Enrique Ossorio: "Lo que Ayuso quiere es que el aborto sea seguro, legal y poco frecuente"
El vicepresidente madrileño se siente cómodo con el apoyo de Vox en la Asamblea y garantiza la continuidad de la Oficina del Español sin Cantó.
19 septiembre, 2022 02:43Enrique Ossorio (Badajoz, 1959) es vicepresidente de la Comunidad de Madrid, portavoz del Gobierno y consejero de Educación, Universidades y Ciencia. Una triple faceta que le ha convertido en una de las caras más conocidas del equipo de Isabel Díaz Ayuso. Su smartwatch lo corrobora: no deja de recibir notificaciones durante la hora que dura su entrevista con EL ESPAÑOL.
Desde su despacho en la calle Alcalá, Ossorio prefiere quitarse la chaqueta y hablar cómodamente y sin rodeos de cualquier polémica: las 'becas Cayetanas', la labor de Toni Cantó en la Oficina del Español o el papel de Vox como aliado para su Ejecutivo.
La líder de Más Madrid, Mónica García, se quejaba en el reciente Debate del estado de la Región del "frío" que pasaba en la Asamblea. Pues bien, se acercara a la consejería que dirige Ossorio no le haría falta termómetro: hace calor. "Cumpliendo con las medidas del Gobierno", bromea mientras presume de aguante a las altas temperaturas por sus raíces extremeñas.
Acaba de llegar al Congreso la futura Ley del Sistema Universitario. Parece que la normativa no va a tener tantos apoyos como se esperaba. De hecho, hasta el socialista Emiliano García-Page la ha criticado. ¿Cómo recibe esta ley el Gobierno madrileño?
A nosotros no nos gusta desde el punto de vista de la financiación y tampoco por el contenido de la norma. Pensamos que es una ley que quiere politizar e ideologizar todavía más los campus. Entendemos que lo que buscan con esta ley es que los campus sean afines a sus ideologías y que sean controlados por los que todos sabemos.
Respecto al tema de la financiación, tampoco nos gusta. Todas las comunidades estamos ya muy cansadas, porque el Gobierno de la Nación legisla y luego nos dice que lo tenemos que pagar nosotros. Incluso un presidente socialista, y suelen ser gente muy disciplinada y que no protesta, se ha quejado. A todos nos suena bien dedicar un 1% del PIB a la Universidad y es algo muy positivo. Pero… ¿por qué un 1%? ¿De dónde va a salir?
En una entrevista a EL ESPAÑOL, el secretario de Estado de Educación aseguraba que eran las comunidades autónomas las que decidían cómo se hacían los presupuestos y dónde dar y no dar dinero.
Claro. Pero eso no es así. Hay un sistema de financiación de comunidades autónomas y nosotros recibimos unos recursos todos los años, y con esos recursos tenemos que prestar los servicios públicos. Me parece recordar que en Madrid el 80% de los ingresos vienen del sistema de financiación.
Por tanto, lo que podemos gastar, lo que podemos invertir, nos viene marcado totalmente por ese sistema de financiación. Si van a exigir que Madrid duplique su presupuesto, porque ahora mismo la nominativa es de 1.000 millones de euros para Universidades y un 1% del PIB sería más de 2.000 millones de euros… tendrán que decirnos de dónde lo sacamos.
Todo lo que hemos hecho para enmendar lo que no nos gustaba de la Ley Celaá está dentro del margen que nos concedía la ley
¿Cómo va el recurso que han presentado ante el Tribunal Supremo por los currículums de bachillerato de la Ley Celaá?
Tras presentar el recurso contencioso administrativo, el Supremo ha pedido al Ministerio el expediente del decreto. Una vez que el Tribunal lo tenga, nos lo mandará para que formulemos las alegaciones. Ese es el procedimiento. Pero, a día de hoy, todavía no hemos recibido el expediente. En cuanto lo tengamos, formularé la demanda.
¿Van a poner en marcha alguna otra iniciativa contra la ley Celaá?
¿Más? Nada más entrar en vigor la ley en enero de 2021 enviamos a la Asamblea de Madrid la Ley Maestra de Libertad de Elección Educativa, en la que queríamos corregir todo aquello que no nos gustaba de la LOMLOE, y de esa manera evitamos la desaparición de los centros de educación especial, la ruina de los colegios concertados y defendimos el distrito único.
Luego hicimos un decreto corrigiendo los problemas del decreto de evaluación, promoción y titulación. En él, le dijimos a los docentes que considerábamos que debía mantenerse el límite de suspensos para promocionar de curso de la antigua ley educativa.
Y, por último, hemos aprobado los decretos de los currículums, que es otra forma de corregir las normas que está emitiendo el Gobierno. Nunca imaginamos que iban a estar tan ideologizados y que iban a quitar tantos conocimientos básicos. Hemos tenido que hacer un trabajo ímprobo durante meses para incluir más conocimientos e intentar quitar ideología.
