"El tono bronco es imposible perderlo". Con estas palabras iniciaba este martes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, su discurso final durante el debate del Estado de la Región.
Un nostra culpa suave después de que, en el transcurso de las más de cinco horas que ha durado la segunda sesión, se hayan escuchado reproches de una y otra bancada de la Asamblea. Situación que no debía ocurrir, al menos así lo prometieron los representantes de los madrileños el 30 de agosto.
Y es que, durante la primera reunión de la oposición con la líder del PP, los representantes de los grupos políticos se comprometieron a "aumentar el nivel" de sus intervenciones con menos descalificaciones personales o familiares.
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Bien sea por la excusa de Isabel Díaz Ayuso de que "sería peor debatir con indiferencia y sin interés" o por la de Alejandra Jacinto, coportavoz de Unidas Podemos, que ha asegurado que no creyó a la presidenta cuando lo propuso... todos han quebrantado su promesa en la Cámara.
La propia Ayuso ha calificado la sesión de estar llena de "peleas con tono de red social". Una crítica que ella misma ha enfatizado cuando ha instado a Podemos y Más Madrid a crear la "Oficina del Bulo y del Tuitero" por "hacerse eco de bulos en redes sociales sólo para atacarnos".
"Egoísta y negacionista"
La ruptura del pacto de no confrontación ha llegado cuando apenas había pasado un minuto del inicio del debate.
Era Mónica García, portavoz de Más Madrid, la que reprochaba a Ayuso haberse pasado marzo de 2020 en "un hotel de lujo de un amigote" mientras que ella estaba en "una UCI". Eso sí, tras el ataque, García pedía a Ayuso que cumpliera su compromiso de "no insultarme".
Y eso que la portavoz de Más Madrid no se ha quedado ahí. "Negacionista", "caducado", "egoísta" y "anticuado" han sido algunos de los adjetivos que García ha usado para referirse al Gobierno de Ayuso, al que ha acusado de poner en marcha "becas para Cayetanos".
Y la presidenta no se ha mordido la lengua. Aunque durante su última intervención se ha mostrado pacificadora, su primer encuentro dialéctico con los grupos ha sido tan bronco como antes del pacto de agosto. "Yo prefiero las becas Cayetana a las becas Errejón", ha dicho.
"Qué falsa es"
Durante la intervención de García, incluso, se han llegado a enfrentar. Mientras la portavoz de Más Madrid preguntaba si era "progreso" la forma de atender en las urgencias de la región, Ayuso se dirigía en voz baja al portavoz del Gobierno, Enrique Ossorio, para decirle "qué falsa es".
Palabras que ha escuchado la portavoz de la izquierda y que ha respondido: "No soy falsa".
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Aunque la actitud de Ayuso con Lobato no ha sido tan brusca como con Unidas Podemos y Más Madrid, el socialista sí ha querido marcar distancias con el Partido Popular. "Está obsesionada con el presidente [Sánchez]", ha acusado.
"Individualista, egoísta, insolidaria…", han sido otros de los calificativos que Lobato ha dirigido a Ayuso.
Y la presidenta ha respondido. Ha ironizado con el papel de los socialistas en los consejos de administración de las eléctricas para bajar las facturas de los ciudadanos.
"¿Qué hacen ustedes en todos esos consejos de administración de empresas que no ayudan? Qué oportunidades tan buenas tienen sus amigos socialistas del puro y los poderes fácticos para recomendar a las eléctricas y a las energéticas rebajar las facturas…"
Iván, el taxista
En la misma línea, y tras preguntar Lobato si Ayuso quería nucleares en Madrid, la presidenta ha bromeado con que "Sánchez pretenda descapitalizar y sacarlo todo de Madrid, menos meter aquí las nucleares".
Tampoco Vox ha apaciguado el debate. Rocío Monasterio ha acusado a la "líder de Tabarnia" de "caer en frivolidades", "tragarse" el currículum de la Ley Celaá y "apoyar la ley del Aborto de Irene Montero".
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Ayuso se ha burlado en reiteradas ocasiones de "Iván el taxista", en referencia a todos esos taxistas que, según Unidas Podemos, se acercan a ellos para quejarse de la presidenta.
"Resulta que aquí todo el mundo ha cogido un taxi la última semana, todo el mundo se acuerda del taxista, y todos los taxistas son de ultraizquierda", ha bromeado.
Los bongos de Podemos
Los morados, precisamente, han calificado al Gobierno de Ayuso de ser un Ejecutivo "Telepizza". "Al 'gobierno Telepizza' lo de oír hablar del derecho de alimentación saludable les suena casi a comunismo", ha dicho María Pastor.
"Negacionista", "involutiva", han sido otros de los adjetivos que Ayuso ha usado para hablar de la izquierda madrileña.
Palabras a las que se ha unido Pedro Muñoz Abrines, portavoz del PP en la Asamblea. "La señora García representa esa izquierda de la impostura, esa izquierda que dice, que solamente se puede representar a los ciudadanos si viven en Vallecas, pero luego se van a Galapagar", ha acusado.
El PP, en su intervención final, ha sido especialmente bronco con la izquierda. Cuando Podemos criticaba una parte de su intervención y se alborotaba su bancada, el popular Alfonso Carlos Serrano les ha pedido aguantar "10 minutos más" para que luego se pudieran ir "a tocar los bongos".
Pero pese al tono, el debate también ha estado salpicado por el humor de algún parlamentario, como Jacinto Morano, de Podemos.
Después de que Monasterio haya reprochado a Ayuso la figura de Toni Cantó en la Oficina del Español le ha avisado: "Nunca digas de esta agua no beberé, ni Toni Cantó no está en mi partido". Frase que ha levantado las risas de toda la Asamblea, incluido algún parlamentario del PP.