Ayuso mayoría absoluta. Ese ha sido el mensaje que se ha escuchado una y otra vez este domingo, 28 de mayo, en la sede nacional del Partido Popular. El bullicio de la calle Génova ha encumbrado a la presidenta autonómica en una jornada histórica en la que ha conseguido llegar a los 71 diputados de la Asamblea de Madrid.
Con este triunfo, la presidenta asegura su tercer mandato en la Comunidad, pero el primero en solitario. Y es que, en las elecciones de 2019 necesitó una coalición con Ciudadanos y, en 2021, gobernó con una mayoría simple por la que precisaba del apoyo de Vox para sacar adelante diversos proyectos.
Con este resultado, Díaz Ayuso se ha presentado frente a Alberto Núñez Feijóo como la gran baronesa del Partido Popular. Aunque en el partido hablen de ir "todos a uno", sus opositores ya han empezado a plantear que, si Feijóo no arrasa en las nacionales de diciembre, debería dejar paso a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Los resultados de Ayuso no son sólo un éxito en la región. También lo son a nivel nacional donde, aunque el mapa se ha teñido de azul, los populares necesitan de Vox para gobernar. La líder de Madrid rompe esa dinámica y consigue esa mayoría "fuerte e independiente" por la que el PP ha estado luchando toda la campaña.
Así, la presidenta autonómica se convierte en un valor indiscutible dentro del Partido Popular. Junto con Juanma Moreno Bonilla y Gonzalo Capellán (La Rioja), Ayuso refleja en Madrid la vuelta al bipartidismo.
En clave nacional
La campaña de Ayuso se ha enfocado en enfrentarse contra el Gobierno de Pedro Sánchez, como pasó en el 4-M. Las últimas elecciones en las que la líder del PP madrileño dio la sorpresa, duplicó sus resultados de 2019, y arrasó con una aplastante mayoría.
Con la bandera de la libertad, Ayuso ha conseguido convertirse en un referente para un partido que, hace apenas unos años, la tenía como una diputada más en la Asamblea.
Muchas cosas han tenido que pasar en el partido para que fuera, en 2019, la candidata a presidir la Comunidad de Madrid y muchas más las que, años más tarde, la colocaran como la líder que es ahora.
Una de las cosas que ha puesto a Ayuso en esta posición ha sido su cara a cara contra Pedro Sánchez durante la pandemia de la Covid-19. La coordinación total entre comunidades y Gobierno de España que perseguía Pedro Sánchez y el exministro Salvador Illa se rompió cuando decidieron mantener Madrid cerrada unas semanas más.
Illa apoyaba su decisión en un comité técnico (cuya existencia no se ha llegado a probar) y Ayuso hablaba de un ataque "directo" a los valores de la capital de España. "Van contra nosotros". Y ese fue el principio.
Tras ello, llegó el resto de la desescalada y el enfrentamiento se iba recrudeciendo en temas sanitarios. Si el Gobierno proponía mantener las mascarillas dos semanas más, Madrid hablaba de quitarlas. El Gobierno regional daba test Covid-19 y desde Sanidad decían que no eran efectivos… Un tira y afloja que, de la sanidad, pasó a otros aspectos de la política.
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Ejemplo de ello está siendo la guerra en materia de Educación. Isabel Díaz Ayuso ha sido una de las presidentas autonómicas más críticas con la Ley Celaá, futura LOMLOE. Su enfrentamiento le ha hecho ganar más de una batalla, como permitir que se repita de curso con más facilidad, y eso se ha visto reflejado en su gobierno.
Enrique Ossorio, su consejero de Educación, pasó a ser vicepresidente de su Gobierno después de sus primeros 'éxitos' contra la materia que coordina Pilar Alegría.
Uno de los pasos más relevantes fue cuando Pedro Sánchez anunció la descentralización de la Administración Pública. O lo que es lo mismo, que los organismos que se anunciaban se iban a construir fuera de la capital. El equipo de la Puerta del Sol se lo tomó como algo personal y lo calificó de ataque contra la capital administrativa de España.
Durante estos dos años de legislatura, Ayuso ha repetido en más de una ocasión que en Moncloa "ven lo que hago yo y luego reaccionan". De hecho, asegura que uno de los temas que ha protagonizado esta legislatura, la vivienda, se empezó a trabajar en el equipo de Gobierno de Sánchez cuando ella dijo que la próxima legislatura sería la de la vivienda.
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En el alquiler asequible y el acceso a una casa, Sánchez y su equipo vieron un talón de Aquiles de Ayuso. La región es una de las que tienen el precio del suelo más elevado y sus ciudadanos tienen graves problemas para adquirir un domicilio propio.
Pero no ha sido el único frente, la política fiscal ha sido la gran baza de esta legislatura que termina para Isabel Díaz Ayuso. Con una calculadora de ahorro fiscal, la presidenta autonómica ha puesto en valor su idea de "bajar los impuestos" y que, promete, seguirá en estos cuatro años.
"Resonará en toda España"
Es por eso que el Gobierno central reaccionó con el conocido como impuesto a los ricos que viene a suplir el impuesto de patrimonio que en la Comunidad de Madrid lleva varios años eliminado.
En su discurso en el balcón de Génova, y entre gritos de "presidenta", Ayuso ha afirmado que seguirá su línea de gobierno y se ha dedicado a hablar del gobierno nacional, no de sus opositores (Más Madrid o el PSOE de Juan Lobato).
"Hemos disfrutado de esta campaña con muchas ganas. Ahora comienza un nuevo momento para Madrid y para España. Lo que pasa en Madrid resuena en toda España", ha finalizado, recordando las palabras que dijo el 2 de mayo en la fiesta de la Comunidad.