Cuando Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio llegaron a un acuerdo para los Presupuestos autonómicos de 2022, la líder del grupo parlamentario Vox puso unas cuantas "líneas rojas" a la presidenta.

Aunque aquellas promesas no se han cumplido en su totalidad, no impiden a Monasterio volver a sentarse a negociar con el gobierno regional un año después. Así lo ha confirmado este mismo martes.

Durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces, Monasterio ha adelantado que ya se están empezando a celebrar las reuniones en las que el PP y Vox van a negociar en firme los Presupuestos para 2023.

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En esta ocasión no habrá líneas rojas, o por lo menos eso ha dado a entender durante estas semanas la portavoz de Vox.

Y es que, aunque desde su tribuna de oradores no pare de reclamar a Ayuso que elimine las subvenciones a los sindicatos o "proteja el Valle de los Caídos", ninguno de esos puntos parece determinante en la negociación.

Durante sus declaraciones este martes, Monasterio ha hablado de que van a llevar "propuestas" ante el PP siempre con la intención de "aprobar los Presupuestos".

"Estamos con muchos problemas ya, afrontamos este año y el siguiente bastante complicado en lo económico y los políticos estamos para resolver problemas, no para generarlos", ha insistido.

Vox y el PP parten de un punto de partida diferente a anteriores presupuestos. Algo que, entre otras cosas, les evita las rectificaciones.

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Monasterio podría usar los incumplimientos de Ayuso en 2022 (como la auditoría de los centros de menas) para no apoyarla en su ejercicio presupuestario de 2023. Sin embargo no es ese el escenario.

PP y Vox transmiten sintonía ahora en la Asamblea de Madrid. Aunque los de Rocío Monasterio aprietan al PP las tuercas con temas como la "batalla cultural" (Valle de los Caídos y la educación), las subvenciones a los sindicatos (quieren quitarlas) o la inseguridad ciudadana, las relaciones son buenas.

De hecho, pese a que Monasterio ha reclamado más sueldo para los profesionales sanitarios, no ha usado las huelgas o las movilizaciones en la Atención Primaria para atacar al PP. Lo intentó hacer con la gestión de las residencias y, cuando vio que la izquierda lo usó para atacar a Ayuso por la gestión de la Covid-19, reculó.

Madrid

El tándem Ayuso-Monasterio nada tiene que ver con el que forman el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida y el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Ortega Smith. En el consistorio, PP y Vox están divorciados. 

Está tan rota la relación, que Almeida ya ha empezado a dar por sentado que no habrá Presupuestos porque no contarán con el apoyo de los de Santiago Abascal.

Precisamente han sido las "líneas rojas de Ortega Smith" las que, según el alcalde madrileño, han encallado las negociaciones. "La única reivindicación que hace es la derogación de Madrid Central. Pero no dice cómo lo hará. Porque no puede. Es imposible dar marcha atrás", explicaba el pasado jueves al concluir la Junta de Gobierno en Bajaras.

De hecho, hasta el propio alcalde de Madrid ha comparado a los dos líderes de Vox envidiando la relación que mantienen Ayuso y Monasterio.

Los Presupuestos de ambas instituciones (Ayuntamiento y Comunidad) son un arma electoral que todos están dispuestos a usar aunque eso, en el caso de Vox en Madrid, cree discrepancias dentro de su propio partido.