Las dieciséis páginas del recurso que ha presentado Isabel Díaz Ayuso ante los tribunales incluyen un reto a Pedro Sánchez. La jerga jurídica empleada por sus abogados podría traducirse en algo así como: si quiere cerrar Madrid, que declare el estado de alarma.
Conviene apuntar que, ante el riesgo de que la Comunidad intentara la suspensión inmediata de la norma mediante una cautelarísima, el Gobierno central había preparado, precisamente, un estado de alarma para la región. Así lo ha contrastado este periódico de fuentes de Moncloa.
Tras alegar distintos motivos para argumentar la "nulidad" del veredicto del ministro de Sanidad, Ayuso manifiesta en su recurso: "Esto resulta agravado cuando, a la vista de la intensidad de las medidas adoptadas, nos damos cuenta de que el Estado dispone de un instrumento para ello: la declaración del estado de alarma".
Acto seguido, el texto especifica que "la orden del ministro supone la aplicación de unas limitaciones propias" de ese mecanismo constitucional, que rigió en todo el país en los meses más duros de la pandemia. En todo momento, tanto en estos dieciséis folios como en sus comparecencias, los dirigente autonómicos repiten la expresión "invasión de competencias".
La conclusión de Ayuso es la siguiente: los datos del virus "están mejorando en Madrid". Por tanto, Sánchez ha elegido el cierre para "sembrar el caos". Y lo ha hecho mediante una norma alegal.
Como mínimo -a tenor de los procesos similares- la Justicia no escuchará a las partes hasta diez días después. La resolución judicial llegará, en cualquier caso, cuando el amurallamiento de la capital y otras nueve regiones de Madrid esté muy avanzado.
Son varios los dirigentes autonónomicos que, en charla con EL ESPAÑOL, deducen que Illa ha decretado el cierre consciente de que los "datos mejoran" para así "poder capitalizar el rédito político que otorgará el descenso de la curva".
Ayuso insiste en que la acción de Illa requiere el "consenso" del Consejo Interterritorial. Un precepto que no es así a ojos del Gobierno. Y en esa interpretación de la ley reside el origen del conflicto entre las partes.
La presidenta de la Comunidad de Madrid tenía previsto seguir con el confinamiento progresivo de las zonas afectadas a través de "medidas quirúrgicas y focalizadas que se estaban mostrando eficaces".
Preocupación en Cs
Ignacio Aguado ha decidido no acompañar a Díaz Ayuso en su huida a los tribunales. Entre líneas, en su última entrevista y a través de su cuenta de Twitter, se ha mostrado contrario a la estrategia de confrontación.
Varios dirigentes de Ciudadanos trasladan a este periódico su "preocupación" por esa "cruzada" contra Sánchez: "Genera desasosiego entre los ciudadanos y desgasta al Gobierno de la Comunidad".
Todos ellos ponen como ejemplo las coaliciones de Andalucía, Castilla y León o el Ayuntamiento de la capital, donde los presidentes no chocan con los vicepresidentes. "A nosotros nos ha tocado lidiar con la más difícil", ironizan. Ni siquiera los barones del PP, tal y como informó El Mundo, comparten el camino seguido por la presidenta madrileña.
No obstante, el poder de Ayuso no parece correr un peligro inmediato: Ángel Gabilondo -líder del PSOE en la Asamblea- ya ha despejado la incógnita. No presentará una moción de censura mientras perviva la pandemia.