El estudio del georradar llevado a cabo por el Ayuntamiento de Madrid descarta que haya cualquier tipo de restos humanos bajo el terreno donde está proyectado el cantón de Montecarmelo. Así lo ha desvelado este jueves el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en la rueda de prensa posterior a la Junta del Gobierno municipal. El análisis -ha detallado el primer edil- sí que ha identificado "movimientos anómalos" de tierras en una parcela adyacente.
Las palabras de Martínez-Almeida zanjan una polémica que surgió hace meses y que alcanzó su punto álgido a finales de mayo, después de que un medio de comunicación avanzase que el estudio municipal indicaba que era "altamente" compatible la presencia de una fosa común en la ubicación de Montecarmelo.
Ante esta posibilidad, tanto Más Madrid, como el PSOE y los vecinos exigieron al Consistorio la paralización de la construcción de la infraestructura del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad.
El alcalde ha explicado este jueves que la detección de "movimientos anómalos" de tierras es un requisito necesario para seguir adelante en el estudio de esos posibles restos. Pero en la parcela afectada "no hay ningún tipo de evidencia sobre que haya habido movimientos anómalos de tierras (...) y, por tanto, no se ha identificado que pueda haber restos de ningún tipo".
De esta forma, ha detallado que lo que sí se ha identificado en una parcela adyacente a ese solar un movimiento anómalo de tierras, aunque no se puede identificar en este momento qué tipo de restos pueden ser.
"Nosotros al Ministerio (de Política Territorial y Memoria Democrática) le vamos a dar traslado de ese informe. Si el Ministerio quiere entrar en esa parcela adyacente a comprobar si son restos humanos y, en su caso, de la Guerra Civil, podrá hacer las investigaciones que estime oportunas", ha señalado el regidor, en declaraciones recogidas por Europa Press.
A principios de abril, el Consistorio confirmó que, siguiendo lo establecido por la ley, estaba llevando a cabo un proyecto de estudio arqueológico. Por aquel entonces, los operarios ya habían realizado labores de allanamiento de la superficie de cara a emplear el georradar y la tomografía eléctrica.
El análisis se ha realizado sobre una parcela de 10.000 metros cuadrados, la misma donde el Ayuntamiento pretende construir un cantón que ha puesto en pie de guerra al vecindario por su cercanía a un colegio, a una escuela infantil y a un cementerio.
En medio de las tensiones entre los vecinos y el Ejecutivo municipal, trascendió en prensa que, durante la posguerra, se desenterraron del cementerio de Fuencarral los restos de 451 miembros de las brigadas internacionales y se arrojaron a una fosa común.
Por ello, el Ayuntamiento contrató a una empresa para verificar si realmente esos restos se enterraron en la zona donde ahora está proyectado el cantón de limpieza.