En Madrid, según el PSOE, ya no se puede vestir, amar o profesar la religión que uno quiera. Al menos, así lo asegura en el editorial de su publicación semanal 'El Socialista', que culpa de esta situación a Isabel Díaz Ayuso y a la aparición de la ultraderecha.
El editorial, en concreto, sostiene que en Madrid se venía fraguando este cambio desde hace años y que ya existía una "ideología de odio" latente en algunos barrios pudientes de alrededor del Paseo de la Castellana.
Dicha "ideología del odio", según el escrito, "solo necesitaba una válvula de escape" para "sacar a relucir todo lo malo que se puede acumular en largas temporadas de amargura", con medios de comunicación que avivan el fuego.
La llegada de Díaz Ayuso a la Puerta del Sol y la aparición de la ultraderecha fue el momento en el que afloró ese sentimiento, según El Socialista. El texto añade que la "tormenta perfecta" se desata cuando los que piensan barbaridades, aunque no se atreven a decirlas fuera de casa, las ven en televisiones provenientes de responsables políticos diciendo "esas cosas tan feas".
En editorial, recogido por Europa Press, adelanta que en las próximas semanas irán haciendo repaso de otros territorios que "también necesitan un cambio urgente". En esta ocasión se centran en la capital y explican que Madrid ha sido durante décadas una ciudad acogedora y vibrante "que no cerraba la puerta a nadie, y respiraba de día y de noche el aroma de la tolerancia".
[Bolaños cree que el PP "irá de rodillas" a pedirle a Vox apoyos para gobernar tras el 28-M]
"Nadie se sentía extraño, ni diferente, porque la persona que teníamos al lado apreciaba tanto como nosotros el hecho diferencial madrileño por naturaleza: tú viste como quieras, ama a quien quieras, porque seas del color que seas, y profeses la religión que quieras, Madrid es tu sitio. Lamentablemente, desde hace tiempo esto ya no es así", afirma el escrito.
Contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, la publicación también afea el hecho de que su "populismo de pulserita" sea su "mayor activo". Respecto a Martínez-Almeida, asegura que su peso político es "tan irrelevante como su destreza con el balón de fútbol".