M. F.
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'Julia', la escultura de Jaume Plensa y que preside la plaza de Colón desde 2018, resistirá otro año más. El Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson han acordado prolongar su permanencia hasta diciembre de 2025, alargando así el convenio firmado entre ambas partes hace un año y que contempla la opción de que la obra aguante hasta diciembre de 2027 en esta ubicación.

La obra de arte fue encargada por la fundación dentro de su línea de proyectos artísticos de mecenazgo. Forma parte de su colección de arte y se presentó en diciembre de 2018 en el marco de un programa artístico organizado por el Consistorio madrileño.

La Fundación María Cristina Masaveu Peterson, teniendo "en cuenta la importancia que ha cobrado Julia en el paisaje madrileño y su gran apreciación por parte de la ciudadanía, ha aceptado la nueva prórroga a petición del Ayuntamiento", tal y como ha explicado el Área de Cultura en un comunicado.

La iniciativa de mecenazgo impulsada por la fundación hizo posible que por primera vez Jaume Plensa, Premio Velázquez de las Artes en 2013, expusiese una obra de estas características en España, una de sus cabezas con ojos cerrados, realizada en resina de poliéster y polvo de mármol blanco y de doce metros.

Para Jaume Plensa, estas esculturas representan esta parte del cuerpo como gran contenedor del conocimiento y las emociones humanas. Según sus propias palabras: "Siempre tienen los ojos cerrados porque lo que me interesa es lo que hay dentro de esta cabeza. Como si el espectador, delante de mi obra, pudiera pensar que es un espejo y él reflejarse, cerrar también los ojos, intentar entender toda la belleza que guardamos oculta dentro nuestro".

Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es un artista de materiales, sensaciones e ideas. Sus referencias abarcan la literatura, la poesía, la música y el pensamiento. Él se considera, ante todo, escultor, aunque su proceso creativo ha transitado por múltiples disciplinas. Sus obras se dirigen a la condición misma del ser: su esencia física y espiritual, la conciencia de sí mismo y de su pasado, sus códigos morales y dogmas y su relación con la naturaleza.

El origen de la plaza, tal y como se la conoce, se remonta a los últimos años del siglo XIX. Fue una reforma en 1977 la que le dio el aspecto que tiene hoy. Desde entonces, ha sufrido diferentes obras, el movimiento de su monumento más emblemático y la colocación de otros nuevos.