Es lunes, minutos antes del mediodía, y Ana María acaba de atravesar la A-5 por el paso subterráneo para peatones que une la zona de El Greco con la calle Olivillo, en el barrio madrileño de Lucero. "Vengo del médico...", dice. A la mujer, de 81 años, no le gusta cruzar el pasadizo: "En este túnel me atracaron y pasé mucho miedo (...) Me robaron lo que tenía". Las inminentes obras de José Luis Martínez-Almeida para soterrar la carretera de Extremadura acabará con este y otros siete de sus pasos inferiores. "Me va a dar tranquilidad", confirma Ana María. 

La A-5 parte en dos el distrito de Latina desde finales de los años 60. Separa a los barrios de Lucero, Aluche y Las Águilas con los de Campamento y Casa de Campo, que pertenece a Moncloa-Aravaca. El Ayuntamiento de Madrid suturará esta 'brecha' de asfalto enterrando la autovía y construyendo un nuevo túnel por el que pasarán los vehículos. En superficie, el viejo asfaltado se transformará en un "gran bulevar verde". 

El nuevo túnel, según se detalla en la memoria del proyecto del futuro 'Paseo Verde del Suroeste', discurrirá cerca de la superficie. Esto hace incompatible la supervivencia de varios de los pasos inferiores para peatones que existen actualmente. Fuentes del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad confirman que se eliminarán los ocho pasadizos que hay entre Padre Piquer y la avenida de Portugal

Dejarán de existir, por tanto, el túnel que cruza Ana María o el que conecta la calle Villavaliente con la calle Cebreros. En este último pasadizo se produjeron diferentes robos con fuerza hace más de un año. Las víctimas fueron ancianas que caminaban solas y que sufrieron tirones de bolso. 

Para una parte del vecindario de Latina, los pasos subterráneos de la A-5 son de "obligado paso" para coger los distintos autobuses de entrada a Madrid y para acceder a "zonas más comerciales". "Han tenido siempre dos problemáticas, con continuas quejas de los vecinos: la pernoctación de indigentes y los robos a determinadas horas al ser el único medio de paso y encontrarse escasamente iluminados y solitarios", trasladan a este periódico fuentes conocedoras de la zona. En los últimos años, el asunto se ha tratado en numerosas ocasiones en la Junta Municipal de Latina.

Más allá de estos testimonios, otras dos vecinas dicen que nunca han tenido problemas en los pasos subterráneos. Aunque sí que han escuchado de oídas este tipo de incidentes. Desde la Asociación Vecinal Casa de Campo-Batán subrayan que "no tienen constancia" de que se hayan registrado incidentes violentos en los últimos tiempos.

Eso sí, lo que existe -añaden- es una "inseguridad percibida alta" porque los túneles no tienen buena "luminosidad" y su diseño "es de los años 70". "Han sido un problema de toda la vida", agregan. La entidad vecinal recuerda que a los niños de hace décadas se les recomendaba que nunca pasasen por la noche por los pasadizos, cuando existía un "problema" con la heroína en la zona.

Desde la Asociación Vecinal de Campamento, por otro lado, indican que no hay datos "demasiado" alarmantes sobre delincuencia en el paso subterráneo próximo a la estación de Metro de Campamento. Este túnel, aseguran, sí que resistirá a las obras de la A-5, algo que lamentan por la "suciedad" y la "sensación de inseguridad" que creen que sí genera entre los ciudadanos.