El secretario general del PSOE de Madrid, José Manuel Franco, ha presentado su dimisión tras los malos resultados en las elecciones de la Comunidad de Madrid. Según un comunicado del partido en la región, la salida de Franco busca no sólo "asumir la responsabilidad del pésimo resultado", sino "que no se utilice para atacar al PSOE y al Gobierno de España".
Esa última parte es el reconocimiento implícito de que fue Moncloa quien pilotó la campaña electoral de Ángel Gabilondo y quien decidió toda su estrategia. Cabe recordar que durante la primera etapa de la carrera electoral, el candidato socialista enfocó su mensaje hacia los votantes decepcionados con Ciudadanos, amparándose en una frase clave: "Con este Iglesias, no".
Pero ya en el debate televisado, las tornas cambiaron, y las fuentes consultadas en Moncloa aclararon que desde ese momento Gabilondo pasaba a coordinar sus campañas con las otras dos izquierdas, Más adrid y, sobre todo, Unidas Podemos: "Pablo, nos quedan 12 días para ganar las elecciones", anunció entre discusión y discusión.
Franco es la primera víctima del tsunami popular en las elecciones del 4-M. Tras su salida y hasta la celebración del Comité Regional a finales de año, dice la nota, se hará cargo de la dirección del PSOE-M una gestora nombrada por el PSOE Federal.
Después de ser la opción más votada en 2019, en los comicios de este 4 de mayo los socialistas se convirtieron en la tercera fuerza, por detrás del PP de Isabel Díaz Ayuso y de Más Madrid, liderada por Mónica García.
En estas elecciones el PSOE perdió 13 escaños al pasar de 37 a 24. El gran varapalo para los socialistas fue que la formación de Mónica García sacase más votos en la Comunidad.
La dimisión tiene lugar el mismo día que se reúne la Ejecutiva Federal del PSOE y un día después de la reunión de la Ejecutiva Regional, que reconoció los malos resultados electorales pero no se planteó cambios orgánicos ni el relevo de Gabilondo como portavoz en la Asamblea de Madrid.
El discurso de Gabilondo en la noche del 4-M sonó a despedida de la política. Sin embargo, el cabeza de lista pidió que se le respetara su decisión de recoger el acta y continuar como diputado raso en los dos años que quedan de legislatura.
En los últimos días, los rumores de reforma en la cúpula del PSOE de Madrid no han parado de correr. En un primer momento se insinuó que Ferraz le había señalado la puerta de salida a su candidato.
Campaña de bandazos
La debacle electoral podría explicarse a partir de la inconsistencia de la campaña de Ángel Gabilondo, que ha estado plagada de bandazos. El candidato socialista comenzó su campaña apelando a la "moderación" con el fin de captar el voto de los desencantados de Ciudadanos.
Además, prometió no subir los impuestos al menos hasta 2023 y vetar a Unidas Podemos de un hipotético ejecutivo de izquierdas: "Con este Iglesias, no".
Al ver que el éxodo liberal iba a ser capitalizado por Isabel Díaz Ayuso, Gabilondo cambió radicalmente de discurso en un intento desesperado por mantener la hegemonía en la izquierda. Tal giro se consumó en el debate electoral de Telemadrid: "Pablo, tenemos doce días para ganar".
Y así se sucedieron duros mítines contra "la ultraderecha" que representaba Isabel Díaz Ayuso, a quien llegó a equiparar con Donald Trump y Jair Bolsonaro. El "gobierno de Colón" -en referencia a la foto de PP y Vox en la plaza madrileña- supondría "un epígono de las formas e ideas de Trump y Bolsonaro, del negacionismo, del pin parental, de la demagogia y de la desigualdad".
El candidato "soso, serio y formal" se había esfumado.