Un grupo de vecinos de la plaza de Olavide, símbolo del barrio de Trafalgar, está indignado. La reforma de la plaza y de su entorno se está llevando por delante las farolas fernandinas que iluminaban este rincón de Chamberí. En su lugar, el Ayuntamiento de Madrid ha instalado unas luces más modernas y de "alta eficiencia energética". "Son un horror", lamenta Pilar Rodríguez, de la Asociación Vecinal El Organillo.
Situado en el corazón de Chamberí, la plaza de Olavide nació a principios del siglo XX. Hasta su derribo noviembre de 1974, fue conocida por su peculiar mercado con forma octogonal que diseñó el arquitecto municipal Francisco Javier Ferrero Luisa. Hoy en día se trata de un lugar amplio, con vegetación, locales hosteleros y terrazas. Se puede cruzar Olavide en coche gracias al túnel que lo atraviesa bajo tierra.
Durante la pasada legislatura, Cibeles impulsó la reforma de la plaza y de su entorno para reordenar el espacio y mejorar su accesibilidad universal. La obra se presupuestó en 5,5 millones de euros y arrancó a finales del mandato anterior con el objetivo de que esté lista este año.
Según detallan fuentes del Área de Obras y Equipamientos, esta intervención incluye la sustitución del alumbrado actual por otro de "alta eficiencia energética con báculos LED modelo City Soul, que tienen una cabeza circular que dirige muy bien la luz". "Se trata de farolas similares a las instaladas en calles como Joaquín Costa, Ortega y Gasset, Doctor Esquerdo o Gran Vía", recalcan.
"Las farolas fernandinas no han estado siempre en la plaza de Olavide, sino que antes de estas, la plaza contaba con farolas contemporáneas", recuerdan las mismas fuentes.
La AV El Organillo pedirá explicaciones al concejal presidente del distrito, el popular Jaime González Taboada. Rodríguez asegura que las luces antiguas se empezaron a retirar hace sólo unos días, pero no sabe precisar el número de farolas de este estilo clásico que había en el entorno. "Nos parece mal que se hayan quitado (...) sin comentarlo ni en el pleno [del distrito] ni en el vecindario".
La asociación preguntará si "técnicamente no era posible adaptarlas" para que se mantuvieran tras la actual remodelación de Olavide.
Desde el Área de Obras, que dirige la delegada Paloma García Romero, argumentan que las farolas de tipo clásico se colocan "en aquellos lugares donde corresponde, espacios que tienen normalmente un alto valor patrimonial". "En el caso de Olavide -apuntan-, estamos hablando de una obra en el ensanche de Madrid, en una plaza que nace a principios del siglo XX y a la que se da la configuración actual hace unos 50 años".
Pilar Rodríguez apunta, sin embargo, que Olavide aparece en documentación municipal como un enclave histórico.
"Aspecto moderno y diáfano"
El Consistorio sostiene que la reforma dará a la plaza un "aspecto moderno" y "diáfano", mientras que sus nuevas farolas cumplirán "con la potencia de luz adecuada para el uso, sin molestar a los vecinos ni generar contaminación lumínica".
"El Ayuntamiento estudia caso por caso cada espacio de la ciudad y en este proyecto los técnicos municipales han considerado que este modelo de báculo es el adecuado para este entorno ateniéndose a criterios estrictamente técnicos", recalcan.
En la capital, se pueden encontrar farolas fernandinas en la calle Alcalá entre Cibeles y Sol, en la propia Puerta del Sol, en el entorno del palacio Real, en la calle Carretas, en la calle Atocha o en barrio de Justicia.
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