La Torre Negra de Vallecas deja de ser negra: una remodelación después de 15 años llena de colores su fachada
- El Edificio Vallecas 20 dice adiós a aquello que ha sido su seña de identidad. Se adecua al entorno y aislará mejor gracias a una remodelación.
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A pesar de ser un edificio premiado, muchos lo consideran una de las mayores aberraciones de Madrid. Rodeada de construcciones de mucho menos altura, propias de urbanizaciones modernas, se alza una torre de 74 metros y 22 plantas destacando sobre el entorno en el Ensanche de Vallecas. Se la conoce como La Torre Negra. O al menos, así se la llamaba hasta ahora.
Su nombre oficial es Edificio Vallecas 20 y, durante los 15 años transcurridos desde su inauguración, su característico color negro ha sido su seña de identidad, el origen de un apodo que parece casi sacado de una película de fantasía oscura. Esto no ha impedido que este símbolo que es su apariencia esté desapareciendo. Desde hace unos días, se está llevando a cabo una remodelación integral de la fachada que transformará completamente el aspecto del edificio.
Según adelantó Nuevo Sureste y ha confirmado Madrid Total, las obras, a cargo de la empresa Ferrovial, consisten en la retirada de las planchas de zinc negro, así como del material aislante de espuma de poliuretano y de las mallas metálicas que han protegido el edificio hasta ahora.
La revolución naranja
En su lugar, se están instalando planchas por bloques en tonos marrones y naranjas, aportando un juego cromático completamente nuevo. Además del cambio estético, la intervención busca mejorar la eficiencia energética del edificio y subsanar los problemas de deterioro acumulado.
La torre, ubicada en la calle Pilar de Madariaga Rojo, fue diseñada por el estudio de arquitectos Entresitio, liderado por María y José María Hurtado de Mendoza.
La construcción del Edificio Vallecas 20 comenzó en 2006 y culminó en 2010, con una inversión total de 6,7 millones de euros financiados por la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS).
Este organismo público organizó un concurso público en busca de un proyecto capaz de combinar funcionalidad y singularidad, dando lugar a un edificio que albergara 132 viviendas protegidas, inicialmente ofrecidas en régimen de alquiler con opción a compra.
El tiempo no perdona
En su época, La Torre Negra destacó no solo por su color sino también por su innovador diseño, que le valió el Premio NAN de Arquitectura en 2010 en la categoría de Mejor Construcción Residencial.
Para el entonces coordinador general de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, Juan José de Gracia, este reconocimiento demostraba que la vivienda protegida podía ser también un referente arquitectónico de calidad.
La torre se convirtió así en un hito urbano visible incluso desde la M-45, con una fachada que combinaba franjas horizontales de zinc con ventanas dispuestas de manera irregular, creando un llamativo juego de volúmenes y huecos.
Sin embargo, con el paso de los años, las soluciones constructivas iniciales comenzaron a mostrar sus limitaciones. Las actuales obras, según los responsables, no solo renuevan la fachada sino también aseguran un mejor aislamiento y mayor durabilidad para el edificio.
El cambio de tonalidades sirve, intencionadamente o no, para integrar mejor el edificio en su entorno y dotarlo de una estética más contemporánea, aunque el contraste con las viviendas de menor altura que lo rodean sigue siendo inevitable.