Ni uno ni dos ni tres... Hasta 28 edificios, con 408 viviendas en su interior, se tirarán abajo en la colonia experimental de Villaverde. Nacida en 1957, estos hogares nacieron para acoger a parte de los miles de inmigrantes andaluces y castellano-manchegos que llegaron a Madrid. Casi una treintena de las edificaciones no cumplen las condiciones mínimas de habitabilidad. Su estado es deficiente. Por ello, se demolerán y, después, se levantarán de nuevo.
La Junta de Gobierno de José Luis Martínez-Almeida aprobó el jueves delimitar los dos ámbitos de la capital que se van a renovar. Además de la de Villaverde, se hará lo mismo en un edificio con 12 hogares en la colonia de Aeropuerto, en Barajas. El gesto del Ayuntamiento es un primer paso de una colaboración con la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Vivienda.
Las tres administraciones financiarán el 88% de lo que le cueste a los propietarios derribar los edificios y construir los nuevos. Este dinero público aportado también les servirá para cubrir gastos de redacción de los proyectos, los de los informes técnicos, así como los de los realojos temporales de los vecinos. La Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) gestionará las subvenciones de los particulares y urbanizará el entorno una vez que se hayan reconstruido las casas.
La colonia experimental de Villaverde se cimentó en una zona donde se instalaron las principales empresas de la industria madrileña de la época. Hablamos de Marconi, Standard Eléctrica, la factoría Barreiros, la Fundación Aristrain, Hierros Madrid, Boetticher o Thyssen Krupp, según se explica en un antiguo documento del Ayuntamiento de la capital.
Poco después de que acabasen las obras de la colonia Marconi, la Obra Sindical del Hogar comenzó a planear la de Villaverde, con hogares pensados para los inmigrantes andaluces y de Castilla-La Mancha. La colonia experimental -según el citado documento público- ocupa casi dos hectáreas. Sobre este terreno se levantaron viviendas de entre 26 y 42 metros cuadrados en 28 bloques de tres y cuatro alturas. Los edificios son de varias tipologías distintas, "de ahí el nombre de experimental".
Los vecinos, recordó Madridiario en un artículo publicado en 2015, pagaban un alquiler social con derecho a compra y tomaron las residencias en calidad de adjudicatarios de contratos de acceso en diferido a la propiedad. En 1984, las casas pasaron a manos de la Comunidad de Madrid a través del antiguo IVIMA (Instituto de Vivienda de la Comunidad de Madrid).
La entidad pública impuso su compra en 1994 y los residentes tuvieron que quedarse con unas viviendas que ya entonces estaban en "estado ruinoso". Los vecinos acudieron a la justicia y, en 2005, el TSJM condenó al Gobierno regional a arreglar las deficiencias existentes, detalla el citado digital.
A principios de este año, Telemadrid informó de que el vecindario seguía esperando a que se cumpliera la sentencia, 20 años después. La televisión pública madrileña definió a las casas como "chabolas verticales". Ya en marzo, los huéspedes contaban con un proyecto para reconstruir de cero un centenar de viviendas. "No podemos esperar más", exclamó Ana, una portavoz vecinal.
Primera fase del proyecto
El proyecto de renovación integral de estos dos ámbitos contempla, en una primera fase, renovar el edificio situado en la calle de Garganchón 335 del barrio de Aeropuerto. Después se intervendrá en tres edificios de la colonia experimental, que suman 36 hogares. Más adelante se irá renovando la colonia de Villaverde al completo.
El coste previsto de la primera fase es de 12,6 millones de euros: 10 para la colonia experimental y 2,6 para la de Aeropuerto, de los que las tres administraciones se harán cargo de 9 millones y 2,3 millones, respectivamente. El Ayuntamiento de Madrid, a través la Dirección General de Políticas de Vivienda y Rehabilitación, comprometerá una inversión de 5 millones de euros.