Los bajos comerciales de muchos edificios que antes eran bares, peluquerías, tiendas de alimentación o centros de estética han ido transformándose en pisos turísticos que, según algunas denuncias, acababan con el tejido económico y social de los barrios del centro de Madrid.

Por eso, el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, ha anunciado en el Pleno municipal que en la nueva normativa que prepara para regular el sector de los pisos turísticos, que estará lista en el último trimestre del año, quedará totalmente prohibido la transformación de estos locales en viviendas de alquiler temporal.

Es decir, los locales que quieran cambiar su uso a residencial podrán hacerlo si cumplen con los requisitos pero sólo para convertirlo en una casa de uso residencial. Una medida que espera que saque más vivienda en alquiler en la ciudad y ayude a destensionar un mercado que se encarece día a día.

Varias ciudades intentan regular la proliferación de pisos turísticos. EFE/Fernando Alvarado

Sólo habrá una excepción para permitir esta transformación y es que no se aplicará el cambio de uso cuando los establecimientos estén ubicados en ejes comerciales del barrio o del distrito, según ha explicado el propio Almeida. 

El Ayuntamiento de Madrid reconoció hasta marzo de este año que en Madrid se habían transformado ya más de 8.300 establecimientos comerciales en casas, la mayoría destinadas a uso turístico porque la rentabilidad podría superar más del 30% respecto a otras rentas, según fuentes del sector.

La crisis que se produjo tras la pandemia acabó con muchos pequeños locales comerciales que tuvieron que cerrar, dejando vacíos estos metros cuadrados que muchos inversionistas vieron como una oportunidad para crear apartamentos turísticos y también primeras viviendas para jóvenes.

Ahora, el Consistorio quiere que las transformaciones de estos bajos vayan únicamente al mercado del alquiler residencial o a la compra de viviendas como tal.

Los requisitos que se van a aplicar a los locales para convertirlos en casas se mantienen después del último cambio de la normativa urbanística que hizo el Ayuntamiento de Madrid para intentar acabar con los zulos o minipisos y la infravivienda.

En este caso, como marca la ley desde noviembre de 2023, el cambio no está permitido en locales que sean sótanos o semisótanos y los que no cumplan esta situación podrán convertirse en vivienda siempre que tengan 40 metros de superficie como mínimo, además de una fachada exterior mínima de tres metros.

La normativa también establece que las casas pueden ser diáfanas excepto el baño que, además, tiene que disponer de tres metros cuadrados como mínimo para que pase la inspección municipal y se le conceda la licencia para uso residencial. 

176 sanciones 

La nueva normativa contra los pisos turísticos pretende regular un mercado que, según ha reconocido el propio regidor, cuenta con 24.000 camas ilegales para alquileres temporales en la ciudad de Madrid.

Además, se han iniciado las inspecciones al listado de miles de pisos turísticos sin licencia y, desde el mes de abril, ya se han tramitado 176 sanciones, por un valor en multas de 30.000 euros en total.

Es decir, la media de la sanción a estos apartamentos cazados sin todos los papeles en regla ha sido de algo más de 170 euros, una cantidad no muy disuasoria si se tiene en cuenta lo que cuesta ya pasar una noche en cualquiera de estos negocios temporales en Madrid.