modelo económico de la ciudad para las próximas décadas. La nueva zona de actividad económica de Madrid Nuevo Norte, por ejemplo, está diseñada con la idea de convertirse en el punto de encuentro para las actividades económicas más avanzadas, ayudando a la generación de empleo y convirtiéndose en una palanca para el progreso de la ciudad y, por extensión, de todo el país.
El proyecto, por tanto, es más que una actuación urbanística más: es un legado integral en cuanto a movilidad, infraestructuras, economía, parques o vertebración urbana, ya que otra de las características más importantes de Madrid Nuevo Norte es que solucionará la brecha entre barrios que, hasta ahora, quedaba marcada por la playa de vías de Chamartín. La reforma de la estación, el soterramiento de sus vías y las nuevas conexiones en otros puntos cercanos permitirán dejar para la historia esta división entre barrios, cuyos vecinos por fin podrán moverse sin barreras.
Chamartín, centro neurálgico de la movilidad
La estación de Chamartín centraliza, como vemos, algunos de los rasgos más importantes de Madrid Nuevo Norte. Está claro que, como eje de la alta velocidad, pero especialmente de la movilidad regional, su actualización a las necesidades actuales y de futuro es vital para el desarrollo económico de la ciudad. Por eso, más allá de las infraestructuras más específicas para el transporte ferroviario, en torno a Chamartín también pivotará parte de la nueva movilidad urbana para absorber y distribuir de manera eficiente a las miles de personas que se moverán en estas zonas.
Y es que será junto a la estación y conectado con ella donde se construya uno de los dos nuevos intercambiadores de transporte que integrarán Metro, Cercanías, autobuses urbanos e interurbanos y un nuevo autobús de alta capacidad. El otro tro intercambiador verá la luz frente a las Cuatro Torres: se trata del área intermodal de La Paz, que se instalará en la nueva superficie que se generará al cubrir el último tramo de la Castellana. Esta infraestructura ayudará a ordenar las más de 40 líneas de autobuses urbanos e interurbanos que operan en la zona.
No obstante, la extensión de Madrid Nuevo Norte también impulsa el crecimiento de las redes de transporte actuales. Por eso, tanto Metro como Cercanías añadirán nuevas estaciones a sus respectivos mapas. En el primer caso, se creará una nueva línea de tres kilómetros de longitud partiendo desde Chamartín y que recorrerá longitudinalmente todo el ámbito. Tendrá tres nuevas estaciones: una en la zona del Centro de Negocios, y otras dos en la zona más residencial planteada en la zona norte, ambas ubicadas a menos de 250 metros de las dos estaciones que tendrá Cercanías en Fuencarral. Porque esa es otra novedad: la red ferroviaria, que ya cuenta con la conexión actual entre Chamartín y Fuencarral, añadirá una nueva instalación intermedia, la de Fuencarral Sur.
En superficie, el ecosistema de transporte público también incorpora un sistema innovador. Se trata de un bus prioritario que circulará por una plataforma exclusiva, de tres kilómetros. Este nuevo medio tendrá prioridad en los semáforos y será una manera rápida y eficiente de vertebrar las conexiones en la zona. Además, redundando en la sostenibilidad, dado que todo este conjunto de actuaciones se traduce en una significativa reducción de emisiones procedentes del tráfico rodado.
Todas estas alternativas de transporte configuran y fortalecen una red de movilidad urbana que, además de hacer más accesible la zona para quienes vengan desde otros puntos de la ciudad o la región, tendrá una característica que habla del énfasis que ha tenido el proyecto en este tema: hasta el 95% de las viviendas proyectadas y las oficinas estará a menos de 10 minutos a pie de una estación de Metro o de Cercanías.
Conexión verde entre barrios
El soterramiento de hasta 20 hectáreas de vías de Chamartín, tanto al norte como al sur del edificio principal, es clave para recuperar la conexión entre barrios de la zona y con el resto de la ciudad, como se ha mencionado. Es algo a lo que también contribuirán los cinco nuevos puentes, un túnel y una pasarela peatonal que salvarán las vías y la M-30 en la zona de Fuencarral.
Sin embargo, lo más especial y espectacular del proyecto es que todo el espacio ganado en el entorno de Chamartín lo ocupará el punto más icónico de Madrid Nuevo Norte, el Parque Central. Si ya la operación de cubrir las vías con losas de hormigón constituye un hito en sí mismo a nivel de ingeniería, el planteamiento de esta nueva zona verde también es disruptivo. Su filosofía es la de integrar la movilidad urbana, las zonas deportivas y de esparcimiento y consolidar puntos emblemáticos, como el Jardín del Viento, una estructura única que puede convertirse en el futuro en el particular ‘oso y el madroño’ del nuevo desarrollo.
El parque y los 400.000 metros cuadrados de zonas verdes que incluye el proyecto representan la parte más visible, pero al ser una transformación integral, Madrid Nuevo Norte también tendrá su incidencia en infraestructuras menos visibles pero igualmente útiles para la calidad de vida de los madrileños. Es el caso de la red hídrica, que también vivirá una actualización con la renovación de 12 kilómetros de las principales tuberías del Canal de Isabel II.
'Madrid Nuevo Norte, un legado para la capital del futuro' es un contenido elaborado por Marcas Ñ, la sección de Branded Content de EL ESPAÑOL, en colaboración con Crea Madrid Nuevo Norte.