Los comerciantes que resistían en el Mercado de Torrijos, ubicado en el barrio de Salamanca, perdieron este sábado sus puestos después de que la empresa propietaria de las instalaciones haya derribado la planta superior en la que se encontraban sus negocios.
El lunes 11 de diciembre, los comerciantes de este mercado denunciaron ante la Policía Nacional que el fondo de inversión Numulae (propietario mayoritario del espacio) había tapiado los accesos superiores. Esto impedía a cuatro de los comerciantes, también propietarios, acceder a sus tiendas y ejercer su oficio. "Han llenado todo de escombros, han metido maquinaria y lo han vallado", protestaba la portavoz de los comerciantes.
Ahora, José Luis, propietario de una de las carnicerías de la planta superior del mercado, ha acudido este sábado a su puesto, pero no le han dejado acceder y le han trasladado que "ya no queda absolutamente nada en la planta de arriba, que lo han demolido todo, incluido mi negocio".
"Vengo todos los días y ningún día me han dejado acceder y hoy me han destrozado porque decirme que me han demolido mi negocio, sin autorización mía. Es mortal", ha asegurado.
Según denuncian los comerciantes, este sábado han sido demolidos los cuatro puestos de la planta superior, tras lo cual sus propietarios han acudido a ampliar la denuncia que interpusieron ante la policía y la justicia por la imposibilidad de poder ejercer su actividad desde el pasado domingo.
A estos comerciantes les impidió abrir sus puestos por las obras que la empresa propietaria mayoritaria del inmueble está acometiendo en la planta superior para hacer un gimnasio, por lo que el miércoles entraron en sus negocios para sacar todo el género que acumulaban desde su cierre forzoso.
Según denuncian, fue el pasado 5 de diciembre, a las puertas del puente de la Constitución, cuando Numulae envió un burofax a los cuatro comercios de la planta de arriba -abajo aún resisten otros cuatro negocios que temen correr en unos meses la misma suerte- avisando de que este lunes pasado no se podría acceder a la planta, donde comenzarían las obras.
Lo ven como la "maniobra definitiva" para que la socimi, que "se ha hecho de forma ilegal con el control de casi todo este icónico mercado", consiga su "propósito" de que las instalaciones queden libres para emprender su proyecto empresarial.
Según los comerciantes afectados, la propietaria se ha hecho de forma ilegal con el control de casi todo este mercado, pero no de ocho comercios que no han sido vendidos, por lo que subrayan que "tienen derecho a mantener su actividad".
La socimi asegura que les ha ofrecido una reubicación en la planta baja, junto a los otros cuatro propietarios que resisten en sus tiendas, pero la alternativa son cuatro espacios "achatarrados" e "inservibles", "un robo a la brava de nuestras tiendas", aseguran los afectados.