El Ministerio ha avisado de que la Alta Inspección vigilará que se cumplan las partes "básicas" de la ley, como es que no haya notas numéricas o la repetición de curso. ¿Temen que la Alta Inspección ponga los ojos sobre la Comunidad de Madrid?
En absoluto. Todo lo que hemos hecho está dentro del margen que nos concedía la Ley educativa y sus decretos de desarrollo. No hemos hecho ninguna norma pensando que era inconstitucional. Todas nuestras normas han tenido informe del Servicio Jurídico de la Comunidad de Madrid.
De todas maneras, si van a dedicar a la Alta Inspección para algo, yo les recomiendo que viajen hasta Cataluña. Allí existe la obligación de impartir un 25% de castellano y no se cumple. Que aclaren eso y luego que vengan a inspeccionar a los demás.
¿Puede el Gobierno hacer más con el problema lingüístico de Cataluña?
Por supuesto que puede hacer más. Sin ir más lejos, la Generalitat de Cataluña dictó un decreto para evitar aplicar la sentencia del Supremo y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña del 25%. Si el Gobierno de la Nación hubiese recurrido al Constitucional, ese decreto estaría automáticamente suspendido.
Es decir, cuando una comunidad recurre una norma del Estado por inconstitucional, no se suspende hasta que el tribunal no se pronuncia. Pero si lo hace el Gobierno central, inmediatamente se suspende. Con lo cual, el Gobierno podría perfectamente haber evitado ese decreto de la Generalidad. N lo hace porque necesita sus votos para seguir gobernando.
Que los alumnos estén en el colegio 11 meses al año, cinco días a la semana y 12 horas diarias me parece excesivo
Juan Lobato, líder de los socialistas en Madrid, propone un curso escolar de 11 meses, cinco días a la semana y 12 horas diarias para mejorar la conciliación. La presidenta decía que se abriría a estudiarlo. Como consejero de Educación, ¿es posible? ¿Le gusta la idea?
La presidenta dijo que le parecía una propuesta interesante y que íbamos a estudiarla. De hecho, durante la inauguración del curso, ya dijo que se abría a estudiar que empezara el 1 de septiembre, siempre con el consenso de todos: profesores y padres.
Como consejero de Educación sé los problemas que esto tiene. Durante los meses de julio y esos primeros días de septiembre, el trabajo de los docentes y de esta consejería es frenético. Por eso, organizar 11 meses en menos tiempo va a ser muy difícil.
Hay que recordar que las oposiciones se celebran en el mes de julio, cuando ya los docentes no están dando clase. Hay llamamientos de los interinos a principios de septiembre… En fin. Hay una serie de procesos que confluyen ahí y que hacen la propuesta muy compleja. Pero la presidenta dijo que vamos a estudiarlo, y así será.
¿Y su opinión personal?
Sinceramente, que los alumnos vayan al colegio, de 7 de la mañana a 7 de la tarde, 11 meses al año, me parece excesivo. Comprendiendo que hay muchas familias que tienen auténtica necesidad de que sus hijos estén más horas en los centros educativos, pero la esencia del sistema educativo es la enseñanza, y aquí estamos vertiendo todo en la conciliación. ¿De verdad queremos que los niños estén cinco días a la semana, 12 horas al día, 11 meses al año en un colegio? Yo creo que no.
Por otra parte, con ese modelo son los profesores los que no van a poder conciliar...
Por eso la presidenta dijo que comprendíamos el problema social, porque es evidente, pero que hay que buscar el acuerdo entre lo que las familias quieren, lo que es posible y lo que los docentes pueden hacer.
Otra de las propuestas que surgió en el Debate de la región fue dar comida y desayunos gratis a todos los niños madrileños, sin importar la renta de sus padres. Lo propuso Más Madrid.
Nosotros ya tenemos unas becas de comedor. Lo que paga una familia en Madrid en estos momentos por el comedor es 4,88 euros, y lo tenemos congelado desde hace mucho tiempo. Y luego hay ayudas para las personas que cobran el ingreso mínimo vital y la renta mínima de inserción.
Yo creo que esas becas tienen que ser en favor de las familias que realmente lo necesitan. El gratis total en todo es algo que le gusta mucho a la izquierda, pero es imposible. Desde la oposición se pueden hacer esas propuestas, pero desde el Gobierno no.
Las empresas concesionarias de los servicios de comedor se quejan de que con lo que les pagan por menú, y tras dispararse la inflación, es casi imposible dar de comer a los alumnos. ¿Se plantean ofrecerles algún tipo de ayuda?
Los entiendo perfectamente. España tiene un gravísimo problema de inflación y comprendo que estas empresas tienen el mismo problema que tenemos el conjunto de la sociedad. Pero hay una Ley de Contratos que tenemos que cumplir y, cuando se hace un contrato entre un particular, una empresa y la Administración, las reglas las marca dicha ley. Ahora mismo no podemos cambiar eso.
