Cuenta atrás para el cierre del El Corte Inglés de Méndez Álvaro. Después de meses desde que se supo que la suerte de este centro comercial estaba echada, la gran superficie clausurará sus puertas el 29 de febrero después de 30 años de actividad. Se trata de una decisión que ha levantado críticas en el Palacio de Cibeles y que afectará a 600 trabajadores.
Tal y como pudo saber este periódico de fuentes sindicales, todos los empleados afectados serán reubicados en otros centros de la compañía, reduciendo así el impacto de una decisión -a la que obliga una sentencia judicial- entre el personal del grupo.
En marzo de 2019, el Tribunal Supremo ordenó a El Corte Inglés que demoliera parcialmente tres de sus centros en la capital. Todas las partes implicadas (el denunciante, El Corte Inglés y el Ayuntamiento) llegaron a un acuerdo para solucionar el futuro de Méndez Álvaro.
Dos torres de oficinas y zonas verdes
El Ayuntamiento de Madrid dio luz verde definitiva en el pleno de Cibeles a Nuevo Sur Méndez Álvaro, el proyecto que implica la división de la parcela de El Corte Inglés en dos y la cesión de una de ellas al Consistorio, tal y como acordaron las partes.
En octubre del pasado año, la Comisión de Urbanismo daba un paso inicial que supondrá el derribo del centro comercial para construir en su lugar una o dos torres de oficinas de hasta 27 plantas y zonas verdes. El plan contó con los votos a favor del PP y de Vox y con el rechazo de PSOE y Más Madrid.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, explicó en el Pleno de Cibeles que esta modificación busca "regenerar y renovar el espacio público, ampliar las dotaciones públicas generando zonas verdes y adecuar el planeamiento a la nueva realidad de ese entorno, que se ha convertido en un polo de atracción empresarial y de actividad económica".
A través de esta actuación urbanística en la parcela existente de 11.800 m2, "el Ayuntamiento obtendrá 8.500 m2 de esos 11.000 para ejecutar un equipamiento público".
Con esta modificación "se obtienen dos parcelas, con el 28 por ciento de superficie, con un incremento de edificabilidad de 15.206 m2, que tendrá calificación de uso terciario en su clase de oficinas. Y una segunda, de dotación del servicio público, con una zona verde de 8.500 m2 y una dotación para equipamiento público".
Con todo, Carabante definió el plan como "una buena operación para Madrid", una vez que se proceda a la demolición del actual centro comercial y se construyan oficinas "en un entorno de una intensa actividad económica, a la espalda de la estación de Atocha y frente a la M-30".
Pero el portavoz socialista en la comisión de Urbanismo, Antonio Giraldo, criticó duramente la forma en las que se había tramitado el plan urbanístico de Méndez Álvaro. Recordó que el expediente ya había pasado por aprobación provisional en Cibeles en febrero de 2023 pero la Comunidad lo rechazó. El edil cuestionó, en primer lugar, el interés general de la operación porque se trata de una actuación "sobre un único propietario".
"Obtienen un equipamiento de aquella manera porque la parcela no tiene el espacio suficiente para materializar todo lo que tenía que ceder esta empresa e inventan una especie de calificación superpuesta haciendo una zona verde por encima", criticó Giraldo, en declaraciones recogidas por Europa Press. "Lo que no podemos hacer es permitir la ventanilla única, el urbanismo ad hoc", condenó.