Después de más de seis años en las calles de Madrid, los patinetes eléctricos de alquiler ya no tienen hueco en la capital. Desde este viernes, 25 de octubre, ningún vehículo de este tipo sin base fija podrá estar estacionado en la ciudad.
En caso de incumplimiento, las empresas podrán ser sancionadas con 1.500 euros por vehículo que ocupe la vía sin autorización, tal y como ha informado en redes sociales el delegado del Área municipal de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante.
El pasado 8 de octubre, el delegado firmó el decreto de revocación definitivo de patinetes. Se dio entonces un plazo de 15 días a las tres operadoras para retirar los vehículos de las calles.
A principios de septiembre, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, informó del final de este servicio al considerar que no se estaba cumpliendo con las condiciones acordadas.
Todo ello después de que el Consistorio constatase que a lo largo de los últimos meses seguía habiendo "riesgos como consecuencia de la circulación de estos patinetes".
En concreto, según el Ayuntamiento, estos vehículos de movilidad personal no tenían la tecnología necesaria para impedir que circulasen y estacionasen en zonas prohibidas.
Cabe recordar que el sistema que dice adiós este viernes se desplegó durante el primer semestre de 2023. Aunque la historia de la ciudad con los patinetes comenzó en agosto de 2018, durante el mandato de Manuela Carmena, que autorizó 8.610 licencias para una quincena de empresas.
Cuando Almeida tomó el bastón de mando, decidió reordenar el servicio, que se había sumido en cierto caos durante la etapa de la exmagistrada. A principios de mayo de 2023, la capital estrenó el nuevo sistema de autorizaciones. Se redujeron a tres las operadoras y se limitó a 6.000 el número de licencias.
Con ello, el Consistorio perseguía "garantizar mayor seguridad, integración y orden" de los patinetes en las calles, algo que, a la vista de la decisión final, no se cumplió en los términos esperados por Cibeles.