Pongo un ejemplo, el Gobierno de España sacó un real decreto ley para que pudiéramos modificar los contratos de la construcción por cómo se había incrementado el precio del acero y del hormigón. La Comunidad de Madrid, como el resto de comunidades autónomas, nos adherimos, y eso nos permitió modificar los contratos. Pero en el resto de sectores no es posible porque hay que seguir lo que marca la Ley de Contratos del Estado.
O sea, que debería de haber una modificación legal por parte del Gobierno.
Exacto. De todas formas, ahora estamos negociando ya el próximo acuerdo marco y ahí lo tendremos en cuenta.
La Oficina del Español no va a desaparecer tras la salida de Toni Cantó. Lleva a cabo actuaciones muy importantes
Me gustaría preguntarle por la labor de Toni Cantó en la Oficina del Español. ¿Hay necesidad de un sustituto?
En la Consejería de Educación hemos trabajado muchísimo con la Oficina del Español. Igual que puedo dar fe del esfuerzo de los docentes en septiembre y julio, lo puedo decir también de Toni Cantó. Hemos hecho muchísimas cosas juntos.
La Oficina del Español ha llevado a cabo muchas actividades que eran muy importantes en este momento en que, desgraciadamente, el Gobierno de España no va a hacer demasiado en defensa del español.
Entonces, ¿van a buscar un sustituto para Cantó?
Sí, no es una Oficina que vaya a desaparecer. Está dando sus frutos. Y, recuperando la figura de Toni Cantó, debo de decir que para mí ha sido muy agradable el trato con él y nos hemos entendido fenomenal.
Durante el Debate del estado de la Región la oposición pintó a Ayuso como la verdadera líder del PP frente a Pedro Sánchez. ¿Está sustituyendo la presidenta a Alberto Núñez Feijóo en su labor de oposición al Gobierno?
No, en absoluto. La sintonía entre mi presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta es estupenda. Nosotros estamos trabajando por Madrid, y todas las propuestas que se llevaron al Debate dan cuenta de ello, pero, a su vez, denunciamos las acciones nocivas del Gobierno de Pedro Sánchez. En ese sentido, encajamos perfectamente con el presidente de mi partido.
¿Y cuando la presidenta se sale del discurso marcado por el presidente nacional del PP, como ha pasado con el tema del aborto?
No somos un partido monolítico, no podemos opinar todos exactamente igual de los mismos temas. El aborto es un tema muy personal, y las opiniones en esa materia pueden ser muy diversas.
¿Está a favor de que el partido vote en conciencia cuando haya que votar la Ley del aborto en el Congreso?
Fui portavoz del Partido Popular en la Asamblea de Madrid y el Reglamento del Grupo Parlamentario preveía la posibilidad de que en determinadas votaciones el diputado alegara razones personales o morales para votar de una manera distinta a lo que hiciera el grupo. Por supuesto que eso tenía que ser aceptado por el grupo parlamentario. Esa posibilidad está ahí.
¿Qué le parece que Vox compare a Ayuso con Irene Montero por su posición sobre el aborto?
No hay nadie más defensor de la maternidad y de la infancia que Isabel Díaz Ayuso. Su posición en esa materia ha sido extraordinariamente firme. Ha puesto en marcha un plan de natalidad con una prestación de 500 euros mensuales desde la quinta semana de gestación hasta que el menor cumple dos años.
Ella siempre ha dicho que lo que quiere es que el aborto sea seguro, legal y poco frecuente. Es partidaria de dar toda la información y todas las posibilidades a las madres para evitar que se produzcan abortos.
Este movimiento por parte de Vox ¿le parece una estrategia para marcar distancias con ustedes de cara a las elecciones? ¿Ha notado un discurso más agresivo por parte de Rocío Monasterio?
Yo, de momento, no les veo más agresivos con nosotros. La exposición de Rocío Monasterio durante el Debate del estado de la Región fue un diagnóstico de la situación de la comunidad que encaja bastante con el que nosotros tenemos. Sus propuestas, en el fondo, son lo que nosotros proponíamos y un poco más. Hay buena sintonía.
¿Se sienten cómodos con ellos? ¿Son una opción en el caso de que necesiten sus escaños para sacar adelante un gobierno en próximas elecciones?
Hay que reconocer que durante esta legislatura han sido el apoyo del Gobierno. Sin ellos no podríamos haber gobernado. Los madrileños están muy satisfechos de que durante estos tres años haya gobernado el Partido Popular, primero con el apoyo de Ciudadanos y el apoyo parlamentario de Vox, y ahora con el apoyo de los parlamentarios Vox.
¿Manejan encuestas de intención de voto?
Tenemos acceso a las encuestas que tiene todo el mundo, y la progresión es muy buena. Estamos muy satisfechos, pero no hay que confiarse en absoluto. Aunque las previsiones, tanto a nivel nacional como en la Comunidad de Madrid, sean excelentes, no hay que confiarse. Hay que trabajar como si estuviéramos cinco puntos por debajo.