Los vecinos del enclave denominado Paisaje de la Luzdeclarado Patrimonio Mundial de la Unesco, se encuentran en pie de guerra con la Comunidad de Madrid por las obras de ampliación de la Línea 11 del Metro, que se van a realizar junto al monumento a las víctimas del 11-M, en Atocha. 

El proyecto plantea, para su ejecución, la tala de "todos los árboles de la acera de los impares del Paseo Infanta Isabel", así como la práctica desaparición del Jardín de Jimena Quirós, con cedros centenarios, según denuncian los vecinos del área de Atocha Renfe. 

Por ello, los afectados han convocado una manifestación el próximo domingo a las 12.00 horas, entre Conde de Casal y Atocha en defensa de 168 árboles amenazados por las obras de ampliación de la línea 11 en esta zona.

Uno de los árboles centenarios que está previsto que talen. Cedida

Estas protestas se unen a las celebradas el pasado mes de febrero en cuatro distritos afectados por estas obras (Carabanchel, Arganzuela, Retiro y Moratalaz). El pasado mayo, tras las elecciones autonómicas y municipales, el proyecto se reanudó con modificaciones del Estudio de Impacto Ambiental inicial: de talar cerca de 1.027 árboles y replantar otros 348, se ha pasado ahora a cerca de 676 talas y a 203 trasplantes. 

Los vecinos del Paisaje de la Luz han planteado a la Comunidad de Madrid una alternativa con una propuesta técnica avalada por un proyecto, realizado por un arquitecto, que no conllevaría apenas incremento presupuestario y permitiría salvar un arbolado de alto valor paisajístico y ecológico que justifica su especial protección.

Con esta propuesta, tanto los árboles del paseo -plátanos de hasta 30 metros de altura y gran envergadura-, como el Jardín de Jimena Quirós -un enclave que goza de un nivel 3 de protección, formado por árboles centenarios de gran porte, maduros y sanos que pertenecen a Patrimonio Nacional- podrían salvarse.

Los vecinos han presentado a la Dirección General de la Consejería de Medio Ambiente y Agricultura de la Comunidad de Madrid una alternativa basada en dos sencillos puntos. 

En el caso de los árboles del paseo, su tala y desaparición se produce por la necesidad de ejecución de vaciado de las tierras de la estación y que luego volvería a cerrarse. Algo "poco justificable" para los vecinos.

Los árboles del Paseo Infanta Isabel se podrían salvar simplemente localizando el nuevo saneamiento en la zona de la calzada inmediatamente paralela a la acera. "Al excavar en la calzada paralela a la acera, y no en la propia acera, se salvarían y simplemente habría que mover hacia el sur un carril, las pantallas que se ejecutarán para la rampa de vaciado", explican en un comunicado. "Esto no tendría gasto añadido".

En el caso del Jardín de Jimena Quirós, "la excavación en MINA, sin tuneladora en el último tramo del andén y su nivel superior, los últimos 20 metros, como se va a proceder junto al nº 17 del Paseo, podría permitir salvar todos los árboles centenarios, de imposible reposición para las generaciones venideras".

Adicionalmente, los vecinos han alegado también la vulneración del derecho a la participación ciudadana, ya que el periodo de alegaciones se ha limitado tan solo a 32 días, la mayoría de ellos en periodo de vacaciones durante el mes de agosto, y a la falta de Evaluación del Impacto Medioambiental, pidiendo que se reinicie el proyecto con mayor dialogo para abordar las alternativas viables.

Esta "lengua vegetal", compuesta por una masa arbórea insustituible, además, cumple unas funciones necesarias para la ciudadanía como: paliar la contaminación producida por el volumen de tráfico, proteger contra el ruido, y mitigar las elevadas temperaturas que derivan de un espacio orientado al sur y que conllevarían un incremento de temperatura entre los cuatro y ocho grados centígrados de media.

Los vecinos solicitan a la administración la revisión del proyecto, pues salvarían de la tala a todos los árboles e, igualmente, muestran su preocupación e inquietud por la cercanía a sus viviendas de las obras previstas, derivadas de temores fundados de las fatales consecuencias vividas por los vecinos de San Fernando con la ampliación del metro de la Línea 7B, que ocasionaron daños irreparables a muchos edificios.