Puede hacer la prueba: busque en Twitter 'Puerta del Sol' y se encontrará de bruces con una oleada de críticas a su última reforma. Céntrica, bulliciosa y polémica, la plaza es uno de los emblemas de Madrid y paso obligado para los turistas. Las obras de estos últimos meses no son, ni mucho menos, las primeras que han transformado el paisaje del Kilómetro 0. La de la Puerta del Sol es una historia de edificios que desaparecieron, estatuas movidas varias veces de sitio y la del reloj que da la bienvenida del Año Nuevo a millones de españoles.
La última remodelación de la Puerta del Sol comenzó en marzo de 2022. Las obras están muy cerca de culminarse. Sólo queda sustituir la 'ballena' de cristal que da acceso a la estación de Cercanías y Metro y terminar la nueva fuente oval, que acogerá en su interior la estatua de Carlos III.
Varios usuarios han criticado la reforma por no incluir árboles o vegetación que den sombra a quienes cruzan o se paran en la plaza. El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, insiste: "La Puerta del Sol no ha tenido árboles nunca". Según argumenta el regidor, se trata de un punto de la capital que no es estacional. Los técnicos de Patrimonio Histórico fueron los que dijeron al Ayuntamiento que "no procedía colocar vegetación por su configuración histórica".
¿Por qué Puerta del Sol?
Hay dos hipótesis sobre por qué se nombró a la plaza como Puerta del Sol. Una de ellas, según la documentación municipal, es que cogió el nombre de un postigo de la muralla medieval, derribada en el siglo XVII, que estaba decorado con un sol. La otra hipótesis es que una puerta de la muralla estaba orientada al Este, por donde sale el Sol.
Una de las primeras construcciones importantes que se sitúa históricamente en Sol es la iglesia del Buen Suceso, entre Alcalá y la Carrera de San Jerónimo. Este edificio religioso nació adherido al Hospital de San Andrés. Se terminó en 1607 y ambos fueron frecuentados por soldados y sirvientes de la Corte. Hoy no queda rastro de ellos. Fueron echados abajo en 1854, durante una de las grandes reformas que sufrió el enclave.
Frente al Buen Suceso también se colocó en 1630 una fuente con una estatua esculpida en mármol por Ludovico Turqui, bautizada como la Mariblanca. Otras construcciones clave de la época fueron el convento de San Felipe el Real y el de Nuestra Señora de la Victoria. Tampoco resistieron: se derribaron como consecuencia de la desamortización de Mendizábal.
Fue en 1768 cuando se levantó la Real Casa de Correos, obra de Jaime Marquet. Para construirla se tiraron abajo doce casas en dos manzanas. Albergó el Ministerio de la Gobernación y, en la actualidad, es la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
La media luna
Pero si por algo es famosa la Puerta del Sol es por el reloj que preside la Real Casa de Correos y que da la bienvenida al Año Nuevo desde 1962 -año en el que por primera vez se retransmitieron las campanadas por televisión-. Fue diseñado por el relojero y militar español José Rodríguez Losada. Según la Real Academia de la Historia, Losada se lo donó al Ayuntamiento de Madrid en 1866 tras varios años de trabajo.
Durante el siglo XIX se llevó a cabo la gran remodelación que dio a la plaza la forma de media luna que tiene hoy. Para ello, en 1857, se convocó un concurso, que ganó el proyecto de Lucio del Valle, Juan Rivera y José Morer. Su plan conservaba la alineación de la antigua Casa de Correos, mientras que, en el lado contrario, se adoptaba una forma semicircular cuyos edificios se proyectaron unitariamente.
Baile de estatuas
En los últimos cien años, algunos de los elementos que adornan la Puerta del Sol se han cambiado varias veces de ubicación. La estatua del Oso y el Madroño, obra de Antonio Navarro, se ubicó en primer lugar entre la calle de Alcalá y la carrera de San Jerónimo. En 1986, sin embargo, se colocaron en la plaza las dos fuentes neobarrocas y una copia de la estatua de la Mariblanca en su emplazamiento original. Para ello, movieron el Oso y el Madroño frente a la calle del Carmen.
En 2009, se decidió que el Oso volviera a hacer las maletas y se devolvió a su posición original. Ese mismo año, además, se inauguró la estación de Cercanías bajo el acceso de una gran cúpula doble de cristal. También se trasladó la Mariblanca a un punto entre la calle Mayor y Arenal.
El baile de estatuas no termina ahí. La reforma de Martínez-Almeida puso patas arriba parte de la Puerta del Sol. La escultura del Oso y el Madroño se ha vuelto a cambiar de posición. Eso sí, a sólo 10 metros de su ubicación anterior. También ha hecho las maletas la estatua de Carlos III, que se instaló en 1994 mirando hacia la Casa de Correos. Su nuevo 'hogar' estará en el interior de la fuente con forma oval que sustituye a las dos fuentes neobarrocas.