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El Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida lleva advirtiendo semanas: en diciembre, comenzarán las afecciones al tráfico en la A-5. Los trabajos en la zona hasta ahora están sirviendo para preparar el terreno. Las obras materiales para soterrar la autovía, en cambio, empezarán en unas semanas. Y con ellas, los cortes de tráfico.

El Consistorio popular y el Ministerio de Transportes se han emplazado a una nueva reunión el 29 de noviembre para intentar definir un plan conjunto de movilidad. Todo ello después del encuentro fallido del pasado martes

El 'megaproyecto' municipal enterrará más de tres kilómetros de carretera nacional a su paso por el distrito de Latina. Para reducir al máximo las molestias a conductores y ciudadanos, el papel del Ministerio de Óscar Puente es clave. La competencia de los trenes de Cercanías es suya.

En la última reunión, el Ejecutivo central propuso a Cibeles retrasar el inicio de las obras a febrero para que diera tiempo a habilitar una tercera vía en la C-5. La idea de cambiar el calendario no gustó nada al Consistorio, que se niega a aplazar sus planes. Este asunto del carril extra de tren, la posible gratuidad de la R-5 y algún fleco sobre los autobuses interurbanos son los principales puntos aún por resolver. 

Desde la vuelta del verano, la relación de ambas administraciones está siendo como una montaña rusa. Comenzaron acusándose mutuamente de falta de comunicación. Cibeles presentó su propio plan acordado con la Comunidad de Madrid (responsable de Metro y de los interurbanos). Una estrategia en la que no aparecía ningún refuerzo de Cercanías.

Después llegaron las discusiones sobre la R-5: Madrid quiere que sea gratis y que sea Transportes quien asuma el coste. Moncloa apuesta por una cofinanciación entre las administraciones afectadas. Con este telón de fondo, Óscar Puente y José Luis Martínez-Almeida se reunieron el 17 de octubre y firmaron la paz, emplazando a sus técnicos a pulir un plan conjunto.

Pero la tregua duró hasta el martes, hasta la reunión fallida entre el concejal de Urbanismo, Movilidad y Medio Ambiente, Borja Carabante, con el secretario general de Movilidad Sostenible, Álvaro Fernández Heredia

"Todo sobre la mesa"

El mal sabor de boca de la reunión del martes se ha ido diluyendo en los últimos días. Enseguida, el alcalde apostó por "reconducir la situación" para llegar a un acuerdo. El propio Carabante contó el viernes a los periodistas que, tras el encuentro fallido, volvió a hablar con el secretario general de Movilidad: "Me manifestó su voluntad de ser capaces para conciliar la necesidad de reforzar Cercanías y también de cumplir los plazos que tiene el Ayuntamiento para ejecutar la obra". 

Fuentes del Ministerio transmiten su "buena voluntad" para alcanzar un acuerdo. Las conversaciones continúan. Y la intención es "cerrar un plan conjunto" en la reunión bilateral del próximo viernes. "Hay buena voluntad para conciliar los plazos de las obras con un buen plan alternativo de movilidad para reducir al máximo el impacto de las obras en la ciudadanía", subrayan. "Todos los elementos están sobre la mesa", añaden. 

Refuerzo en Cercanías y vía extra

Algo que ya dejó claro Fernández Heredia el martes es que, en cualquier momento, Transportes puede reforzar el servicio de Cercanías entre un 25 y un 40%. Esto se traducirá entre  3.000 y 4.500 plazas más en hora punta. O dicho de otra forma: entre 50.000 y 100.000 más al día.

Habilitar un carril más para el tramo más demandado de la C-5 (el que une Móstoles con Atocha) se traduciría en una ayuda extra. "Ahora mismo la línea C-5 va a cinco minutos de frecuencia, podemos disponerla a cuatro minutos y si contáramos con esa tercera vía podríamos bajar a los tres minutos y medio", explicó el alto cargo. 

Carabante, por su parte, defiende que las obras para soterrar la A-5 no se pueden retrasar por esta cuestión. Este tercer carril "lo que hace es permitir un refuerzo mayor que viene a mejorar la situación, pero no es imprescindible en un primer momento"

¿R-5 gratis? 

Otro punto de ficción. La Radial 5 es una autopista de 31,5 kilómetros que discurre más o menos en paralelo a la A-5. La gestiona el Gobierno, es de peaje (con tarifas que van desde los 0,85 a los 7 euros) y pasa por Carabanchel (Madrid) y otros seis municipios madrileños. 

Según la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT), aporta "importantes ventajas de rapidez" frente a las carreteras tradicionales en la zona sur. Todo porque "evita las frecuentes retenciones que se producen en el interior de la M-50" en las proximidades de Móstoles, Alcorcón y Madrid en la A-5.

Los datos de la SEITT recopilados por este periódico indican que por el trazado de peaje que une Navalcarnero con Móstoles pasan al día unos 8.130 vehículos, aproximadamente. La intensidad sube a partir de Alcorcón y Leganés, ciudades más cercanas de la capital. Ahí, la intensidad media diaria supera los 12.100

Cibeles quiere que sea gratis en horas puntas de días laborales y que sea el Ejecutivo central quien lo costeé. Transportes, por su parte, defiende que lo justo es que el promotor de la obra (el Ayuntamiento) también participe en la financiación de la medida a través de un convenio entre las diferentes administraciones implicadas.

Un estudio encargado por el Gobierno calcula que la gratuidad temporal de la R-5 solo beneficiaría entre un 6 y un 7% del tráfico, según recoge Europa Press. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, del lado de Almeida, asegura que la medida tendría un coste "mínimo" para el departamento de Óscar Puente.

Los interurbanos

También queda por aclarar el planteamiento sobre los autobuses interurbanos. Lo pactado entre el Ayuntamiento y la Comunidad es la creación de dos puntos de recarga de las líneas interurbanas.

Se descarta un carril bus hasta Príncipe Pío para evitar que se eleve "el nivel de congestión". Reservar un carril "no es una buena alternativa para la movilidad", aseguró el viernes Carabante, en contra del criterio del Ministerio. 

A su vez, el responsable de Urbanismo de la capital dejó caer la posibilidad de hacer "algún retoque" en los interurbanos para dar "alternativas" en los plazos que desea el Ayuntamiento. 

Una vez que Ministerio y Ayuntamiento cierren su acuerdo, se informará a todas las administraciones y operadores en el Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM) para que entre todos se termine de perfilar el plan general de movilidad.