El pasado 11 de febrero, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, se reunió con representantes de la firma comercializadora de la vacuna rusa Sputnik V, "a petición de esa firma", según fuentes del Gobierno madrileño y "ante la inoperancia del Gobierno". Por entonces, el Ministerio de Sanidad ya estaba manteniendo sus primeros contactos con la empresa rusa, tal como adelantó EL ESPAÑOL.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Isabel Díaz Ayuso, exploró esta opción, porque "es deber dela Consejería explorar todas las posibilidades". De hecho, se produjeron otras dos reuniones con estos representantes para conocer los planes de fabricar en Galicia la vacuna rusa contra la Covid-19, la Sputnik V, según los trabajos de Sanidad y la UE, que enviará este mes inspectores a los laboratorios gallegos del Grupo Zendal.
Las fuentes consultadas en la Consejería de Ruiz Escudero aseguran que su intención fue "explorar el mercado internacional y tener todas las posibilidades abiertas en el futuro en la lucha contra la pandemia, siempre dentro del marco nacional de vacunación".
De hecho, la idea era "facilitar un preacuerdo de compra beneficioso para todo el Sistema Nacional de Salud y en condiciones equitativas para todos los españoles". Su objetivo era "ganar tiempo de negociación" a la espera de su aprobación por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Esa aprobación se producirá en pocos meses si todo se cumple como está previsto. Entretanto, Sanidad ya está en contacto con la EMA y trabajando para que haya laboratorios en España preparados y con contratos para producir la Sputnik V.
El Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología ruso Gamaleya está ya en negociaciones con diferentes laboratorios europeos. Entre ellos, hay algunos españoles, como el grupo gallego Zendal, tal como informó Invertia.
El propio Ministerio de Sanidad aclara que la razón de que no haya ningún acuerdo firmado aún es principalmente la espera a que la EMA autorice la vacuna rusa en el territorio de la Unión. Y que para eso son necesarios todavía algunos pasos. No sólo burocráticos o médicos, también los puramente logísticos.
En todo caso el Ministerio supedita cualquier posible uso de la vacuna rusa al visto bueno de la EMA y a las negociaciones que celebre la Comisión Europea. Es cierto que la ministra Darias, ha repetido en varias ocasiones que España no prevé salirse de la estrategia europea de vacunación e iniciar compras por su cuenta.