Yolanda Fuentes (Santa Cruz de Tenerife, 1974) saltó a primera línea informativa el jueves, cuando presentó su dimisión irrevocable al negarse a firmar el documento con el que la Comunidad de Madrid iba a solicitar al Gobierno pasar a la fase 1 de la desescalada. Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de La Laguna y especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, su trayectoria profesional la ha desarrollado en dos frentes: en la dirección de diferentes hospitales como el Infanta Cristina o el 12 de Octubre y en la administración pública.
Su vida profesional se ha basado siempre en aplicar los criterios médicos a la política, una filosofía que llevó hasta sus últimos términos. Fuentes prefirió renunciar a su cargo en la Comunidad de Madrid antes que avalar un documento que, si se le daba luz verde, podía multiplicar el número de contagios en Madrid.
Durante la crisis del ébola en 2014, Fuentes era la subdirectora del complejo hospitalario La Paz-Carlos III, el recinto donde ingresaron Miguel Pajares y Manuel García Viejo, los dos religiosos españoles que se infectaron mientras cuidaban enfermos en África. Los dos fallecieron, pero a los días se diagnosticó ébola a la enfermera que les atendió, Teresa Romero, que consiguió sobrevivir.
Tras la rueda de prensa de la ministra Ana Mato el 6 de octubre de aquel año, donde ocultó datos del contagio y no se quiso decir dónde iba a ser tratada la enfermera, el Gobierno de Mariano Rajoy decidió crear un Comité Científico Asesor para apartar a la ministra y que la crisis fuera dirigida por un equipo técnico y experto en epidemiología. Yolanda Fuentes fue una de las doce personas elegidas para ese cometido y allí trabajó al lado de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, la cara más visible del Gobierno de Pedro Sánchez en la crisis del coronavirus.
Condecoración
La gestión de aquella epidemia, que en España solo contabilizó esos tres casos, fue un éxito incontestable. El Gobierno quiso premiar a los que estuvieron al frente de aquella dirección y en 2015 les concedió la Encomienda de la Orden Civil de Sanidad, la máxima condecoración española en el ámbito sanitario. Cuando recibió el galardón de manos de la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, acababa de ser nombrada directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid que entonces dirigía Cristina Cifuentes.
Madrid creó la Dirección General de Salud Publica en ese momento, y "la nombré porque tenía una impecable trayectoria como profesional de la salud pública. Es especialista en medicina preventiva, con cargos directivos en la Carlos III, La Paz, miembro del comité de especialistas del Ebola... y lo cierto es que hizo una gran labor. A pesar de las circunstancias de su cese (a petición propia) en 2017, yo solo tengo buenas palabras hacia ella", detalla la expresidenta de la Comunidad de Madrid a EL ESPAÑOL.
Fuentes, licenciada en Medicina y especializada en medicina preventiva y salud pública, estuvo en el equipo técnico de la consejería de Sanidad de Madrid un año y siete meses. En enero de 2017 volvió a su puesto de subdirectora médico en el hospital La Paz-Carlos III, donde estuvo hasta octubre de 2019. El consejero Enrique Ruiz-Escudero la convenció hace siete meses para deshacer el camino andado y la rescató para nombrarla de nuevo directora general de Salud Pública, un puesto que ocupó hasta el jueves.
"Admirable"
Casada y madre de un niño, Fuentes suma a su experiencia profesional tres másteres: uno en salud pública, otro en calidad asistencial y atención al paciente y un tercero en administración sanitaria ejecutivo. Su dimisión, tras mostrar a sus superiores su negativa a que Madrid pidiera un levantamiento parcial del confinamiento, provocó una catarata de reacciones entre sus compañeros de profesión: "Estamos orgullosos de ti", "estábamos más tranquilos sabiendo que estabas tú al frente", "admirable su profesionalidad, su dignidad laboral y su dedicación" son solo tres de los centenares de mensajes que se pueden leer en redes sociales.
La dimisión de Fuentes un día después de que Madrid anunciara que pediría al Gobierno central cambiar de fase a partir del lunes provocó un auténtico socavón en el Gobierno que dirige Isabel Díaz Ayuso, que intentó sofocar el fuego nombrando viceconsejero de Sanidad al hasta entonces director de Ifema, Antonio Zapatero. La presidenta de la Comunidad de Madrid enmarcó la dimisión dentro de una remodelación de la consejería que se precipitó tras la salida precipitada de Fuentes, a la que ni siquiera llamó para escuchar las razones de su marcha. La entonces directora general de Salud Pública redactó un informe el 5 de mayo de 28 páginas en el que justificaba punto por punto por qué Madrid no estaba aún en condiciones de ascender de fase. Entre otras muchas razones, mantenía que el número de camas UCi disponibles aún suponía un riesgo en caso de rebrote. Por eso se negó a firmar dos días después un documento que pedía completamente lo contrario.
Ayuso tuvo que reconocer que cambió de parecer tras una reunión con empresarios, que piden abrir poco a poco la economía para no sufrir un descalabro mayor. "Hay que aprender a andar porque todos los países y a todas las grandes capitales les va pasar lo mismo van a tener que aprender. A lo mejor hay algún rebrote, se aprende, se ve... pero hay que empezar. Si no la estrategia de nada, cero, quedarnos en casa, es la ruina", mantuvo la presidenta. Finalmente, el Gobierno central ha dado la razón a la ya exdirectora general de Salud Pública: la salud prevalece sobre la economía. Madrid aún no está preparada para salir del confinamiento, pero el Gobierno regional lo intentará de nuevo la semana que viene.