Armando y Laura son pareja y viven juntos en el distrito de Latina. Él trabaja en el mundo de la arquitectura y ella en el sector de la comunicación. Ambos habían decidido comprarse un coche con etiqueta CERO para poder circular por Madrid a partir del año que viene. Esta semana, de hecho, estaban a la espera de que les dieran un presupuesto definitivo. Pero el jueves se enteraron a tiempo de la 'prórroga' concedida por el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida y frustraron la operación con el concesionario. Aguantarán un año más con su vehículo contaminante. Y les viene "genial": ahora podrán gestionar su boda en marzo "con más calma".
La pareja utiliza un Volkswagen Passat de 2001 que Armando heredó de sus padres. "Va bien, es normal y corriente y nos ha traído por todos lados sin problema", reconoce el conductor. El turismo no tiene etiqueta. Es lo que se conoce como un vehículo A, que son todos aquellos diésel matriculados antes del 2006 y los gasolinas previos al 2000. Son los coches más contaminantes. En la capital no pueden circular salvo si están empadronados.
Los turismos 'sin etiqueta' de los residentes también estarán restringidos a partir del 1 de enero de 2025. Sin embargo, Cibeles anunció el jueves que retrasa a 2026 las multas a los vecinos con este tipo de vehículos. Durante los próximos 12 meses solo recibirán avisos informativos. Armando cuenta a EL ESPAÑOL que hace un tiempo tenía la sensación de que el Consistorio iba a conceder una 'prórroga'. Como el anuncio no llegaba, él y Laura se pusieron a buscar uno nuevo.
Esta semana ya tenían claro cuál querían: un MG HS híbrido con etiqueta CERO. El concesionario les dio un presupuesto el miércoles y ellos pidieron la estimación para el mismo modelo en color gris. El comercial les llamó el jueves por la tarde "cuando ya había salido la noticia" y Armando aplazó por teléfono la compra. Retrasarla unos meses les vendrá "muy bien". De lo contrario, habrían asumido este gasto y el de la boda en un margen de tiempo muy corto. "Estábamos muy apurados", asegura.
Eso sí, tiene claro que el año que viene deberá adquirir un turismo que pueda conducir por la ciudad. Y tienen pensado acudir al mismo concesionario: "Como nos ha tratado bien, volveremos al mismo comercial".
Este periódico ha consultado a tres concesionarios asentados en Madrid si tienen clientes que también estén dando marcha atrás. Dos de los negocios coinciden en que todavía es pronto para saberlo. "Es una noticia muy reciente", sostienen desde una de las compañías.
Como Arnaldo y Laura, Roberto es otro residente con un coche 'sin etiqueta' empadronado en Madrid. En su caso, se trata de un Toyota Corolla Verso con al menos 19 años de vida. "Lo compré hace muchos años. Es de ocasión y me ha salido buenísimo", resume en conversación con EL ESPAÑOL.
Roberto está casado y tiene dos hijos, una chica de 15 años y un niño de 11. El Corolla lo utiliza, sobre todo, su pareja para ir al trabajo. Aunque también es el vehículo familiar de cabecera cuando hacen escapadas porque tiene "siete plazas". Además, cuenta con un "BMW con etiqueta B" automático que utiliza para llevar a sus hijos al colegio a primera hora de la mañana, justo antes de entrar a trabajar como portero de un vecindario del barrio de Costillares, en Ciudad Lineal.
El trabajador estaba a la espera de la decisión del Ayuntamiento para decidir qué hacer con su automóvil contaminante. No sabía si venderlo o darlo de baja. Pero quería deshacerse de él. Tras el anuncio de Almeida, Roberto esperará un año más. A su pareja Sonia -dice- estos 12 meses de margen le permitirán tener "más autonomía". Ella prefiere usar el viejo Corolla porque, según su marido, no está acostumbrada a manejar el BMW.
¿Se comprará Roberto un nuevo vehículo familiar dentro de un año cuando se despida del viejo? "Si las circunstancias económicas lo permiten sí, pero ya te digo que difícil (...) La gente obrera no puede comprarse un coche nuevo", sentencia.