Maria José vio ayer en las noticias cómo algunos manifestantes rompían el escaparate de la tienda donde trabaja. Esta mañana se ha encontrado el destrozo que ya se esperaba. La calle Arenal de Madrid, muy próxima a la Puerta del Sol, ha amanecido este jueves con varios escaparates rotos. La manifestación por la libertad de Pabloo Hasel ocurrida en la noche del miércoles ha dejado a su paso cristales rotos, contenedores quemados y una buena dosis de comerciantes cabreados. “Se pueden manifestar sin vandalismo”, opina Maria José, encargada de la tienda Pronovias de esta céntrica calle.
Lo mismo les ha pasado a las tiendas de Yves Rocher, Etam y Punto Roma. Esta última presentaba un destrozo notable, con un agujero en su escaparate por el que puede entrar una persona. Aunque los daños son claramente menores que las manifestaciones ocurridas el día anterior en Cataluña —véase lo ocurrido en la comisaría de Vic—, el paso de los manifestantes por el centro de Madrid se ha hecho notar. Este jueves se puede ver claramente.
Asimismo, tampoco han faltado este jueves los políticos que se han acercado a ver las consecuencias de la manifestación. Concretamente, los tres partidos de la derecha —PP, Ciudadanos y Vox— han paseado esta mañana por Arenal. “Me pregunto qué culpa tiene un comerciante”, ha declarado la vicealcaldesa, Begoña Villacís. En este caso, llueve sobre mojado.
En total, la manifestación se saldó con incontables daños para los locales de la zona, donde los asistentes rompieron cristaleras de comercios, mobiliario, adoquines... La Policía detuvo, a su vez, a 19 personas (cuatro mujeres y seis menores de entre 16 y 17 años), acusadas de resistencia a la autoridad, desórdenes públicos y lesiones.
“Esta zona ya con el Covid estaba mal, porque la gente se asusta de venir al centro. Pues imagínate con una manifestación agresiva. La gente se puede manifestar y dar su opinión sin esta agresividad a los comercios”, se queja María José, la encargada de Pronovias. Su tienda tiene dos enormes cristales de escaparate, ni un tabique en la fachada principal.
Su escaparate está astillado, pero no roto. Eso es porque es cristal blindado. Los vestidos que aquí se venden no son precisamente baratos. “Lo pagará el seguro y habrá que hacer una denuncia. Para el seguro también supone pérdidas. Piensa que una luna blindada de estas medidas cuesta mucho dinero”.
—¿Qué le parece la protesta?
—Se pueden manifestar sin hacer vandalismo ni destruir nada. Se les va a oír igual e incluso mejor.
—O sea, que le parece legítima la protesta pero no lo forma, ¿no?
—Me parece que están en todo su derecho e incluso que tienen razón en muchas cosas, pero creo que se puede hacer sin vandalismo ninguno.
Esta misma opinión la comparten en la tienda Yves Rocher, donde el escaparate sí que presenta un agujero considerable. Sonia y Mónica, las dos trabajadoras de la tienda de cosméticos, también vieron por la tele cómo se ensañaban con su tienda. Ellas, desde casa, poco podían hacer. “No nos esperábamos encontrar los dos cristales rotos”, explica Sonia. Su compañera, Mónica, considera que la manifestación de anoche fue “desproporcionada”. Lo mismo opina Sonia: “Yo entiendo la manifestación pero la violencia sobraba”.
Mientras las dos mujeres atienden a EL ESPAÑOL, el séquito del partido Vox está frente a sus puertas. Hace solo unos minutos, el portavoz del partido de ultraderecha en el congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha metido la mano por el boquete del escaparate roto ante las cámaras. “Se ha hecho la foto correspondiente pero no ha entrado nadie a preguntarnos”, aseguran las mujeres. Asimismo, Espinosa de los Monteros ha declinado hacer declaraciones a este periódico. Recordemos, EL ESPAÑOL sigue en la lista de medios vetados de Vox.
Tampoco Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez Almeida o Begoña Villacís han entrado a hablar con Sonia y Mónica. “Hacen un circo de cualquier oportunidad que tienen. Nuestros problemas son lo de menos”, explica Mónica. La queja viene de dos trabajadoras que tienen el tiempo contado para irse al paro. Esta tienda cierra por decisión de la empresa y las dos se quedan sin trabajo. Los cristales rotos son lo que menos les importa ahora.
Los políticos tampoco han entrado en las otras tiendas consultadas por este periódico. Ni en Pronovias, ni en Etam. “Han pasado por los escaparates y se han hecho la foto de rigor. Pero no han preguntado a los comercios”, explica María José. “Creo que deberían hacer su trabajo y no permitir que lleguemos a estas cosas. Pero no, se dedican a echarse basura entre ellos y ya está. Poco trabajo hacen, bajo mi punto de vista”.
Un butrón en el cristal
Otro punto de la calle Arenal que se ha visto afectado por las protestas es la tienda de lencería Etam que hay en esta vía, en la esquina con la Plaza de Celenque. Aquí, la encargada, Inma, atiende a la vez a los periodistas y a los cristaleros que vienen a cambiar los escaparates dañados.
En un par de minutos, lanza un par de declaraciones rápidas. “Las ideologías de cada uno son respetables, pero no está justificada para nada la violencia. Y además, los comercios no tenemos la culpa”. Igual que las otras tiendas citadas, Inma vio ayer por la noche los destrozos a la tienda por televisión. “Anoche lo vi por Telemadrid que nuestros cristales estaban reventados”. Cuando ha abierto la tienda esta mañana, sabía lo que se iba a encontrar.
Pero la tienda que se ha llevado la peor parte ha sido otra firma de lencería y ropa interior: Punto Roma. Esta tienda presenta un auténtico butrón en su escaparate, un destrozo mayúsculo. Es el único comercio que ha declinado atender a los medios de comunicación.
“La libertad de expresión siempre se tiene que defender. Pero no se defiende atacando a la prensa, como le ocurrió al cámara de Telemadrid el otro día”, ha declarado la vicealcaldesa, Begoña Villacís ante los medios. “La libertad de expresión no tiene nada que ver con tirar un adoquín a un policía y herirle por hacer su trabajo, no tiene nada que ver con destrozar nuestra ciudad, porque eso que están destrozando es de todos. Me pregunto qué culpa tiene un comerciante”. Villacís también ha atacado al partido de Pablo Iglesias: “Podemos, que está en el Gobierno, está alentando y apoyando estas manifestaciones de violencia”.
El caso de Pablo Hasél ha llegado a todas las esferas de la política. Una de sus canciones de la discordia, Juan Carlos el bobón, sonó el martes en el Congreso de los Diputados, en el móvil del diputado de la CUP, Albert Botran. El diputado indepe usó parte de su turno de palabra para acercar el dispositivo a los micrófonos de la tribuna y que el rap de Hasél llegara al la Cámara Baja.
Pero el caso ha resonado más allá de nuestras fronteras. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó este miércoles el encarcelamiento del rapero: "Nosotros no vamos a hacer nunca eso". Los tertulianos de Al rojo vivo, en La Sexta, han comentado que el presidente mexicano tiene otras cosas de las que preocuparse.
Pero esto queda lejos de la Calle Arenal, que se ha convertido en una víctima colateral de este debate. Los comerciantes suman a su ya larga lista de problemas el encontrarse por la mañana que sus cristales están rotos. Los comerciantes afectados insisten en el mensaje: que se manifiesten, pero no así.