En los bordes de la M-601, en el Puerto de Navacerrada, hay pocos pisos en venta. Tienen una ubicación única, con vistas a la Sierra madrileña y a tiro de piedra de la estación de esquí de Navacerrada y de Valdesquí. Y son asequibles: el precio medio en Idealista es de 98.100 euros por un apartamento de casi 75 metros cuadrados.
El problema, sin embargo, es que este vecindario vive en una suerte de 'limbo' desde abril de 2019. Nadie tiene claro, por ahora, qué futuro les espera.
Esta situación no solo afecta a los 300 apartamentos de montaña que se concentran en el Puerto de Navacerrada. También a la colonia de chalés de Camorritos, más próxima al núcleo urbano de Cercedilla. Todos ellos se construyeron sobre unos montes de utilidad pública cedidos por una concesión de 99 años que caducó hace casi cuatro años y que está pendiente de ser resuelta.
El origen del conflicto
La situación de estos terrenos es compleja. Antes de que se construyera nada, formaban parte del Catálogo de Montes de Utilidad Pública y no eran urbanizables. La afición por la montaña empujó a principios del siglo XX a explorar la idea de construir una línea férrea hasta el Puerto. El Estado cedió primero a la Sociedad Anónima del Ferrocarril Eléctrico de Guadarrama (SAFEG) las hectáreas para que construyera el ferrocarril.
Después, en una segunda concesión otorgada en abril de 1920, se permitió que la SAFEG levantara viviendas de descanso y centros de recreo sobre los terrenos que hoy en día forman las colonias de Camorritos y el Puerto de Navacerrada. Pero también se autorizó a esta sociedad a ceder a terceros el derecho a ocupar temporalmente dichos terrenos para que construyesen sobre ellos, según recuerda el Ayuntamiento de Cercedilla en un documento que publicó en 2020.
Las leyes de la época establecieron un plazo máximo de duración de las concesiones de 99 años. Por tanto, el plazo de esta segunda concesión terminó el 16 de abril de 2019.
El final de la cesión, sin resolver
En cualquier caso, todavía no se conoce cuál será el futuro de todas estas viviendas. La caducidad de la cesión aún no se ha materializado. La Comunidad de Madrid -que actúa como supervisora- continúa a día de hoy estudiando las alegaciones que presentaron los vecinos afectados.
Sus técnicos también están valorando ahora las "modificaciones que se han realizado en materia de legislación forestal", según explican a Madrid Total desde la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura.
Desde el Ayuntamiento de Cercedilla tienen claro que, antes o después, se tiene que materializar la caducidad de la cesión. Sostienen que las leyes sobre las que se formuló la cesión impiden la venta o la prórroga de los terrenos. Si finalmente se materializa, estas construcciones pasarían a manos de los propietarios de los terrenos, es decir, de los municipios de Cercedilla y Navacerrada, explican desde el Consistorio de Cercedilla.
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En ese caso, el Consistorio de Cercedilla exploraría el otorgamiento de unas nuevas concesiones sobre los inmuebles de estos terrenos, pero los actuales ocupantes no tendrían ningún derecho preferente, recalcan las mismas fuentes municipales.
Unas 110 personas censadas
"Está todo muy parado, no hemos vuelto a tener noticias de nuevos expedientes", señala Andrés Pino, presidente de la Asociación Puerto de Navacerrada. En estos momentos -calcula- hay censadas en el Puerto unas 110 personas. Conviven desde jubilados a parejas de jóvenes con hijos pequeños.
El Puerto de Navacerrada se divide en tres zonas, según un estudio sobre su paisaje urbano realizado por el escritor Álvaro Bázquez. La zona de apartamentos es la primera que nos encontramos al subir por la carretera M-601 en coche. Ahí, en plena montaña, emergen una decena de edificios de entre cinco y ocho alturas. Los bloques se construyeron entre 1967 y principios de los años 90, a tan solo 300 metros de las cumbres.
"La dureza del clima [en esta zona del Puerto] junto con la falta absoluta de servicios básicos permanentes no le hacen ser precisamente un lugar atractivo para la primera residencia", remarca el estudio, publicado antes de 2019. Pero, según Pino, los edificios están en "perfectas condiciones y en continua reparación".
Las viviendas en venta
En un artículo publicado por El Mundo en 2002 se aborda el régimen de "pleno dominio" que tienen los propietarios sobre los apartamentos. "A pesar de que el suelo no es de ellos, los compradores pueden hipotecar la vivienda para su adquisición. No obstante, estas limitaciones han mantenido prácticamente parado el mercado inmobiliario del Puerto", explica la noticia.
A pesar del impasse que se vive desde 2019, en el portal Idealista están puestos en venta ocho de los pisos del Puerto de Navacerrada. Su precio medio es de 1.319 euros el metro cuadrado, más bajo que el del conjunto de Cercedilla (1.751 euros/m2). Entre estas viviendas del Puerto, hay una anunciada por una compañía, 'Gestiones Elvimar'. Las otras siete aparecen anunciadas por particulares.
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Un piso ubicado en la calle Bola del Mundo se vende por 71.000 euros y en "perfecto estado". El anunciante destaca las "excelentes vistas al valle" y la cercanía de la vivienda con la estación de Renfe de Puerto de Navacerrada. En sus 70 metros cuadrados de espacio, el piso cuenta con una sola habitación, un baño, un salón y una cocina "totalmente equipada".
Otro de los apartamentos, situado en la calle Virgen de las Nieves, se ofrece por 85.000 euros. Comparte características del piso anterior: 70 metros cuadrados, una habitación, un baño y "maravillosas vistas". En este caso, se resalta la proximidad con la estación y las pistas de esquí.
En la calle Estación se vende por 85.000 euros un sexto piso de 60 m2 con un "amplio salón comedor", "estufa de leña", un dormitorio y un cuarto de baño. En este anuncio también se avisa de que en el edifico no hay ascensor y viven solo "4 vecinos".
Tanto a los propietarios del Puerto como a los de Camorritos dejaron de cobrarles el IBI cuando caducó la concesión. Sí que siguen pagando el resto de impuestos municipales.
El diario El País publicó en 2020 el contenido de algunas notas simples de los apartamentos afectados que emite el registro de la propiedad. Estos documentos advierten a los titulares de que "disponen única y exclusivamente del derecho de ocupación" y que, por lo tanto, la finca está sujeta "a las condiciones impuestas" a la Sociedad del Ferrocarril en los años 20.
Desde la Asociación Puerto de Navacerrada insisten en que el problema es de interpretación de leyes. Pino defiende que, en el caso de las viviendas construidas en el Puerto y en Camorrito, "no hubo una concesión sino un derecho de uso de los terrenos". "Si fuese una concesión, ya no estaríamos aquí", añade.
Además, considera que el hecho de que el Ayuntamiento de Cercedilla haya reservado una partida de 100.000 euros de su presupuesto para contratar servicios jurídicos para esta cuestión revela que el Gobierno municipal pretende "demostrar lo indemostrable". "Hay mucha intranquilidad por la postura del Ayuntamiento de Cercedilla, que no cuenta con nosotros para nada", critica.
Por ahora, a los vecinos del Puerto solo les queda seguir "a la espera de los acontecimientos".